¿Qué siente un gato cuando le tocan la cola?

La cola de un gato no solo es un medio de comunicación, también es parte de su equilibrio y coordinación.

Foto: Free

Los gatos son animales independientes, sensibles y con un lenguaje corporal que, si se interpreta bien, puede decir mucho sobre su estado emocional. Una de las zonas más expresivas y delicadas de su cuerpo es, sin duda, la cola. A través de ella, los felinos comunican una amplia gama de emociones: desde curiosidad y alegría, hasta incomodidad, estrés o dolor. Pero, ¿qué sienten realmente cuando les tocan esta parte del cuerpo?

Primero, según los profesionales del portal especializado en mascotas, Rover, hay que comprender que no todos los gatos reaccionan igual. Aunque la mayoría no disfrutan que les acaricien la cola, especialmente si se trata de toques directos en la punta o a lo largo de ella, sí existen algunos que toleran e incluso disfrutan que les acaricien la base, justo donde la cola se une con el lomo.

Para saber si a un gato le gusta o no esta acción es importante observar sus reacciones. Algunas señales positivas que indican que un minino se siente a gusto son:

• Eleva la cola como señal de confianza y apertura.
• La cola vibra ligeramente, como si estuviera emocionado.
• Ronronea mientras es acariciado.
• Amasa con sus patas delanteras, gesto asociado con bienestar.
• Mueve suavemente la cola de lado a lado, sin rigidez.
• Tiene una expresión facial y postura relajadas.

Por el contrario, si el gato retrocede, se pone tenso o reacciona con molestia, es momento de detenerse. Forzar el contacto, sobre todo en zonas sensibles, puede causarle estrés e incluso dolor.

Precauciones al tocar o cepillar la cola de un gato

La cola de un gato no solo es un medio de comunicación, también es parte de su equilibrio y coordinación. Por eso, es importante tener algunas consideraciones clave:

• Nunca jale la cola de un gato, ni siquiera en tono de juego. Esta acción puede causar lesiones.
• Si el gato tiene pelaje largo, cepille su cola con delicadeza para evitar tirones.
• Respete sus límites. La confianza con un gato se construye, no se impone.

En resumen, tocar la cola de un gato no está prohibido, pero debe hacerse con cuidado y atención. Así como cada animal tiene su carácter, también tiene sus zonas favoritas para ser acariciado y otras que simplemente prefiere que no toquen.

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