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La empresa Envigo, que criaba beagles para pruebas médicas, recibió una multa de 35 millones de dólares (cerca de $136.000 millones), el pasado lunes 3 de junio, después de que 4.000 beagles fueran rescatados de sus instalaciones en Virginia, Estados Unidos, en 2022.
Lo que convierte a esta medida en la mayor sanción impuesta por crueldad animal en el país norteamericano, en virtud de la Ley de Bienestar Animal, según el Departamento de Justicia de EE. UU.
Esto se realizó luego de que los inspectores descubrieron que algunos perros estaban siendo sacrificados en lugar de recibir la atención veterinaria requerida para tratar infecciones que pueden curarse “con facilidad”.
Asimismo, se encontró que los animales también eran alimentados con concentrado que tenía gusanos, moho, heces y que a algunas madres lactantes no les daban comida. El gobierno estadounidense indicó que Envigo había “conspirado para violar conscientemente la Ley de Bienestar Animal al no proporcionar, entre otras cosas, atención veterinaria adecuada, personal adecuado y condiciones de vida seguras para los perros alojados en las instalaciones del condado de Cumberland”.
Por su parte, una empresa hermana de este criadero, Envigo Global Services Inc., también admitió haber infringido la Ley de Agua Limpia al no tratar adecuadamente las aguas residuales, lo que afectó negativamente a la salud de los perros y contaminó el medio ambiente.
Ahora, la empresa exige un acuerdo en el que deberá pagar lo equivalente a 22 millones de dólares al gobierno nacional, además aproximadamente 1,1 millones al grupo de lucha animal de Virginia y cerca de 1,9 millones a la Sociedad Humanitaria de los Estados Unidos por su ayuda para rescatar a los beagles.
“Envigo promovió una cultura empresarial que priorizaba las ganancias y la conveniencia sobre el cumplimiento de la ley”, dijo en un comunicado Christopher Kavanaugh, fiscal estadounidense para el Distrito Oeste de Virginia. Lo que además de traer maltrato a las mascotas, contaminó una de las vías fluviales en el estado. Por ello, la empresa prometió no criar perros durante los próximos cinco años.
Al cometer los delitos que se le imputan “y al no realizar las mejoras necesarias en la infraestructura y no contratar al personal necesario, no cumplimos con nuestros estándares de bienestar animal y ambiental y nos disculpamos ante el público por el daño causado por nuestra conducta”, dijo la compañía en un comunicado en su sitio web el lunes.