¿Qué pueden ver los gatos que los humanos no?

Es muy probable que las personas que tienen un gato en casa hayan experimentado alguna vez esta escena: su minino está durmiendo plácidamente cuando, de repente, se levanta y comienza a mirar el techo o la pared con mucha concentración, como si estuviera viendo una “presencia extraña”. No obstante, en el lugar no hay nada, por lo menos, no algo que se pueda percibir con el ojo humano.

Ante este tipo de situaciones, muchos cuidadores de felinos aseguran que sus mascotas pueden captar presencias sobrenaturales que los humanos no, como por ejemplo, fantasmas o espíritus. Sin embargo, estas son solo teorías del imaginario popular y no tienen sustento científico alguno, así que no coma cuento y no crea en estos mitos. Lo que sí es real es que los gatos tienen sentidos mucho más desarrollados que las personas, lo que les permite identificar cosas con mayor facilidad en circunstancias complicadas.

Uno de estos sentidos es la vista. La visión de los felinos tiene ciertas peculiaridades muy interesantes, como su gran visión nocturna, la cual resulta muy útil durante las cazas en la oscuridad. Gracias a la forma del ojo y a una capa de tejido situada en la parte posterior, los felinos pueden reflejar los rayos luminosos, incrementando la luz disponible para los fotorreceptores. Junto con sus pupilas retráctiles, hacen que el gato tenga 8 veces mejor visión en la oscuridad que los humanos.

En contrapartida, este tejido provoca una limitación de la visión al absorber mucha luz durante el día, por lo que, según afirman algunos expertos, se puede decir que con el sol los gatos ven peor que los humanos. De igual forma, las personas, gracias a la combinación de receptores, podemos ver una gran gama de colores. Los felinos, en cambio, carecen del receptor rojo, pero son capaces de detectar colores como el amarillo o el verde.

Así que ya sabe, aunque los michis no tienen habilidades para ver “el más allá”, sí pueden estar viendo alguna cosa que su cuidador no, especialmente, durante la noche. Por ejemplo, puede estar entretenido con un insecto diminuto o con algún objeto muy pequeño que los ojos humanos no pueden ver en la oscuridad.

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Es muy probable que las personas que tienen un gato en casa hayan experimentado alguna vez esta escena: su minino está durmiendo plácidamente cuando, de repente, se levanta y comienza a mirar el techo o la pared con mucha concentración, como si estuviera viendo una “presencia extraña”. No obstante, en el lugar no hay nada, por lo menos, no algo que se pueda percibir con el ojo humano.

Ante este tipo de situaciones, muchos cuidadores de felinos aseguran que sus mascotas pueden captar presencias sobrenaturales que los humanos no, como por ejemplo, fantasmas o espíritus. Sin embargo, estas son solo teorías del imaginario popular y no tienen sustento científico alguno, así que no coma cuento y no crea en estos mitos. Lo que sí es real es que los gatos tienen sentidos mucho más desarrollados que las personas, lo que les permite identificar cosas con mayor facilidad en circunstancias complicadas.

Uno de estos sentidos es la vista. La visión de los felinos tiene ciertas peculiaridades muy interesantes, como su gran visión nocturna, la cual resulta muy útil durante las cazas en la oscuridad. Gracias a la forma del ojo y a una capa de tejido situada en la parte posterior, los felinos pueden reflejar los rayos luminosos, incrementando la luz disponible para los fotorreceptores. Junto con sus pupilas retráctiles, hacen que el gato tenga 8 veces mejor visión en la oscuridad que los humanos.

En contrapartida, este tejido provoca una limitación de la visión al absorber mucha luz durante el día, por lo que, según afirman algunos expertos, se puede decir que con el sol los gatos ven peor que los humanos. De igual forma, las personas, gracias a la combinación de receptores, podemos ver una gran gama de colores. Los felinos, en cambio, carecen del receptor rojo, pero son capaces de detectar colores como el amarillo o el verde.

Así que ya sabe, aunque los michis no tienen habilidades para ver “el más allá”, sí pueden estar viendo alguna cosa que su cuidador no, especialmente, durante la noche. Por ejemplo, puede estar entretenido con un insecto diminuto o con algún objeto muy pequeño que los ojos humanos no pueden ver en la oscuridad.

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