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Esta divertida historia comienza hace algunos años, cuando Hana Brickman estaba en la Escuela de Enfermería en la Universidad Estatal de Washington, Estados Unidos. La joven se ofreció como voluntaria para entrenar perros de servicio, entre los cachorros que pasaron por sus manos, uno, un encantador golden retriever llamado Gumbo, no logró pasar las pruebas. ¿La razón? No era “lo suficientemente serio”, según los evaluadores. Hana, que sintió una fuerte conexión con el peludito, decidió adoptarlo y darle un hogar.
Gumbo se caracteriza por tener una energía desbordante y ser muy cariñoso, tanto así que nunca se separa de un peluche parecido a él. Como contó Hana a People, todo comienza cuando ella compra un perro de peluche para ella misma, pero pronto se dio cuenta de que Gumbo también había desarrollado una gran fascinación por el juguete.
“En realidad no era para él, sino para mí”, dice Brickman. Pero cada vez que alguien venía a visitarla, Gumbo tomaba el peluche del sofá y se lo mostraba con orgullo. “Se le llenaba de baba y yo le decía: ‘No importa, puedes quedártelo’”, recuerda Hana.
Pronto, el peluche, que fue llamado Shrimp tras un concurso de nombres en Instagram, se convirtió en el compañero inseparable de Gumbo. El peluche ha estado con el peludito en cada aventura: desde el Gran Cañón hasta senderos en Arizona. “Una vez lo perdimos en un sendero en Arizona”, cuenta Hana en la entrevista. “No nos dimos cuenta hasta el día siguiente, y manejamos dos horas hasta el comienzo del sendero para buscarlo. Pensamos: ‘¡No podemos dejarlo!’”. Afortunadamente, un desconocido encontró Shrimp y lo colocó en el cartel del sendero. “Probablemente pensaron: ‘Algún niño lo perdió’”, cuenta Hana.
La cuenta de Instagram que Hana creó para compartir las aventuras de Gumbo y Shrimp, @gumbowithshrimp, ha capturado los corazones de más de 20,000 seguidores. Las fotos muestran a Gumbo, ya envejecido, con algunas canas en su pelaje, con su peluche en la boca, posando en paisajes espectaculares o disfrutando de la compañía de sus otros perros.
Ahora, a punto de cumplir 10 años, Gumbo y Shrimp siguen siendo un dúo entrañable, aunque ambos necesitan más cuidados por todo el tiempo que ha pasado. A pesar de compartir su vida con otros perros, el vínculo con Gumbo es único para Hana.“Siempre está a mi lado”, dice Brickman. “Es un buen perro”.
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