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Los gatos son, junto a los perros, los animales de compañía más comunes de los hogares. Aunque se cree que son la opción perfecta para las personas que tienen menos tiempo, ya que, por lo general, requieren menos atención que los caninos, la realidad es que ellos también necesitan de ciertos cuidados y responsabilidades, lo cual puede ser abrumador cuando hay niños en el hogar.
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Sin embargo, lo que muchos padres desconocen es que tener un gato en casa puede traerles muchos beneficios a sus hijos. En La Red Zoocial le contamos cuáles son.
Aprenden el valor de la responsabilidad
Tener un animal de compañía en casa hace que los niños aprendan conceptos como cuidar, jugar y alimentar, lo que les ayuda a ser responsables desde pequeños. Los expertos creen que es buena idea dejar que los menores se involucren en las diferentes tareas del cuidado del gato, siempre y cuando estas sean aptas para su edad. Algunas de estas labores pueden ser: cepillarlo, añadir agua al bebedero, darles de comer, etc.
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Ayudan a aliviar el estrés
Un estudio publicado en la revista Hypertension encontró que tener un gato en casa es una solución excelente para aliviar el estrés en la niñez, como el que experimentan los pequeños días previos a un examen. De acuerdo con los expertos, esto se debe a que acariciar a los mininos estimula la segregación de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que favorecen la relajación a nivel cerebral. Además, el contacto directo con estos animales fomenta la producción de oxitocina, la hormona del amor y la seguridad.
Fortalecen el sistema inmunitario
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wisconsin encontró que los niños que vivían con un gato tenían un 19% menos de probabilidad de desarrollar cualquier tipo de alergia, en comparación con quienes no tenían mascotas. Según explican los expertos, la caspa que se encuentra en la piel de los gatos hace que los niños se vuelvan más resistentes a los alérgenos, que son los responsables de la aparición de las alergias y el asma.
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Por otro lado, una investigación publicada en la revista Pediatrics reveló que vivir con un gato durante el primer año de vida aumenta la resistencia de los niños a las infecciones respiratorias en el futuro. Los expertos analizaron la frecuencia con la que aparecían síntomas de estas enfermedades en 397 niños, de los cuales un grupo tenía mascota y otro no. Al contrastar los resultados comprobaron que los menores que tenían mascota presentaban menos infecciones respiratorias y otitis, en comparación con aquellos que no tenían animales en casa.
Potencian las habilidades sociales
Los niños que conviven con animales domésticos aprenden a tener compasión y la empatía, valores que son fundamentales en las relaciones personales. Además, una investigación publicada en la revista PloS One reveló que tener un gato en casa estimula el desarrollo de las habilidades sociales en los niños, sobre todo en los que padecen autismo. El estudio analizó la evolución de 40 niños con autismo, a quienes les dieron una mascota. Al cabo de algún tiempo encontraron que los menores que habían vivido con un gato habían desarrollado mejores habilidades sociales.
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