“Cada vez que caía en lágrimas, Bella era mi soporte emocional”: Andrea Pérez
Andrea nunca se recuperó de la muerte de su mascota, esto, sumado con otras enfermedades producto de un fuerte choque emocional, hicieron que atentara contra su vida. Sin embargo, Bella, una springer spaniel, siempre ha estado a su lado para evitar que algo malo le pase.
En junio del 2019 Andrea sufrió uno de sus primeros golpes en la vida: Ohana, su perrita de raza weimaraner, había muerto después de su cirugía de esterilización. Fue muy duro para ella, las salidas al parque y las fotos recurrentes que solía subir a su cuenta de Instagram desaparecerían por completo. Luego logró ocupar su mente en otras cosas: el trabajo como editora de vídeos que tenía y algunas salidas de viaje que le permitían despejar su mente.
Posteriormente entró a otro trabajo y tras una desafortunada situación, fue diagnosticada con ansiedad y depresión por un shock postraumático. “Cuando me hospitalizaron me dijeron que tenía un episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos” comentó a La Red Zoocial.
Durante este episodio, la joven mujer no tenía ganas de hablar con nadie, no quería salir, tampoco sentía ánimo por trabajar, todo parecía insuficiente. “Llego un punto en el que llorar no era suficiente, hablar ya no era suficiente. A veces no podía dormir, me acostaba a las 2 a.m., era como un desorden de sueño, no podía con nada”. Sin embargo, Andrea creía que lo único que sí parecía suficiente para ella era ver a Bella, una springel spaniel café con blanco que hacía que su día a día fuera menos complejo.
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La perrita era un regalo que no pudieron darle a Andrea. Según cuenta, su tío decidió que era mejor que se quedara con su primo porque ella tenía algunos problemas familiares. “Yo decía que no era justo porque ella iba a llegar a llenar el espacio que había dejado Ohana. Todo me pegó muy duro” dijo mientras recordaba esas duras palabras por parte de su tío.
Sin embargo, al ver la situación en la que estaba, su familia decidió dejar bajo su cuidado a Bella por algunos días, “yo siento que algo pasa con ella y de pronto la quiere cuidar” dijo en ese momento su primo. Andrea comenta que ella fue uno de los más grandes soportes que tuvo durante los momentos más difíciles. “Cuando llamaban de la Secretaría de la Mujer yo caía en lágrimas y ella se acercaba y comenzaba a jalar mi mano para que yo le pusiera cuidado” recuerda.
Incluso, un día en el que intentó atentar contra su vida, Bella comenzó a ladrar y a correr por toda la casa, “estaba desesperada”. Luego de ese momento, alejó los pensamientos que tenía y decidió que era hora de sacarla. Así pasaron varios días hasta que un día, sin Bella a su lado y solo viendo oscuridad, Andrea decidió tomarse un frasco de pastillas que tenía en su mesa de noche.
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Su familia acudió al instante y luego de varios procesos de recuperación -algunos más traumáticos que otros- entre todos decidieron que lo mejor para ella era ir a vivir a la casa de su primo, junto con Bella. “Ella es muy intensa, tiene una personalidad como de niña, no sé si es porque está muy malcriada pero es muy bonito ver como ella siente esa preocupación” dice Andrea con voz emocionada, pues siente que su perrita es el soporte que ella necesitaba.
“Siento que ese cariño que esa mascota le da a uno lo hace sentir importante. Ella es muy particular, parece enamorada de mi, a veces se queda mirándome fijamente”, como si le dijera a su dueña que todo va a estar bien.
Y así fue, gracias a los medicamentos que Andrea toma a diario y al soporte que Bella le brinda, logró volver a entablar conversaciones en el trabajo, ya maneja el pánico social y acude con frecuencia a sus citas con el psiquiatra y psicólogo. “Bella es mi apoyo emocional pero también soy el apoyo emocional de ella, si no estuviera, no sé que hubiese pasado”, concluye.
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¿Cómo ayudan los perros y otros animales a combatir la depresión?
De acuerdo con el portal ‘Porque quiero estar bien’, existen numerosos estudios que respaldan la hipótesis de que los animales, especialmente los perros, son grandes aliados a la hora de contribuir en el bienestar emocional y la salud mental de las personas.
Esto ocurre porque el tipo de vínculo emocional que aporta un animal provee importantes beneficios desde el punto de vista psicológico. De acuerdo con el director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, consultado por Vanguardia, la relación del ser humano y el perro establece un vínculo “bidireccional y mutuo, casi como una reacción química, como cuando se utilizan dos reactivos y es imposible evitar que no reaccionen”.
Es por esta razón, que la aparición de un vínculo afectivo con un animal facilita las condiciones para el tratamiento por depresión o cualquier otro tipo de malestar relacionado porque proporcionan el sentido de la responsabilidad, reducen el estrés y reduce los riesgos de padecer patologías cardiacas.
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¿Dónde pedir ayuda?
Recuerde que cualquier caso de salud mental requiere una valoración oportuna y posterior tratamiento. Para ello, puede comunicarse a las líneas habilitadas a nivel nacional.
En Bogotá, puede comunicarse directamente a la Línea 106 “El poder de ser escuchado” dispuesta por el distrito para la intervención psicosocial y/o soporte en crisis no presencial. En ella, será atendido por un equipo de profesionales en psicología que le brindarán un espacio de escucha, orientación y apoyo emocional.
No olvide que consultar con un psicólogo o psiquiatra también hace parte del proceso de recuperación y que los animales solo son parte del apoyo terapéutico que pueden brindar y no sustituyen la ayuda profesional.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com
En junio del 2019 Andrea sufrió uno de sus primeros golpes en la vida: Ohana, su perrita de raza weimaraner, había muerto después de su cirugía de esterilización. Fue muy duro para ella, las salidas al parque y las fotos recurrentes que solía subir a su cuenta de Instagram desaparecerían por completo. Luego logró ocupar su mente en otras cosas: el trabajo como editora de vídeos que tenía y algunas salidas de viaje que le permitían despejar su mente.
Posteriormente entró a otro trabajo y tras una desafortunada situación, fue diagnosticada con ansiedad y depresión por un shock postraumático. “Cuando me hospitalizaron me dijeron que tenía un episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos” comentó a La Red Zoocial.
Durante este episodio, la joven mujer no tenía ganas de hablar con nadie, no quería salir, tampoco sentía ánimo por trabajar, todo parecía insuficiente. “Llego un punto en el que llorar no era suficiente, hablar ya no era suficiente. A veces no podía dormir, me acostaba a las 2 a.m., era como un desorden de sueño, no podía con nada”. Sin embargo, Andrea creía que lo único que sí parecía suficiente para ella era ver a Bella, una springel spaniel café con blanco que hacía que su día a día fuera menos complejo.
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Sin embargo, al ver la situación en la que estaba, su familia decidió dejar bajo su cuidado a Bella por algunos días, “yo siento que algo pasa con ella y de pronto la quiere cuidar” dijo en ese momento su primo. Andrea comenta que ella fue uno de los más grandes soportes que tuvo durante los momentos más difíciles. “Cuando llamaban de la Secretaría de la Mujer yo caía en lágrimas y ella se acercaba y comenzaba a jalar mi mano para que yo le pusiera cuidado” recuerda.
Incluso, un día en el que intentó atentar contra su vida, Bella comenzó a ladrar y a correr por toda la casa, “estaba desesperada”. Luego de ese momento, alejó los pensamientos que tenía y decidió que era hora de sacarla. Así pasaron varios días hasta que un día, sin Bella a su lado y solo viendo oscuridad, Andrea decidió tomarse un frasco de pastillas que tenía en su mesa de noche.
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“Siento que ese cariño que esa mascota le da a uno lo hace sentir importante. Ella es muy particular, parece enamorada de mi, a veces se queda mirándome fijamente”, como si le dijera a su dueña que todo va a estar bien.
Y así fue, gracias a los medicamentos que Andrea toma a diario y al soporte que Bella le brinda, logró volver a entablar conversaciones en el trabajo, ya maneja el pánico social y acude con frecuencia a sus citas con el psiquiatra y psicólogo. “Bella es mi apoyo emocional pero también soy el apoyo emocional de ella, si no estuviera, no sé que hubiese pasado”, concluye.
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Esto ocurre porque el tipo de vínculo emocional que aporta un animal provee importantes beneficios desde el punto de vista psicológico. De acuerdo con el director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud, del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, consultado por Vanguardia, la relación del ser humano y el perro establece un vínculo “bidireccional y mutuo, casi como una reacción química, como cuando se utilizan dos reactivos y es imposible evitar que no reaccionen”.
Es por esta razón, que la aparición de un vínculo afectivo con un animal facilita las condiciones para el tratamiento por depresión o cualquier otro tipo de malestar relacionado porque proporcionan el sentido de la responsabilidad, reducen el estrés y reduce los riesgos de padecer patologías cardiacas.
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Recuerde que cualquier caso de salud mental requiere una valoración oportuna y posterior tratamiento. Para ello, puede comunicarse a las líneas habilitadas a nivel nacional.
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No olvide que consultar con un psicólogo o psiquiatra también hace parte del proceso de recuperación y que los animales solo son parte del apoyo terapéutico que pueden brindar y no sustituyen la ayuda profesional.
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