¿Por qué los gatos bufan o gruñen a sus dueños?
El bufido puede hacer referencia al disgusto. Por ejemplo, hay gatos que son muy territoriales, entonces si llega una visita, es posible que les moleste la entrada de alguien externo a su territorio.
Como en los seres humanos, en muchas ocasiones los gatos reflejan cambios físicos y psicológicos por medio de sus actitudes. Por ello, hay factores como el sueño, los neurotransmisores, sentirse invadidos, entre otros, que ocasionan gruñidos, según explica Luz Ángela Vanegas, médica veterinaria especialista en nutrición de Movet.
El tema de los estados de descanso es importante. “Muchas veces, cuando los gatos no duermen bien, empiezan a manifestar comportamientos de agresión donde agachan las orejas y gruñen a sus dueños”, comenta la experta a La Red Zoocial.
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Ante estos comportamientos, muchas de las personas que tienen felinos se excusan diciendo que estos rechazan visitas, se esconden o evitan contacto físico porque son independientes. Sin embargo, Vanegas aclara que no es algo cierto, ya que los gatos siempre necesitarán la activación de todos sus sentidos, algo que no pasa estando solo en casa.
De igual forma, los gruñidos se pueden relacionar con problemas comportamentales, que se tienen como consecuencia de inconvenientes que surgen en los neurotransmisores y las deficiencias nutricionales, además de deficiencia en algunos aminoácidos que son importantes para la calma o el componente social de estas especies.
Debido a que los gatos tienen tres componentes que se deben cuidar: uno crítica, uno mental y otro corporal. Asimismo, “requieren atención, porque si una de ellas no está balanceada, se pueden ver afectadas las otras”, dice Vanegas. Así, para prevenir estos casos se recomienda analizar el aspecto nutricional y descubrir cómo funciona la comida desde el aspecto fisiológico, cómo el gato responde a estímulos y cómo se ve afectado.
Leer: Esto hacen los gatos cuando extrañan a sus dueños
Por otro lado, el bufido puede hacer referencia al disgusto. Por ejemplo, hay gatos que son muy territoriales, entonces si llega una visita, es posible que les moleste la entrada de alguien externo a su territorio. Prácticamente, el apartamento de un dueño de gato se convierte en el espacio del felino, de modo que al mover cosas de su lugar se pueden ocasionar molestias y estrés.
“Muchas veces, cuando pensamos invitar a alguien a casa o tenemos una visita, pasa mucho que el gato se estresa, deja de comer y termina en la clínica. También cuando le cambian sus platos, le movieron sus cosas o el lugar tiene un olor distinto que la mascota no reconoce. Ante este caso, lo primero que haría el gato es no dejarse tocar, huir, permanecer escondido, no comer”, expone la veterinaria.
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Ahora los gatos tienen otra cosa interesante: cambian su comportamiento normal cuando están enfermos. Si no tenían mucho contacto con su dueño, se vuelven más cariñosos con él y si eran muy cariñosos, se alejan. Esto, para indicar que algo raro les está pasando, ya que son animales que cambian sus actitudes al tener alguna patología.
Otro factor a tener en cuenta es si el animal hace la actividad física que requiere. Si se le da alimento y no hay cómo desarrollar actividad física, se genera una alta cantidad de energía que el gato no sabe utilizar y, muy probablemente, desencadene en un comportamiento agresivo.
¿Cómo hacer para que el gato deje de comportarse así?
“Cuando encontramos un gato que es violento, que ataca cuando entra cualquier persona a la casa, es importante socializarlo con una especialidad que se llama etología, que se encarga de la psicología de los gatos y les enseña a los tutores cómo interactuar con sus mascotas para que entiendan que la visita no es una amenaza”, agrega Vanegas.
Si definitivamente las técnicas explicadas no funcionan. Hay que revisar sus características fisiológicas, ya que muchas veces hay un cambio en el temperamento cuando se está enfermo. Se debe evaluar si está pasando por una enfermedad viral u otro tipo de padecimiento.
Por último, la experta dice que todo tiene solución, porque estos son desequilibrios que los gatos tienen por comportamientos extraños que generan los tutores por desconocimiento. También hay que tener en cuenta que si un animal no quiere que lo toquen puede ser porque, al igual que los humanos, a veces prefieren estar solos y no significa que sea un factor de preocupación.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com
Como en los seres humanos, en muchas ocasiones los gatos reflejan cambios físicos y psicológicos por medio de sus actitudes. Por ello, hay factores como el sueño, los neurotransmisores, sentirse invadidos, entre otros, que ocasionan gruñidos, según explica Luz Ángela Vanegas, médica veterinaria especialista en nutrición de Movet.
El tema de los estados de descanso es importante. “Muchas veces, cuando los gatos no duermen bien, empiezan a manifestar comportamientos de agresión donde agachan las orejas y gruñen a sus dueños”, comenta la experta a La Red Zoocial.
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Ante estos comportamientos, muchas de las personas que tienen felinos se excusan diciendo que estos rechazan visitas, se esconden o evitan contacto físico porque son independientes. Sin embargo, Vanegas aclara que no es algo cierto, ya que los gatos siempre necesitarán la activación de todos sus sentidos, algo que no pasa estando solo en casa.
De igual forma, los gruñidos se pueden relacionar con problemas comportamentales, que se tienen como consecuencia de inconvenientes que surgen en los neurotransmisores y las deficiencias nutricionales, además de deficiencia en algunos aminoácidos que son importantes para la calma o el componente social de estas especies.
Debido a que los gatos tienen tres componentes que se deben cuidar: uno crítica, uno mental y otro corporal. Asimismo, “requieren atención, porque si una de ellas no está balanceada, se pueden ver afectadas las otras”, dice Vanegas. Así, para prevenir estos casos se recomienda analizar el aspecto nutricional y descubrir cómo funciona la comida desde el aspecto fisiológico, cómo el gato responde a estímulos y cómo se ve afectado.
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Por otro lado, el bufido puede hacer referencia al disgusto. Por ejemplo, hay gatos que son muy territoriales, entonces si llega una visita, es posible que les moleste la entrada de alguien externo a su territorio. Prácticamente, el apartamento de un dueño de gato se convierte en el espacio del felino, de modo que al mover cosas de su lugar se pueden ocasionar molestias y estrés.
“Muchas veces, cuando pensamos invitar a alguien a casa o tenemos una visita, pasa mucho que el gato se estresa, deja de comer y termina en la clínica. También cuando le cambian sus platos, le movieron sus cosas o el lugar tiene un olor distinto que la mascota no reconoce. Ante este caso, lo primero que haría el gato es no dejarse tocar, huir, permanecer escondido, no comer”, expone la veterinaria.
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Ahora los gatos tienen otra cosa interesante: cambian su comportamiento normal cuando están enfermos. Si no tenían mucho contacto con su dueño, se vuelven más cariñosos con él y si eran muy cariñosos, se alejan. Esto, para indicar que algo raro les está pasando, ya que son animales que cambian sus actitudes al tener alguna patología.
Otro factor a tener en cuenta es si el animal hace la actividad física que requiere. Si se le da alimento y no hay cómo desarrollar actividad física, se genera una alta cantidad de energía que el gato no sabe utilizar y, muy probablemente, desencadene en un comportamiento agresivo.
¿Cómo hacer para que el gato deje de comportarse así?
“Cuando encontramos un gato que es violento, que ataca cuando entra cualquier persona a la casa, es importante socializarlo con una especialidad que se llama etología, que se encarga de la psicología de los gatos y les enseña a los tutores cómo interactuar con sus mascotas para que entiendan que la visita no es una amenaza”, agrega Vanegas.
Si definitivamente las técnicas explicadas no funcionan. Hay que revisar sus características fisiológicas, ya que muchas veces hay un cambio en el temperamento cuando se está enfermo. Se debe evaluar si está pasando por una enfermedad viral u otro tipo de padecimiento.
Por último, la experta dice que todo tiene solución, porque estos son desequilibrios que los gatos tienen por comportamientos extraños que generan los tutores por desconocimiento. También hay que tener en cuenta que si un animal no quiere que lo toquen puede ser porque, al igual que los humanos, a veces prefieren estar solos y no significa que sea un factor de preocupación.
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