La muerte de una mascota: un duelo incomprendido, pero necesario
Tal y como ocurre con la muerte de familiares y amigos cercanos, quienes pierden a un animal de compañía pueden llegar a experimentar negación, tristeza, angustia, estrés y ansiedad. Psicólogos y expertos en el manejo del duelo de mascotas cuentan cómo enfrentar este momento.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
Emma tenía 10 años cuando el cáncer llegó a su vida. Todo empezó con una cojera en su pata izquierda que no se detuvo ni siquiera con medicación. Fue entonces cuando el médico veterinario se dio cuenta de que la golden retriver tenía cáncer de hueso. La única solución a la enfermedad era amputar su extremidad.
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Emma tenía 10 años cuando el cáncer llegó a su vida. Todo empezó con una cojera en su pata izquierda que no se detuvo ni siquiera con medicación. Fue entonces cuando el médico veterinario se dio cuenta de que la golden retriver tenía cáncer de hueso. La única solución a la enfermedad era amputar su extremidad.
“Casi me muero ese día, con todo el dolor de mi alma tuve que tomar la decisión. Le hicieron la cirugía en agosto de 2022, fue horrible dejarla en la veterinaria y saber que ya no volvería a tener su otra patita”, cuenta Dennis Valderrama, tenedora de Emma.
La perrita estuvo hospitalizada en la clínica durante siete días y poco a poco se fue adaptando a su nueva condición. Sin embargo, en febrero de este año una masa volvió a parecer en su cuerpo.“Nos dijeron que podía ser del mismo cáncer. Yo se la encomendé a Dios y le dije ‘haz que mi gorda me acompañe el tiempo que tú me la quieras prestar’”.
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Después de realizarle unas placas, el médico veterinario que atendía a Emma descubrió que el cáncer había hecho metástasis y que a la perrita le quedaban tan solo dos meses de vida. En sus últimos días, Emma ya no comía y vivía todo el tiempo agitada.
“Ella murió el 30 de marzo. Ese día la llevamos al veterinario y me dijeron que su capacidad pulmonar estaba muy reducida, que ya no había nada que hacer. Me tocó tomar la decisión más difícil del mundo: ayudarla a irse. Tenía muy claro que no la iba a dejar sufrir”, narra Dennis.
Sobrellevar la muerte de Emma ha sido un proceso muy difícil, pues ella era como una hija para Dennis. “Es algo terrible, ese vacío que se siente cuando uno se levanta al otro día y ya no la ve. Emma para mí no era una mascota, era mi hija, así la quería y ella me conocía como su mamá. No me ha dejado de doler ni un solo día, me he permitido llorar todo lo que he querido, creo que eso se debe hacer, llorar todo lo que uno quiera”, dice la mujer.
Dennis cree que el duelo por la pérdida de una mascota es, en muchas ocasiones, un dolor incomprendido. No obstante, asegura que es importante permitirse sentir sin importar lo que piensen los demás.
“A veces uno se siente cohibido porque hay gente que no entiende, personas que lo juzgan a uno, dicen ‘tan exagerada, si era solo un perro’. Ignoran que el amor que se llega a sentir por ellos es como el de cualquier otro miembro de la familia. Yo me he permitido vivir mi duelo, le habló a mi gorda, sueño con ella y le digo que la voy a estar esperando”, concluye Dennis.
Laura Vidal, la primera terapeuta en España dedicada especialmente al tratamiento del duelo animal y autora de los libros “Espérame en el arcoíris” y “Cuando ya no estás”, sostiene que el duelo por la muerte de una mascota es un tema muy silenciado y desautorizado. Sin embargo, esto no hace que sea menos doloroso que otras pérdidas.
“Es un duelo muy incomprendido, que conlleva mucho dolor y a la vez soledad, ya que para una parte de la sociedad se considera un desautorizado, no tiene sentido que alguien sufra en exceso, pues ‘no es para tanto’. Sin embargo, la dureza de un duelo no viene ligada a la sangre ni es exclusiva entre humanos, sino que viene determinada por la cercanía y la satisfacción con la relación con ese que se ha ido”, cuenta Vidal a La Red Zoocial.
Mario Velázquez, psicólogo clínico miembro del Colegio Colombiano de Psicólogos – Colpsic, explica que los duelos “son una respuesta adaptativa del organismo cuando experimenta una pérdida. Por lo tanto, algunas emociones como la tristeza, el enojo y la impotencia son muy frecuentes en las primeras etapas”.
Además, el experto añade que, en el caso de un duelo por la pérdida de una mascota, dejar de cumplir con ciertas responsabilidades como sacarla a pasear, alimentarla o a estar pendiente de sus vacunas, puede provocar un sentimiento de tristeza profunda en las personas. “Nos volvemos sensibles ante estímulos como por ejemplo las fotos, los videos, las conversaciones asociadas a nuestras mascotas, los recuerdos de los mejores momentos con ella”, afirma Velázquez en conversación con La Red Zoocial.
¿Cómo afrontar el duelo por la pérdida de una mascota?
Tal y como ocurre con el duelo por la muerte de familiares y amigos cercanos, quienes pierden a una mascota pueden llegar a experimentar negación, tristeza, angustia, estrés y ansiedad. El proceso es diferente en cada persona y hay quienes requieren de un acompañamiento profesional para sobrellevar ese vacío.
Para Velázquez, una buena manera de sobrellevar la pérdida de un animal de compañía es participar en grupos de apoyo con personas que estén pasando por la misma situación. De igual forma, es importante contar con una red de ayuda y no negar los sentimientos.
“Vale la pena expresar nuestro dolor con un familiar o amigo, no escapar de la sensación incómoda que trae recordar a la mascota, sino, por el contrario, mirar la situación como un aprendizaje. Afrontar el duelo desde la restauración de la vida, acercarnos a lo que nos hace felices, planear actividades agradables, esto puede ayudar a disminuir los pensamientos negativos que se experimenta en el duelo”, cuenta el psicólogo.
Además, el profesional aconseja realizar una suerte de ritual que sirva para despedir simbólicamente a la mascota. “Rituales como escribir, hacer un video de despedida o contar la historia de los mejores momentos con nuestra mascota permite que podamos exponernos al sufrimiento de manera que cada vez duela menos. Con esto y con un buen proceso psicoterapéutico y un profesional que practique técnicas eficaces se puede salir adelante”, afirma Velázquez.
Por su parte, Vidal explica que el buen duelo no es sinónimo de olvidar, sino de reubicar. Por lo tanto, es importante encontrar otras formas para seguir manteniendo el amor y la conexión con el animal. “Que no esté aquí no significa que no esté en ninguna parte. Lo que hay es que encontrar otra forma de querer. Una en la que se ama desde el alma y no desde los sentidos”, cuenta Vidal.
Los expertos aseguran que los duelos que no se viven adecuadamente pueden convertirse en duelos patológicos o complejos. Según Velázquez, estos tienen la característica de “llevar a las personas a comportamientos depresivos y ansiolíticos que pueden durar varios años, afectando varias áreas de la vida, como, por ejemplo, su entorno laboral, social y sentimental”.
Asimismo, Vidal asegura que en casos extremos estos duelos no resueltos pueden derivar en depresiones y enfermedades mentales graves. “Las personas muchas veces creen que el tiempo lo cura todo y no es así, el tiempo ayuda si nosotros usamos ese tiempo en sanar. Todo lo que no resolvamos en el duelo se quedará con nosotros en nuestra mochila invisible, llenándonos de miedos y haciendo explosión en otro momento, a veces en otros duelos o ante otras situaciones”, agrega Vidal.
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Licencia por la muerte de una mascota
Un proyecto de ley presentado por el representante del Partido Liberal, Alejandro Carlos Chacón, planteaba una licencia de luto por tres días para los trabajadores que sufrieran la muerte de su animal de compañía. Para esto, el trabajador debía entregar una prueba o documento que comprobara la muerte de su mascota. Sin embargo, la propuesta no fue aprobada por la Cámara de Representantes y por el momento no sucederá en Colombia.
El psicólogo clínico Mario Velázquez se refirió a este tema y resaltó la importancia de tener un tiempo prudente para vivir el duelo. “La convivencia con un animal puede, en ocasiones, ser más fuerte que con un ser humano. Por lo tanto, no se recomienda subestimar el duelo por una mascota. Si bien es necesario analizar cada caso, también es necesario adoptar políticas públicas que lleven a salvaguardar el bienestar psicológico de cada persona. En mi opinión personal, el Estado debería pensar en una estrategia en donde la persona que está pasando por un duelo tenga no solo una licencia por un par de días, sino también un tratamiento psicológico adecuado y basado en la evidencia científica”, concluye Velázquez.
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