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Los minipig nacieron como resultado de una selección de diferentes razas de cerdos para obtener individuos más pequeños, y poco a poco han ido ganando espacio como mascotas en diferentes países.
Para un estudio publicado el pasado lunes 23 de enero en la revista Scientific Reports, un grupo de investigadoras de la Universidad de Budapest realizó un experimento con el fin de comparar algunos comportamientos entre perros y cerdos.
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La elección de estas dos especies se dio porque se trata de mascotas que son criadas de manera similar, pero que tienen una diferencia importante en sus características: “los perros, que dependen en gran medida de las señales visuales cuando socializan con otros perros, y los cerdos, que no dependen de estas señales”, se señala en el estudio.
En el experimento la mascota estaba en una habitación bajo constante observación, y se enfrentaba a tres situaciones: la primera, en la que su cuidador la acompañaba en la habitación; la segunda, en la que la mascota estaba sola y dentro de una caja había un trozo de comida; la tercera, en la que la mascota estaba en compañía de su cuidador y tenía la caja con comida.
En ninguno de los casos la mascota podría haber alcanzado la comida por sí sola, pues el experimento estaba diseñado para que necesitara ayuda de su cuidador para obtenerla. Y allí fue donde el estudio encontró grandes diferencias.
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Cuando estaban solo con su cuidador, ambos animales tendían a prestarle atención a esa persona. Al estar solos y con la comida escondida en la caja, ambos le prestaban atención a la comida, aunque los cerdos lo hicieron durante más tiempo.
Finalmente, cuando tenían la comida escondida y estaban en presencia de su cuidador, los perros tendían a llamar la atención de la persona para que esta les ayudara a alcanzar la comida. Mientras tanto, los cerdos continuaban centrando su atención en la comida, sin intentar acudir a sus cuidadores, y dándoles mucha menos atención en comparación a cuando no estaba la comida.
Según las investigadoras, la comunicación visual orientada hacia los humanos se ha evidenciado no solo en animales domésticos, sino también en algunos animales silvestres. Esta habilidad se debería a que dentro de la misma especie existe una comunicación visual efectiva, como es el caso de los perros.
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Otros animales carecen de este tipo de comunicación al interior de su especie, como los cerdos, lo que podría explicar que no desarrollen la habilidad de enviar señales visuales a los humanos en situaciones en las que puedan necesitarlos.
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