¿Cómo saber si un perro tiene dependencia a su dueño?

La dependencia o el apego emocional es más común en perros que han sido adoptados recientemente.

Foto: Pixabay

La relación entre un perro y su dueño es una de las conexiones más especiales que podemos experimentar. Estos compañeros peludos pueden mostrarnos su amor de muchas maneras, desde un movimiento de cola hasta miradas profundas. Sin embargo, en algunos casos, ese apego puede volverse excesivo, manifestándose en un comportamiento conocido como dependencia emocional. En La Red Zoocial le contamos las señales más comunes del apego en perros, según expertos.

La dependencia emocional o hiperapego en las mascotas es más habitual de lo que usted cree. Según la Clínica Veterinaria ESTIVET, “esta enfermedad se manifiesta en ansiedad, angustia y depresión al estar separados de su dueño, incluso en periodos cortos de tiempo”.

Es importante señalar que las conductas que vamos a enumerar próximamente, si bien pueden estar asociadas a la dependencia emocional, también pueden ser síntomas de otros problemas de salud o trastornos en el animal de compañía. Por lo tanto, es esencial consultar a un etólogo o veterinario especializado para recibir una evaluación adecuada, ya que ellos son los expertos en el tema y son los únicos que pueden darle un diagnóstico correcto y seguro que garantice el bienestar de su peludo.

A continuación, y según lo explica la Clínica Veterinaria ESTIVET, le presentamos algunas señales a las que debe prestar atención.

¿Cuáles son las señales de un perro con dependencia emocional?

1. Comportamiento destructivo: si al llegar a su hogar encuentra objetos destruidos y, en casos más graves, al perro lesionándose a sí mismo, es posible que el animal haya sufrido de ansiedad durante su ausencia y haya tratado de canalizarla de esta forma. Sin embargo, es importante considerar que este tipo de comportamiento también puede estar relacionado con trastornos de conducta, falta de estimulación mental o física, o incluso problemas de dolor físico.
2. Efusividad excesiva cuando llega a casa: aunque este comportamiento parece una muestra de cariño, puede tener un significado más profundo del estado mental del perro. Si su perro se emociona excesivamente al volver a verlo, incluso después de haber estado ausente por poco tiempo, puede estar indicando una angustia igual de excesiva cuando usted no está presente.
3. Persecución constante: si su mascota lo sigue a cada habitación que va y no le quita la mirada ni un instante, puede demostrar una necesidad obsesiva de su presencia todo el tiempo.
4. Hace sus necesidades dentro de la casa: otra forma en la que un perro tiende a canalizar la ansiedad que siente cuando se encuentra solo, es defecando y orinando reiteradamente dentro de su casa. Esto lo puede hacer por llamar su atención o por liberar la angustia que siente en su ausencia. Aun así, este tipo de comportamiento no es exclusivo del hiperapego y también puede ser una señal de problemas de salud en su canino.
5. Llanto, jadeos y salivación excesiva: es posible que usted o sus vecinos escuchen a su perro llorar al irse o mientras no está cerca. Este llanto puede ser una expresión clara de angustia por la soledad y puede intensificarse si se encuentra en un estado de ansiedad elevado. Además, puede notar un exceso de jadeos o salivación, especialmente poco después de haber llegado a casa. No obstante, es importante tener en cuenta que estos comportamientos también pueden ser indicativos de otros problemas, como dolor físico, problemas gastrointestinales o condiciones respiratorias. Por lo tanto, siempre es recomendable consultar con un veterinario para obtener un diagnóstico adecuado.

Es fundamental que esté atento a estas señales y actúe a tiempo para evitar que la situación se salga de control. Al tratarse de una condición que puede afectar el bienestar de su mascota, es necesario que consulte con su veterinario sobre las opciones de tratamiento disponibles. Un diagnóstico temprano y un enfoque adecuado ayudarán a su perro a recuperar su salud emocional y a fortalecer la relación que comparten.

Recuerde: el veterinario siempre tendrá la última palabra ante cualquier diagnóstico.

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