Romeo, un tierno y dulce bovino, con pelaje negro y manchas blancas, se ha ganado el corazón de sus cuidadores del santuario Welcome Home Animal, ubicado en Oregón, Estados Unidos. Pues, a pesar de que mide 194 centímetros de altura, es un novillo juguetón, al que le encanta recibir abrazos.
Sin embargo, lo que formó su carácter noble fue un suceso traumático del que Misty y su marido Robert Moore lo salvaron. Cuando esta criatura tenía solo 10 días de nacido, estas dos personas que también son dueñas del refugio en que vive, recibieron una llamada de alguien que lo había rescatado de una granja lechera.
“Verás, en la industria láctea, los terneros machos como Romeo a menudo son considerados como subproductos, y sus destinos están predeterminados por los márgenes de ganancia”, contó Misty a la organización de Guinness Récord. Lo que significa que son enviados al matadero o a cebaderos para que engorden y meses más tarde los vendan como carne de ternera.
Pero para este novillo fue diferente. Porque, lo que hizo la familia Moore fue recibirlo “con los brazos abiertos y un amor ilimitado, pues desde el principio fue un sobreviviente y se notaba que anhelaba una vida plena”. De ahí que su nombre fuera Romeo, como el icónico personaje de Shakespeare, debido a su profunda afinidad con el cariño y porque disfruta recibir y dar muestras de aprecio.
Además, en el santuario, describen a esta criatura de seis años de edad como el “más blando”, ya que viene corriendo cuando una persona extiende sus brazos, pero se apresura a refugiarse si le cae la más mínima gota de agua ocasionada por la lluvia.
También es reconocido entre sus compañeros humanos y animales por ser el que más come. En consecuencia, su alimento son cerca de 100 libras de heno, 15 libras de grano todos los días y bebe una bañera entera llena de agua. Y de vez en cuando, para cumplir con sus caprichos, un par de manzanas o bananos.
De acuerdo a lo que cuentan los tutores del bovino a la organización de récords, su altura lo ha llevado a tener algunas dificultades. “Tratar con un novillo de gran tamaño como Romeo tiene sus propios desafíos, especialmente cuando se trata de brindarle la atención veterinaria adecuada”, dijo Misty.
“Es posible que los hospitales de animales habituales no tengan el equipo para atenderlo, lo que puede dificultar brindarle la ayuda que necesita en caso de emergencia”, agregó.
Asimismo, los costos que implica cuidar del animal son acordes a su tamaño, lo que supone mayor presión financiera y un cálculo excepcional con cada centavo que tienen en el santuario, para que todos los animales, incluyendo a Romeo, tengan una excelente calidad de vida.
A pesar de esto, la altitud de Romeo implica que haya mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud como padecimientos músculo-esqueléticos y digestivos. Por ahora, Romeo es un novillo feliz y saludable, que cuenta con el título oficial de ser el más grande del mundo.
