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Uno de los dos perros del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de su esposa, Jill Biden, se ha visto implicado en varios incidentes en la Casa Blanca, que incluyen una situación en la que un agente del Servicio Secreto tuvo que ir al hospital.
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Estos hechos, que figuran en los archivos de comunicaciones internas del Servicio Secreto que hizo públicas este martes el grupo conservador Judicial Watch, indican que Commander, el perro más joven de la familia, estuvo implicado en diez incidentes.
En otro de los casos, Jill Biden “no pudo recuperar el control” del perro cuando embestía a un miembro del Servicio Secreto de la Casa Blanca, informaron los medios de comunicación estadounidenses a AFP.
“Creo que es solo cuestión de tiempo hasta que un agente u oficial sea atacado o mordido”, escribió un empleado de ese cuerpo de seguridad en un correo electrónico citado en los documentos.
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Commander llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021 y fue un regalo de uno de los hermanos del presidente, James Biden.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, indicó, mediante una rueda de prensa, lo qué ha pasado con Commander. “La familia Biden intenta encontrar soluciones, incluso designar una zona para que Commander pueda correr y hacer ejercicio, declaró a los medios de comunicación este martes.
Además, de acuerdo con AFP, el director de comunicación de la primera dama ya declaró a la cadena CNN que la Casa Blanca era un “lugar único y a menudo estresante para las mascotas” y que los Biden intentaban establecer un nuevo protocolo.
Mientras tanto, Commander tendrá que volver a ser adiestrado.
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Commander no ha sido el único perro problemático
El presidente Joe Biden y su esposa, Jill, se mudaron a la Casa Blanca con dos perros, los pastores alemanes Champ y Major. Tras la muerte de Champ, los Biden presentaron a su nueva mascota, Commander (Comandante, en español), otro perro de la misma raza.
En un vídeo, Biden fue captado lanzando una pelota y entrando a la Casa Blanca con el cachorro, acompañado de su esposa, mientras le dice a Commander “hey, amigo”.
Otro pastor alemán de Biden, Major, también tuvo problemas para adaptarse a la vida en la Casa Blanca. En 2021, la familia presidencial lo envió temporalmente a su casa de Delaware para tomar clases de comportamiento después de morder a por lo menos un empleado.
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Por recomendación de especialistas, la familia Biden se vio finalmente obligada a confiarlo a unos amigos que viven “en un entorno más tranquilo”.
Además de los perros, los Biden también tienen un gato llamado Willow, pero estos pastores alemanes se han robado todo el protagonismo.
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