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El costo que tuvo que pagar una gata, para que veterinarios salvaran su vida, fue perder sus orejas y nariz. Estas partes de su cuerpo fueron cortadas después de que el animal desarrollara cáncer, según Daily Mirror. Ahora, a esta felina que lleva por nombre Jasmine, solo le quedan seis vidas, luego de que fuera encontrada en una localidad de Inglaterra merodeando, a pesar de su mal estado de salud.
La mascota había sido un personaje local de Heage, pueblo inglés. Aun así, pocos se le acercaban y la veían por poco tiempo, mientras que pasaba de un callejón a otro, pues solo cuando el personal de un taller de reparación de automóviles se acercó a ella, encontró que estaba desnutrida. Por lo que recibió alimento y la atención que la mascota tanto necesitaba.
Sus orejas y nariz no pasaron desapercibidas, ya que estaban cubiertas con sangre. Entonces, los trabajadores, conmovidos, decidieron llevarla a un veterinario que posteriormente encontró cáncer en las partes afectadas por exposición al sol. Los gatos blancos como Jasmine son particularmente vulnerables a los dañinos rayos del sol, dijeron los veterinarios a Daily Mirror.
Se practicó una ronda de cirugía, en la que le extirparon al animal las zonas afectadas y después, para su correcta recuperación, los especialistas la remitieron a un refugio de animales en Nottinghamshire, Inglaterra. Afortunadamente, su operación fue financiada amablemente por voluntarios del albergue y ahora tiene una oportunidad de luchar.
Jon Beresford, que ayuda a dirigir el refugio, dijo: “Ahora ronronea y viene a nosotros para hacer un escándalo. Parece que ha pasado por las guerras, pero le está yendo bien. Los gatos blancos como Jasmine son propensos a sufrir quemaduras solares y cáncer de piel, lo que también afectaba su nariz”.
“Al no tener dueño, nadie le había puesto crema solar. El tejido se estaba degradando y sangraba por ambos oídos y por la nariz. Sin duda estaba sufriendo mucho malestar y dolor”, agregó. Ya se han donado más de 1,000 libras esterlinas para ayudar a pagar el tratamiento de Jasmine, que según los rescatistas le ha dado una nueva vida.
Se cree que la gatica tiene unos 15 años, pero no se ha podido localizar a sus dueños anteriores. El rescatista voluntario Mark Beresford comentó: “El cáncer podría regresar, sin embargo, al menos hemos extendido su vida y la hemos hecho más cómoda. Potencialmente, la realojaremos cuando se recupere por completo o vivirá aquí. Tenemos otro gato que tiene 23 años.”
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