¿Cuál es la parte más delicada de un perro?
Zonas como los ojos son profundamente delicadas, por lo que pueden necesitar de higiene extra para evitar infecciones graves.
Los perros son animales juguetones, cariñosos y sociales a los cuales se les puede acariciar y tocar sin esperar una mala reacción. Sin embargo, al igual que otras especies, tienen en su cuerpo zonas más sensibles que otras que requieren de mayor cuidado.
Según informan los profesionales de Pharmadiet Veterinaria, empresa pionera en investigación y desarrollo de productos para la salud animal en España, las zonas más delicadas de los caninos son los ojos, los oídos, el hocico y la base del cráneo.
Mientras algunos peludos disfrutan de caricias suaves en las orejas, otros pueden encontrarlo incómodo; por lo tanto, siempre es crucial observar sus señales. Además, es importante señalar que estos animales se destacan por poseer una audición aguda mucho más desarrollada que la de los humanos, por lo que es de esperar que sea una parte sensible y de especial cuidado.
Por otro lado, zonas como los ojos son profundamente delicadas, por lo que pueden necesitar de higiene extra para evitar infecciones graves. En cuanto a la nariz, los veterinarios aseguran que aparte de ser un órgano muy importante, también es una de las partes más sensibles del cuerpo.
La mayoría de los perros tienen la nariz marrón o negra. Otros presentan un tono rosado y esta peculiar característica es común en caninos con pelaje claro. El hocico puede cambiar de color y existen muchas razones por las que esto puede suceder, desde el clima hasta un problema médico que necesite atención. Las alergias, la anemia y otras patologías, algunas de gravedad, pueden producir los cambios en la nariz.
Los expertos tampoco aconsejan acariciar a un perro en partes como las patas y la cola, a no ser que se tenga mucha confianza con el animal, pues lo puede interpretar como una amenaza.
Es importante entender que un grado de sensibilidad corporal alto provocará que el perro se muestre reacio a ser tocado, que tolere bien las caricias y que incluso muestre problemas con el cepillado. Por esta razón, es esencial prestar atención a sus reacciones.
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Los perros son animales juguetones, cariñosos y sociales a los cuales se les puede acariciar y tocar sin esperar una mala reacción. Sin embargo, al igual que otras especies, tienen en su cuerpo zonas más sensibles que otras que requieren de mayor cuidado.
Según informan los profesionales de Pharmadiet Veterinaria, empresa pionera en investigación y desarrollo de productos para la salud animal en España, las zonas más delicadas de los caninos son los ojos, los oídos, el hocico y la base del cráneo.
Mientras algunos peludos disfrutan de caricias suaves en las orejas, otros pueden encontrarlo incómodo; por lo tanto, siempre es crucial observar sus señales. Además, es importante señalar que estos animales se destacan por poseer una audición aguda mucho más desarrollada que la de los humanos, por lo que es de esperar que sea una parte sensible y de especial cuidado.
Por otro lado, zonas como los ojos son profundamente delicadas, por lo que pueden necesitar de higiene extra para evitar infecciones graves. En cuanto a la nariz, los veterinarios aseguran que aparte de ser un órgano muy importante, también es una de las partes más sensibles del cuerpo.
La mayoría de los perros tienen la nariz marrón o negra. Otros presentan un tono rosado y esta peculiar característica es común en caninos con pelaje claro. El hocico puede cambiar de color y existen muchas razones por las que esto puede suceder, desde el clima hasta un problema médico que necesite atención. Las alergias, la anemia y otras patologías, algunas de gravedad, pueden producir los cambios en la nariz.
Los expertos tampoco aconsejan acariciar a un perro en partes como las patas y la cola, a no ser que se tenga mucha confianza con el animal, pues lo puede interpretar como una amenaza.
Es importante entender que un grado de sensibilidad corporal alto provocará que el perro se muestre reacio a ser tocado, que tolere bien las caricias y que incluso muestre problemas con el cepillado. Por esta razón, es esencial prestar atención a sus reacciones.
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