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Parker era una jirafa masái macho, de 6 años, a la que encontraron atorada en una de las estructuras de soporte de la puerta del zoológico el pasado lunes 13 de febrero. El personal lo describía como un animal juguetón y curioso.
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La jirafa venía del zoológico de Santa Bárbara y llegó en 2018 al parque Seneca, ubicado en Rochester, Nueva York. Era uno de los animales favoritos de los visitantes. Los médicos intentaron desesperadamente salvar la vida del animal después del accidente, pero este terminó muriendo.
El superintendente del zoológico Steve Lacy le comentó a The Sun que la puerta con la que murió Parker fue instalada en 2018 y que tenía las características estándares de otras puertas usadas en zoológicos de todo el país. “Las posibilidades de que este tipo de evento ocurriera es imprevisto y no tiene precedentes”, afirmó para el medio citado anteriormente.
Los funcionarios afirmaron que Parker estaba en “excelente estado de salud”. El animal era padre de Olmsted, una pequeña jirafa bebé nacida en abril del año pasado. Chris McKinney, uno de los veterinarios del zoológico, afirmó que Parker será extrañado por todos. “Lo que pudimos ver por la naturaleza de la fractura es que la muerte fue casi instantánea”, le comentó McKinney a News10NBC.
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En este momento, quedan tres jirafas en el zoológico: Iggy, Kipenzie y Olmsted. Después del incidente, el personal estará vigilándolas detenidamente, para evitar que esta tragedia se repita en el futuro y aseguraron que la estructura de las puertas será modificada, para asegurar el bienestar de los animales.
“Desde el personal que cuidó y amó a Parker, hasta los huéspedes del zoológico y los miembros que tuvieron sus visitas iluminadas por la presencia de Parker, todos estamos en duelo por esta tremenda pérdida”, comentó a The Sun el ejecutivo del Condado de Monroe, Adam Bello.
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El pasado 14 de enero, Maximino Organista, compartió a través de redes sociales una foto de un venado herido cerca de su casa. Al parecer, unos perros habían mordido al animal y le habían ocasionado una herida en una de sus patas. De acuerdo con el diario El País, el hombre resguardó al animal en su casa y llamó a las autoridades quienes decidieron llevarlo al zoológico Zoochilpan para que fuera atendido.
Aunque el animal murió días después debido a que sus heridas no fueron tratadas a tiempo, varias asociaciones animalistas indicaron que en el lugar se presentaban casos de maltrato, lo que puso en alerta a las autoridades medioambientales quienes, días después, indicaron que José Rubén Nava Noriega, exdirector del zoológico de Chilpancingo, en el estado mexicano de Guerrero, ordenó sacrificar a cuatro de las cabras pigmeas del lugar para cocinarlas y servirlas en la fiesta de fin de año de los trabajadores, según las autoridades.
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“Estos cuatro animales [fueron] sacrificados y cocinados en las instalaciones del zoológico, y fueron servidos como comida en la fiesta de fin de año. Esto ponía en riesgo la salud de las personas que los comían, porque estos animales no eran aptos para el consumo humano” dijo Fernando Ruiz Gutiérrez, director de Vida Silvestre del Departamento de Medio Ambiente del estado.
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