ICA pidió suspender las peleas de gallos en el país por brote de gripe aviar
Según la entidad, las peleas de gallos pueden afectar los esfuerzos por contener el brote e incluso afectar la salud humana.
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) envió una circular a los alcaldes y gobernadores de todo el país solicitando la suspensión de las peleas de gallos, esto como una medida para contener el brote de influenza aviar.
“Es necesario prohibir los eventos de concentración de aves en eventos gallísticos, ya que dichos eventos generan movilizaciones de aves que son de alto riesgo para la trasmisión de la enfermedad y su diseminación dentro de las áreas afectadas y hacia otras zonas del país”, se lee la circular.
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La entidad también advirtió que, en este momento, las peleas de gallos pueden terminar afectando no solamente a las aves sino también a la población humana.
Sobre el comunicado, la senadora animalista Andrea Padilla hizo un llamado a los alcaldes del país para que cumplan la directriz del ICA. “No son recomendaciones ni es opcional, ciudadano denuncie, actívese con alcaldes que incumplan”, trinó en su cuenta de Twitter.
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Para complementar las medidas de prevención respecto a esta patología, el ICA también determinó el sacrificio y destrucción inmediata de las aves afectadas y el aislamiento y cuarentena de las zonas donde se están detectando los focos, entre ellas, la zona rural del Distrito de Cartagena, en el municipio de Acandí en Chocó,los municipios de Cereté, Ciénaga de Oro, Lorica, Moñitos, San Bernardo del Viento y San Pelayoen Córdoba; el municipio de El Retén en Magdalena y los municipios de Los Palmitos y Toluviejo en Sucre con el fin de evitar la diseminación de la enfermedad.
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La influenza aviar, según el ICA, es una enfermedad viral que afecta a las aves domésticas, tales como pollos, pavos, patos y codornices, asimismo a aves silvestres, causando alta morbilidad y mortalidad, y que no tiene tratamiento específico. Esta enfermedad se clasifica en baja y alta patogenicidad, pudiendo causar un enorme impacto y repercusión en la producción de las aves, el comercio internacional, así como en los medios de vida y subsistencia de la población.
La principal fuente de contagio es el contacto directo con secreciones de aves infectadas o por la ingestión de materia fecal (oral-fecal). También se puede dar por inhalación de aerosoles contaminados o los fómites (alimento, agua, implementos, locales, ropa, botas, bandejas de huevo, guacales, cajas de pollito), pues la supervivencia del virus se puede prolongar en heces, cáscaras de huevo y cama sucia por largos periodos de tiempo a temperatura ambiente.
Generalmente esta enfermedad afecta a un gran número de aves. Los principales síntomas que se pueden visualizar son: signos neurológicos (como temblores, convulsiones, tortícolis y parálisis en aves); signos respiratorios (secreción nasal, tos y estornudos); disminución de la producción de huevos o huevos anormales; inflamación y/o color rojizo o morado de la cabeza, la cresta, las barbas y los corvejones, inflamación de los parpados, disminución de consumo de agua y de alimentos y por último un aumento masivo de la mortalidad en aves.
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Es importante señalar que no existe evidencia científica que confirme que esta enfermedad se transmita a los seres humanos mediante el consumo de aves o huevos debidamente preparados. Por esta razón, el ICA dio un parte de tranquilidad a los productores y consumidores del país, “la ubicación de los focos no pone en riesgo la producción ni el consumo nacional de huevos y carne de pollo”.
Según el ICA, América Latina y el Caribe produce el 20,4% de la carne de ave y el 10% de los huevos que se consumen en el mundo, siendo un sector de gran relevancia para los medios de vida de millones de pequeños y medianos productores agropecuarios. Por eso, las autoridades, como Fenavi, aseguran que “es necesario activar cuanto antes los protocolos de emergencia en la región”.
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El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) envió una circular a los alcaldes y gobernadores de todo el país solicitando la suspensión de las peleas de gallos, esto como una medida para contener el brote de influenza aviar.
“Es necesario prohibir los eventos de concentración de aves en eventos gallísticos, ya que dichos eventos generan movilizaciones de aves que son de alto riesgo para la trasmisión de la enfermedad y su diseminación dentro de las áreas afectadas y hacia otras zonas del país”, se lee la circular.
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La entidad también advirtió que, en este momento, las peleas de gallos pueden terminar afectando no solamente a las aves sino también a la población humana.
Sobre el comunicado, la senadora animalista Andrea Padilla hizo un llamado a los alcaldes del país para que cumplan la directriz del ICA. “No son recomendaciones ni es opcional, ciudadano denuncie, actívese con alcaldes que incumplan”, trinó en su cuenta de Twitter.
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Para complementar las medidas de prevención respecto a esta patología, el ICA también determinó el sacrificio y destrucción inmediata de las aves afectadas y el aislamiento y cuarentena de las zonas donde se están detectando los focos, entre ellas, la zona rural del Distrito de Cartagena, en el municipio de Acandí en Chocó,los municipios de Cereté, Ciénaga de Oro, Lorica, Moñitos, San Bernardo del Viento y San Pelayoen Córdoba; el municipio de El Retén en Magdalena y los municipios de Los Palmitos y Toluviejo en Sucre con el fin de evitar la diseminación de la enfermedad.
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La principal fuente de contagio es el contacto directo con secreciones de aves infectadas o por la ingestión de materia fecal (oral-fecal). También se puede dar por inhalación de aerosoles contaminados o los fómites (alimento, agua, implementos, locales, ropa, botas, bandejas de huevo, guacales, cajas de pollito), pues la supervivencia del virus se puede prolongar en heces, cáscaras de huevo y cama sucia por largos periodos de tiempo a temperatura ambiente.
Generalmente esta enfermedad afecta a un gran número de aves. Los principales síntomas que se pueden visualizar son: signos neurológicos (como temblores, convulsiones, tortícolis y parálisis en aves); signos respiratorios (secreción nasal, tos y estornudos); disminución de la producción de huevos o huevos anormales; inflamación y/o color rojizo o morado de la cabeza, la cresta, las barbas y los corvejones, inflamación de los parpados, disminución de consumo de agua y de alimentos y por último un aumento masivo de la mortalidad en aves.
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Según el ICA, América Latina y el Caribe produce el 20,4% de la carne de ave y el 10% de los huevos que se consumen en el mundo, siendo un sector de gran relevancia para los medios de vida de millones de pequeños y medianos productores agropecuarios. Por eso, las autoridades, como Fenavi, aseguran que “es necesario activar cuanto antes los protocolos de emergencia en la región”.
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