Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los perros pueden divertirse, generar desorden y ser inesperados con sus propietarios. Por ello, varios dueños pueden tener una curva de aprendizaje distinta al adoptarlos, pues existen múltiples elementos que pueden descubrirse en el camino.
En primer lugar, es esencial reconocer que cada perro tiene su propia personalidad, por lo que nuevos dueños de mascotas aprenderán a tratarlos dependiendo de sus necesidades propias. Según informa el portal Pet Honesty, algunas mascotas pueden ser obstinadas, mientras que otras son increíblemente cariñosas, y otras aún están llenas de energía y emoción.
Por ello, todos los canes tienen sus propias peculiaridades, cosas que no les gustan a las personas y rasgos que sí. Es útil para los dueños de perros intentar conocer la personalidad de las mascotas, para poder brindarle el mejor apoyo posible. Así, es recomendable prestar atención a las cosas que les encantan o las que los canes suelen evitar.
Los canes pueden llegar a ser desordenados de vez en cuando, lo que se traduce en lo inapropiado que puede ser para algunas mascotas en su cuerpo. Los perros tendrán accidentes, harán desorden y, en general, pueden ensuciar el hogar. En este orden de ideas, resulta esencial asegurarse de tener productos en la casa que sean libres de químicos y seguros de usar en los alrededores de las mascotas, porque estarán limpiando desastres.
Además, los canes necesitan bastante tiempo de cuidado. Varios propietarios de mascotas querrán pasar más tiempo con ellos, por lo que deberán cancelar planes con amigos para quedarse en casa y abrazar a los cachorros. De hecho, las personas querrán explorar los patios, bares y restaurantes que admiten mascotas que puedan encontrar cerca.
Estos animales pueden tener su propio lenguaje, por lo que pueden comunicar con sus dueños sus necesidades específicas. Los cachorros podrían patear, empujar o golpear cuando quieran atención. Pueden quejarse y hacer otros sonidos cuando necesiten algo. De hecho, un can podría tener un ladrido diferente para cada situación.
Cabe recalcar que el adoptar un perro es un compromiso serio. Desde el principio, los dueños se convierten en su principal cuidador y responsable, con la obligación de brindarle todos los cuidados necesarios para su bienestar, una buena convivencia y un desarrollo adecuado, evitar problemas futuros con personas, otros animales o el entorno en general. “Es crucial garantizar condiciones óptimas de salud, nutrición estable, equilibrio emocional, ausencia de dolor y angustia, y permitir expresar su comportamiento natural para asegurar su bienestar y calidad de vida”, explica Andrea Millán, especialista en educación del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal.
Los canes pueden implicar gastos significativos, como comida, utensilios, juguetes, atención veterinaria regular (al menos dos veces al año), vacunas, desparasitación, esterilización, entre otros. Antes de tomar la decisión de adoptar, asegúrese de contar con los recursos económicos necesarios para su cuidado.
Si ante todas estas eventualidades, los propietarios están seguros de poder proporcionar un hogar amoroso, se estará tomando una decisión para toda la vida. Adoptar significa brindarle a un ser vulnerable la oportunidad de tener un hogar lleno de amor y alegría. Además, tener un can en casa ofrece beneficios que van desde reducir el estrés hasta mejorar la salud física y emocional del dueño.