Steven, el perrito que iba a ser sacrificado y encontró un salvador a tiempo
El pequeño cachorro tenía una grave enfermedad en la piel. Su rescatista lo salvó y le brindó una segunda oportunidad. Esta es su historia.
María Hernández
El pasado 19 de agosto, el personal de Austin Pets Alive (APA), ubicado en Texas, Estados Unidos, estaba realizando una visita a un refugio cercano y notaron la presencia de un pequeño perrito sin pelo, que estaba gimiendo de dolor y tenía su cara tan inflamada que no podía abrir sus ojitos.
Steven llegó al lugar con un caso severo de sarna demodécica canina, que, según los expertos de la Clínica Veterinaria de Madrid, “es una enfermedad parasitaria causada por la proliferación excesiva de ácaros del género Demodex en el interior de los folículos pilosos del animal”. De ahí su aspecto tan particular: sin pelo y con la piel rosada, hinchada y llena de costras.
En el refugio no podían hacerse cargo de los costos de su recuperación, por eso, Steven corría con el riesgo de ser sacrificado. “El refugio local asociado donde se encontraba Steven practicaba la eutanasia con regularidad en caso de que los animales tuvieran problemas médicos tratables. Esto a veces se debe a los cuidados que requiere, pero también puede deberse al coste de los medicamentos o incluso al espacio disponible en la perrera”, dijo Sarah Muirhead, gerente senior del programa Austin Pets Alive (APA), a People. “Todavía me resulta difícil entender cómo se sacrifican tantos animales tratables debido a la falta de recursos en los refugios”, añadió.
Sarah, comprendiendo que la enfermedad de Steve no era tan grave como se creía y tenía solución, decidió llevarlo a su casa y brindarle una segunda oportunidad y salvar su vida. Sabía que el peludo no había tenido el mejor comienzo, pero, a pesar de esto, no estaba deprimido, al contrario, era un cachorro feliz, tierno y con ganas de salir adelante y recuperarse.
“Originalmente, solo tenía pensado quedármelo durante la noche y llevarlo a APA al día siguiente para que estuviera en una perrera hasta que se pudiera encontrar un nuevo hogar de acogida. Pero era tan tranquilo y dulce, y realmente no quería que estuviera solo en una perrera”, recordó la mujer a People.
Durante el último mes, Sarah se ha convertido en la enfermera de Steven y le suministra los medicamentos tópicos y orales, analgésicos, antibióticos y cremas especiales que necesita para su recuperación. Esto, más el cariño y el amor que le brinda, ha hecho que el pequeño peludo esté mucho mejor: tiene pelo, aunque aún le quedan unas cuantas costras por sanar.
“A veces todavía le pica un poco, pero en general, desde el punto de vista médico, está fantásticamente bien”, agregó la rescatista.
Para la rescatista, una de las mejores cosas del proceso, ha sido descubrir la tonta y juguetona personalidad de Steven. “Le encanta jugar con juguetes y puede entretenerse solo. Se pone a hacer zoom con regularidad y se abalanza sobre las cosas sin motivo alguno”.
Steven, quien usa pequeñas prendas para proteger su delicada piel y ayudarla a sanar rápidamente, es ideal para cualquier familia. Ama los abrazos, tomar el sol y estar detrás de sus humanos. Incluso, a su corta edad, ya ha aprendido algunos trucos. ¡Es muy inteligente y cariñoso!
“Espero que Steven acabe en un hogar que lo quiera por el cachorro valiente que es. Se merece todo el amor y el cuidado que claramente no recibió antes de terminar en el sistema de refugios”, finalizó por decir Sarah a People.
El pequeño perrito negro, que es una mezcla de terrier y pitbull, y que pesa 12 kilogramos, está listo para encontrar a su familia ideal. Steven está adiestrado casi por completo y sigue recibiendo su tratamiento contra la sarna (que no es contagiosa). Se adaptaría bien a cualquier hogar y le encanta estar al lado de otros animales y niños.
Si usted quiere adoptarlo o ayudar en su proceso, puede ingresar al siguiente enlace de la Austin Pets Alive. Ahí recibirá toda la información sobre él.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱
El pasado 19 de agosto, el personal de Austin Pets Alive (APA), ubicado en Texas, Estados Unidos, estaba realizando una visita a un refugio cercano y notaron la presencia de un pequeño perrito sin pelo, que estaba gimiendo de dolor y tenía su cara tan inflamada que no podía abrir sus ojitos.
Steven llegó al lugar con un caso severo de sarna demodécica canina, que, según los expertos de la Clínica Veterinaria de Madrid, “es una enfermedad parasitaria causada por la proliferación excesiva de ácaros del género Demodex en el interior de los folículos pilosos del animal”. De ahí su aspecto tan particular: sin pelo y con la piel rosada, hinchada y llena de costras.
En el refugio no podían hacerse cargo de los costos de su recuperación, por eso, Steven corría con el riesgo de ser sacrificado. “El refugio local asociado donde se encontraba Steven practicaba la eutanasia con regularidad en caso de que los animales tuvieran problemas médicos tratables. Esto a veces se debe a los cuidados que requiere, pero también puede deberse al coste de los medicamentos o incluso al espacio disponible en la perrera”, dijo Sarah Muirhead, gerente senior del programa Austin Pets Alive (APA), a People. “Todavía me resulta difícil entender cómo se sacrifican tantos animales tratables debido a la falta de recursos en los refugios”, añadió.
Sarah, comprendiendo que la enfermedad de Steve no era tan grave como se creía y tenía solución, decidió llevarlo a su casa y brindarle una segunda oportunidad y salvar su vida. Sabía que el peludo no había tenido el mejor comienzo, pero, a pesar de esto, no estaba deprimido, al contrario, era un cachorro feliz, tierno y con ganas de salir adelante y recuperarse.
“Originalmente, solo tenía pensado quedármelo durante la noche y llevarlo a APA al día siguiente para que estuviera en una perrera hasta que se pudiera encontrar un nuevo hogar de acogida. Pero era tan tranquilo y dulce, y realmente no quería que estuviera solo en una perrera”, recordó la mujer a People.
Durante el último mes, Sarah se ha convertido en la enfermera de Steven y le suministra los medicamentos tópicos y orales, analgésicos, antibióticos y cremas especiales que necesita para su recuperación. Esto, más el cariño y el amor que le brinda, ha hecho que el pequeño peludo esté mucho mejor: tiene pelo, aunque aún le quedan unas cuantas costras por sanar.
“A veces todavía le pica un poco, pero en general, desde el punto de vista médico, está fantásticamente bien”, agregó la rescatista.
Para la rescatista, una de las mejores cosas del proceso, ha sido descubrir la tonta y juguetona personalidad de Steven. “Le encanta jugar con juguetes y puede entretenerse solo. Se pone a hacer zoom con regularidad y se abalanza sobre las cosas sin motivo alguno”.
Steven, quien usa pequeñas prendas para proteger su delicada piel y ayudarla a sanar rápidamente, es ideal para cualquier familia. Ama los abrazos, tomar el sol y estar detrás de sus humanos. Incluso, a su corta edad, ya ha aprendido algunos trucos. ¡Es muy inteligente y cariñoso!
“Espero que Steven acabe en un hogar que lo quiera por el cachorro valiente que es. Se merece todo el amor y el cuidado que claramente no recibió antes de terminar en el sistema de refugios”, finalizó por decir Sarah a People.
El pequeño perrito negro, que es una mezcla de terrier y pitbull, y que pesa 12 kilogramos, está listo para encontrar a su familia ideal. Steven está adiestrado casi por completo y sigue recibiendo su tratamiento contra la sarna (que no es contagiosa). Se adaptaría bien a cualquier hogar y le encanta estar al lado de otros animales y niños.
Si usted quiere adoptarlo o ayudar en su proceso, puede ingresar al siguiente enlace de la Austin Pets Alive. Ahí recibirá toda la información sobre él.
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