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Briggith Alejandra Briceño y sus padres llevan aproximadamente 11 años dedicándose a proteger y cuidar animales. Ellos tienen bajo su cuidado a 26 perros y 18 gatos y se encargan de recogerlos, alimentarlos y conseguirles hogar.
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Briggith Briceño se inscribió como proteccionista hace tres años, en la localidad de Puente Aranda, en Bogotá. En un inicio, su labor se basaba en recorrer distintas casas y vecindarios, con el objetivo de esterilizar a los animales de sus vecinos y las personas que conocía. En la actualidad, junto a sus padres, se encarga de rescatar camadas de perros y gatos, que se encuentran en situación de vulnerabilidad. “En los últimos tres años, hemos dado en adopción a cerca de 300 gatos y 40 perritos. Las adopciones de perritos están bastante complejas”, cuenta la rescatista.
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Una perrita, de nombre Maze, fue rescatada hace 4 meses. Los propietarios contactaron a rescatistas de animales y le comentaron el caso. Le dijeron que tenían una mascota y que no podían tenerla más tiempo. “Cuando llegamos al hogar, la perrita no estaba en la casa. Nos enteramos de que los dueños dejaban a la perrita todo el día en la calle. No se dieron cuándo la perrita estuvo en celo, de cuándo tuvo embarazo y cuándo parió. Ella llegó a la casa con dos perritos”, comentaron los propietarios.
Los dos cachorros eran una hembra y un macho. Lamentablemente, la hembra no sobrevivió la noche. “La madre no daba leche porque no comía bien. Comenzamos a alimentar la madre y ella podía alimentar mejor a su cría”, cuenta Briggith Briceño.
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El cachorro, de nombre Doby, ya va a cumplir 4 meses. Él se veía completamente normal y saludable. No obstante, hace mes y medio, el animal estaba perdiendo la coordinación en las patas de atrás cada vez que intentaba levantarse. “Me lo he encontrado temblando. Después, comencé a notar que todos los días perdía la coordinación o se quedaba mirando a un punto fijo y luego se caía”, comentó Briggith.
Por ello, lo llevaron al veterinario para realizar el examen de moquillo y hemoparásitos. El perrito sufrió una convulsión, en donde se le paralizaron las patas de atrás. “El perro lloraba y gritaba. Yo me encontré profundamente angustiada, no sabía cómo reaccionar o qué hacerle. Y yo no podía hacer nada, porque es neuronal”, afirmó la rescatista.
Con los exámenes, se dieron cuenta de que tenía bastante alteradas las enzimas del hígado. “Aparentemente, hay un daño general. Ahora sabemos que tiene toxoplasmosis”.
La toxoplasmosis es una zoonosis de amplia distribución mundial que afecta mamíferos y aves, que puede generar debilidad muscular, falta de coordinación en los movimientos, letargo, depresión, convulsiones, temblores, parálisis completa o parcial, problemas respiratorios, pérdida de apetito, pérdida de peso y vómito y diarrea.
Al cachorro se le han realizado exámenes de sangre, ecografías normales y especializadas, se le ha dado medicina tradicional y homeopática, terapias de acupuntura y láser, para trata el problema motriz.
Actualmente, los rescatistas se encuentran recaudando dinero para los medicamentos de la madre, Maze, y el cachorro, Doby. Del mismo modo, deben repetirles los exámenes, para analizar si el tratamiento les está haciendo efecto. “Actualmente, es difícil que las personas adopten un animal sano. Con los animales enfermos, es todavía más difícil la situación”, comentó ella.
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¿Cómo puede ayudarlos?
Puede donar al Nequi o Daviplata del siguiente número: 3192917507.
También, puede comunicarse con el mismo número para preguntar si puede adoptar a los animales.
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