¿Es malo que los perros coman huesos?
Los principales peligros de los huesos vienen de la posibilidad de que se atasquen en el sistema digestivo del perro (oclusión intestinal) o que se astillen y causen graves daños (perforación).
El debate sobre si es o no malo que los perros coman huesos es bastante complejo. Expertos en nutrición canina tienen opiniones tanto a favor como en contra: algunos afirman que estos pueden generar graves problemas de salud en el animal, mientras que otros aseguran que son beneficiosos por su aporte nutricional.
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Uno de los principales argumentos de quienes defienden los huesos como ingrediente natural en las dietas de los perros radica en el parecido que estos animales tienen con los lobos, sus parientes evolutivos. Los defensores aseguran que los caninos, al ser tan similares a los lobos, pueden llevar una alimentación idéntica compuesta por huesos. No obstante, según los expertos, la domesticación ha cambiado los cuerpos de los canes, incluyendo sus mandíbulas y sistema digestivo, por lo que no pueden triturar ni digerir los huesos con la misma eficacia.
Aunque los perros tienen un sistema digestivo capacitado para consumir dietas carnívoras (intestinos más cortos que los herbívoros, ciego de tamaño reducido, PH estomacal más ácido para digerir mejor la carne y menor densidad de flora bacteriana) esto no disminuye los riesgos que puede generar el consumo de huesos como una oclusión o perforación intestinal.
Daniela Peña, médica veterinaria experta en nutrición canina, opina que “alimentar a un perro con huesos, tanto crudos como cocinados, no es una opción viable por las perforaciones intestinales que pueden provocar”. Desde su punto de vista, no es necesario correr este tipo de riesgos.
De hecho, la experta asegura que el aporte nutricional de los huesos en los perros no viene de sí mismos, sino de los tejidos adheridos a ellos: carne, cartílago, etc. “Los huesos son ricos en calcio y fósforo, y aunque contienen mucha proteína, su aporte proteico en los perros es bajo al ser poco digestibles. Los beneficios nutricionales están derivados, mayoritariamente, de los tejidos blandos adheridos a ellos. O sea, de la carne, los cartílagos, la grasa y los tejidos conectores”, asegura Peña a La Red Zoocial.
No obstante, los defensores de las dietas BARF (Biologocally Appropiate Raw Food) o ACBA en su acrónimo en español (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), dietas que son compuestas en una gran parte por huesos carnosos crudos, alegan múltiples beneficios para la salud y la longevidad de los perros.
Carmen Barreiro, médica veterinaria especialista en nutrición natural y dieta BARF o ABCA, afirma que los huesos aportan muchos beneficios en los perros, aunque no todos los caninos pueden comerlos.
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“Los huesos carnosos son importantes dentro de las dietas de perros. Y más aún cuando comen BARF, ya que es un ingrediente principal. Pero no todos los perros pueden comerlos. Hay algunas patologías en las que los huesos no nos benefician en absoluto, sino que nos generan inflamación o directamente los perros no son capaces de digerirlos. Podemos producir obstrucciones intestinales, digestiones pesadas, malestar digestivo, reflujo y vómitos”, dice Barreiro.
De acuerdo con la experta, es importante tener en cuenta las condiciones de cada perro como su tamaño, sus preferencias y su nivel de ansiedad al comer. De esto dependerá si es o no oportuno agregar huesos carnosos a su dieta.
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Aunque los perros tienen un sistema digestivo capacitado para consumir dietas carnívoras (intestinos más cortos que los herbívoros, ciego de tamaño reducido, PH estomacal más ácido para digerir mejor la carne y menor densidad de flora bacteriana) esto no disminuye los riesgos que puede generar el consumo de huesos como una oclusión o perforación intestinal.
Daniela Peña, médica veterinaria experta en nutrición canina, opina que “alimentar a un perro con huesos, tanto crudos como cocinados, no es una opción viable por las perforaciones intestinales que pueden provocar”. Desde su punto de vista, no es necesario correr este tipo de riesgos.
De hecho, la experta asegura que el aporte nutricional de los huesos en los perros no viene de sí mismos, sino de los tejidos adheridos a ellos: carne, cartílago, etc. “Los huesos son ricos en calcio y fósforo, y aunque contienen mucha proteína, su aporte proteico en los perros es bajo al ser poco digestibles. Los beneficios nutricionales están derivados, mayoritariamente, de los tejidos blandos adheridos a ellos. O sea, de la carne, los cartílagos, la grasa y los tejidos conectores”, asegura Peña a La Red Zoocial.
No obstante, los defensores de las dietas BARF (Biologocally Appropiate Raw Food) o ACBA en su acrónimo en español (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), dietas que son compuestas en una gran parte por huesos carnosos crudos, alegan múltiples beneficios para la salud y la longevidad de los perros.
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De acuerdo con la experta, es importante tener en cuenta las condiciones de cada perro como su tamaño, sus preferencias y su nivel de ansiedad al comer. De esto dependerá si es o no oportuno agregar huesos carnosos a su dieta.
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