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Lena Provoost, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, le explicó a National Geographic que los folículos pilosos del vientre y la cola de los gatos son extremadamente sensibles al tacto, lo que puede hacer que las caricias sean demasiado estimulantes.
Según explica la experta, los felinos prefieren que los rasquen y acaricien en zonas como la cabeza, especialmente debajo de la barbilla y en las mejillas, donde se encuentran las glándulas odoríferas.
De hecho, cuando los gatos se frotan la cara entre ellos, suelen mezclar olores, para crear una especie de “perfume de grupo”. No obstante, otros felinos sí pueden disfrutar las caricias en la barriga, por lo que la experta aconseja leer el lenguaje corporal del animal, para entender sus preferencias.
De hecho, las barrigas de los gatos tienen una sensibilidad elevada al tacto, porque es un mecanismo evolutivo que ayuda a proteger los órganos vitales de estos animales. Los gatos son bastante buenos comunicando, por lo que serán bastante claros expresando si quieren caricias en la barriga o no.
Al igual que las personas, cada gato tiene sus preferencias únicas, su estilo de comunicación propio y respuestas múltiples a la estimulación. No obstante, si un felino se da la vuelta y muestra su barriga, no siempre es una invitación para recibir caricias. Ellos podrían estar estirándose o comunicándole a su propietario que lo aman y tienen confianza en él. O también podrían estar rascándose de algún tipo de picazón.
Otros gatos pueden disfrutar de las caricias en la barriga porque tienen preferencias individuales y una variabilidad en los niveles de sensibilidad. También, algunos de ellos han podido desarrollar traumas o miedos debido a sus historias de socialización.
Mónica Alejandra Arciniegas, médica veterinaria y zootecnista graduada de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA), explica que los felinos pueden disfrutar de las caricias cuando son sociables. Sin embargo, advierte que es importante tener precaución al tocar ciertas áreas, especialmente si el gato no está familiarizado con la persona. “Se deben evitar la barriga o zona ventral, las patas, la cola y las almohadillas”, señala Arciniegas.
Por ejemplo, otra zona de sensibilidad extrema son las patas, ya que son esenciales para los felinos porque poseen características que les permiten realizar sus actividades y comportamiento característico.
Según Experto Animal, las almohadillas en la parte inferior de las patas desempeñan un papel importante al sudar y marcar territorio. La mayoría de las glándulas sudoríparas en los gatos se encuentran en estas almohadillas, que también tienen glándulas ecrinas especializadas en producir olores para marcar territorio al caminar, rascar, arañar o amasar. Esta estrategia les ayuda a establecer su dominio sobre un área específica.
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