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Esta semana, la Policía Nacional, a través de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental, rescató a 41 aves, de diferentes especies, en el barrio La Candelaria, Cartagena.
Los animales, según las autoridades, se extraían de su hábitat natural para luego venderse ilegalmente en la ciudad. Muchos de ellos murieron en el proceso.
“Durante la ejecución de la operación Candela, se logró la captura en flagrancia de un individuo dedicado a la comercialización ilegal de especies silvestres”, aseguró el brigadier general William Castaño Ramos, director de Carabineros y Protección Ambiental.
En el operativo, se incautaron 41 aves de diferentes especies, incluyendo canarios, mochuelos, tuceros y cotorras, todas víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre. “Este acto delictivo constituye un grave atentado contra la biodiversidad colombiana, afectando la integridad de nuestros ecosistemas y la cadena alimenticia”, agregó el director de Carabineros y Protección Ambiental.
La Policía Nacional estimó que, mediante sus acciones delictivas, los implicados obtenían ganancias anuales de aproximadamente $30.000.000. “El accionar de esta operación no solo golpea significativamente la economía criminal de quienes se benefician de actividades ilícitas contra los recursos naturales, sino que también marca un avance en la protección de nuestra biodiversidad”.
Las aves no son mascotas
Como lo contamos en esta nota, aunque en el país es muy común que las aves habiten con las personas y sean tratadas como mascotas, la realidad es que los hogares humanos no son apropiados para ellas. Estos animales necesitan vivir en su hábitat natural para desarrollarse adecuadamente y cumplir con su función biológica: la dispersión de semillas en los ecosistemas.
“La gente los convierte en mascotas porque son animales inteligentes, divertidos y muy vistosos, pero eso no significa que esté bien. Su vida en cautiverio es terrible y las repercusiones son muchísimas. Pierden la capacidad de volar porque les cortan las plumas o se vuelven perezosos. Cuando no se les da la alimentación correcta, empiezan a desarrollar problemas graves de salud, se mueren antes de tiempo y se enferman. Empiezan a tener problemas de estrés y se arrancan las plumas”, nos contó en su momento Alejandro Rigatuso, director de la Fundación Loros.
El tráfico de fauna es un delito en Colombia
En Colombia, la ley 2111 de 2021 establece que la persona que “trafique, adquiera, exporte o comercialice sin permiso de la autoridad competente o con incumplimiento de la normatividad existente los especímenes, productos o partes de la fauna acuática, silvestre o especies silvestres exóticas, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento treinta y cinco (135) meses y multa de trescientos (300) hasta cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
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