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El pasado 16 de noviembre, en el barrio Nariño Sur de Bogotá, Alexandra Puentes y su hija Luciana, de 10 años, encontraron un perro atado a la reja del parque del barrio. En un primer momento, pensaron que pertenecía a alguno de los jóvenes que estaba jugando fútbol, ya que la correa y ropa que traía el animal estaba en buen estado.
Pasaron las horas y se dieron cuenta de que estaba abandonado. Cuando se acercaron, Alexandra describe que el perro estaba desesperado, tiraba de la correa, por lo que tenía una herida en su cara y pedía caricias. También había un cartón en el que se leía: “Mi nombre es Mateo, cuídame por favor”.
La familia le proporcionó agua y empezó a difundir fotografías en los grupos de WhatsApp del barrio y en redes sociales, con el objetivo de encontrar un hogar para Mateo, ya que para ellas no era posible proporcionarle uno.
Gracias a estas acciones, los funcionarios de una veterinaria del barrio reconocieron al can y se contactaron con Alexandra. Le contaron que lo habían atendido hace un par de días, que Mateo había tenido exámenes por una ceguera temprana y que cuando su dueña fue a recogerlo, les había afirmado que ya no lo quería.
La familia le contó a La Red Zoocial que recibieron múltiples llamadas y que hay varias personas interesadas en la adopción de Mateo. “Nosotros nos unimos como comunidad, sentimos el dolor del animalito y no podíamos dejarlo ahí, es un amor diferente” afirmó Alexandra.
El perrito sigue en la casa de Alexandra, esperando llegar a una familia que le dé todo el amor que de un momento a otro le quitaron. Recuerde que abandonar a un animal es un acto de crueldad.
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