Las colombianas que dedican su vida a rescatar perros viejos que nadie quiere adoptar
Corazón animal vegano es un hogar para los “perriabuelos”, caninos viejos y enfermos, que han sido rescatados de las calles de Bogotá. Paula y Edna Moreno, las fundadoras de este proyecto, les brindan a estos animales el amor y el cuidado que requieren en sus últimos años de vida.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
Cada año miles de perros son abandonados en las frías calles de Bogotá. Según datos del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba), para 2023 se hicieron 11.860 reportes por presunto abandono. Esta problemática no discrimina edad, raza o tamaño, se limita simplemente en concebir a estos seres vivos como objetos que pueden ser regalados y desechados en cualquier momento.
Para muchos, el tipo de abandono más cruel es el de aquellos animales de compañía que han compartido toda su vida con una familia, pero que, al llegar la vejez, las enfermedades y los gastos veterinarios, se convierten en seres “inservibles” y son dejados a su suerte.
El refugio Corazón Animal Vegano, ubicado en la localidad de Suba, es un lugar que se encarga de rescatar, cuidar y darle una segunda oportunidad a estos perros ancianos y enfermos que han sido abandonados en las calles de la ciudad. Paula y Edna Moreno, las fundadoras del proyecto, realizan esta labor con absoluta pasión y amor, pues están completamente seguras de que los caninos de la tercera edad, aquellos que ellas llaman “perriabuelos”, también pueden tener una vida digna y feliz.
“De niñas vimos morir a muchos perritos en la calle, la gente los veía y nadie los ayudaba. Eran invisibles para la sociedad y para el Estado. Comenzamos a llevarles comida y a hacerles casitas con plásticos y cajas. Al crecer, decidí estudiar medicina veterinaria para poder ayudarlos y mi hermana quiso estudiar gastronomía para crear recetas basadas en plantas donde no se utilizaran animales. Tomamos la decisión de ayudar a los perriabuelos porque son los que las personas menos adoptan debido a sus enfermedades y edad. No queremos que otro perriabuelo termine muriendo solo y con dolor en la calle”, cuenta Paula Moreno, activista, médica veterinaria y fundadora de Corazón Animal Vegano.
En su deseo por ayudar a los animales, estas hermanas bogotanas abrieron el refugio en 2018. La casa está adaptada y equipada para albergar a los perros ancianos que en muchas ocasiones presentan enfermedades y discapacidades: ceguera, sordera o movilidad motora reducida. Ellos cuentan con atención las 24 horas del día, pues requieren de alimentación especial, fisioterapia, paseos, cambio de pañales, medicinas y una buena higiene para evitar que su sistema inmune se vea afectado.
Paula y Edna se aseguran de que todos los perros tengan una vida normal llena de amor y cariño. Los que tienen limitaciones físicas utilizan herramientas como coches, sillas de ruedas y bastones, de esta forma pueden disfrutar más de sus salidas al parque. Cuando llega el momento en el que un “perriabuelo” debe descansar, le realizan una ceremonia de despedida y le aplican la eutanasia para que se vaya sin dolor.
“Una vez un perriabuelo se va, se rescata otro perriabuelo enfermo en la calle. Cuando acogemos a uno nuevo le realizamos exámenes de sangre y ecografías para saber su estado de salud, escoger su dieta especial, los medicamentos que necesita y así brindarle una calidad de vida”, dice Paula.
Corazón Animal Vegano da en adopción a aquellos perros que cuentan con una esperanza de vida más larga. Los que tienen un estado de salud delicado o se encuentran en su etapa final reciben atención veterinaria para que puedan pasar sus últimos meses con dignidad y respeto. Actualmente, el refugio alberga a 38 animales, aunque el número cambia constantemente porque algunos caninos cumplen con su ciclo de vejez y otros son adoptados.
“Cada animal que se ha rescatado aquí tiene una historia. Ellos todavía aman, juegan. Son cachorros de por vida, solo que sus cuerpos envejecen y por eso son rechazados. Los descartan como si fueran simples objetos con la función de entretener o de llenar un vacío y cuando ya no son útiles los abandonan”, recalca Paula.
Las hermanas Moreno obtienen los recursos económicos para ayudar a los animales a través de Casa Vegan, una tienda-restaurante que ofrece diferentes comidas veganas, así como camisetas y mugs con mensajes antiespecistas. “A mí siempre me ha gustado cocinar, quería tener un restaurante algún día. Con mi hermana dijimos ´por qué no cocinamos y con esas ventas empezamos a ayudarnos monetariamente´. Comenzamos a fabricar un helado cremoso vegano, a ofrecer comida rápida en diversos eventos en la calle y a domicilio, y con los fondos financiamos las brigadas de salud y esterilizaciones para los animales en condición de calle”, cuenta Edna.
El refugio también recibe donaciones de personas desinteresadas que desean aportar su granito de arena a esta noble labor. Actualmente, siete personas hacen parte del equipo: cuatro trabajan en la tienda vegana y tres en el cuidado de los animales. Además, cuentan diariamente con tres voluntarias que ayudan en el paseo de los perros. “Quien desee ayudarnos puede ser padrino o madrina, dando un aporte mensual, también enviando materiales o siendo voluntarios. También ayudándonos a encontrarles hogar a los perritos que aún pueden tener algunos años más con calidad de vida”, dice Paula.
Corazón Animal Vegano no solo es un hogar para perros viejos, también es un proyecto que se encarga de luchar contra el maltrato de todo tipo de animales y promover un estilo de vida vegano. Por eso, además de las labores diarias de cuidado con los “perriabuelos”, sus integrantes realizan brigadas de salud y alimentación para los animales en condición de calle en diferentes partes de Bogotá, especialmente en las zonas más vulnerables.
“Una dificultad ha sido que las personas aumenten su empatía hacia otros animales que sufren, no solo los perros y gatos. Ha sido un trabajo de educación, de participar en protestas, de hacer eventos para que la gente se informe porque hay mucho desconocimiento sobre la violencia latente hacia los animales”, informa Paula.
A pesar de las dificultades que trae consigo el rescate y el cuidado de los perros mayores, Paula y Edna se han empeñado en salir adelante, pues saben que para ayudar a los animales no solo basta con sacarlos de las calles, también es necesario cambiar esa “cultura” del abandono que persiste en muchos colombianos.
Si desea apoyar a Paula y Edna en esta noble labor, ya sea con donaciones o como voluntario, puede comunicarse al 3192384064 o a través de la cuenta de Instagram corazonanimalvegano.
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Cada año miles de perros son abandonados en las frías calles de Bogotá. Según datos del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba), para 2023 se hicieron 11.860 reportes por presunto abandono. Esta problemática no discrimina edad, raza o tamaño, se limita simplemente en concebir a estos seres vivos como objetos que pueden ser regalados y desechados en cualquier momento.
Para muchos, el tipo de abandono más cruel es el de aquellos animales de compañía que han compartido toda su vida con una familia, pero que, al llegar la vejez, las enfermedades y los gastos veterinarios, se convierten en seres “inservibles” y son dejados a su suerte.
El refugio Corazón Animal Vegano, ubicado en la localidad de Suba, es un lugar que se encarga de rescatar, cuidar y darle una segunda oportunidad a estos perros ancianos y enfermos que han sido abandonados en las calles de la ciudad. Paula y Edna Moreno, las fundadoras del proyecto, realizan esta labor con absoluta pasión y amor, pues están completamente seguras de que los caninos de la tercera edad, aquellos que ellas llaman “perriabuelos”, también pueden tener una vida digna y feliz.
“De niñas vimos morir a muchos perritos en la calle, la gente los veía y nadie los ayudaba. Eran invisibles para la sociedad y para el Estado. Comenzamos a llevarles comida y a hacerles casitas con plásticos y cajas. Al crecer, decidí estudiar medicina veterinaria para poder ayudarlos y mi hermana quiso estudiar gastronomía para crear recetas basadas en plantas donde no se utilizaran animales. Tomamos la decisión de ayudar a los perriabuelos porque son los que las personas menos adoptan debido a sus enfermedades y edad. No queremos que otro perriabuelo termine muriendo solo y con dolor en la calle”, cuenta Paula Moreno, activista, médica veterinaria y fundadora de Corazón Animal Vegano.
En su deseo por ayudar a los animales, estas hermanas bogotanas abrieron el refugio en 2018. La casa está adaptada y equipada para albergar a los perros ancianos que en muchas ocasiones presentan enfermedades y discapacidades: ceguera, sordera o movilidad motora reducida. Ellos cuentan con atención las 24 horas del día, pues requieren de alimentación especial, fisioterapia, paseos, cambio de pañales, medicinas y una buena higiene para evitar que su sistema inmune se vea afectado.
Paula y Edna se aseguran de que todos los perros tengan una vida normal llena de amor y cariño. Los que tienen limitaciones físicas utilizan herramientas como coches, sillas de ruedas y bastones, de esta forma pueden disfrutar más de sus salidas al parque. Cuando llega el momento en el que un “perriabuelo” debe descansar, le realizan una ceremonia de despedida y le aplican la eutanasia para que se vaya sin dolor.
“Una vez un perriabuelo se va, se rescata otro perriabuelo enfermo en la calle. Cuando acogemos a uno nuevo le realizamos exámenes de sangre y ecografías para saber su estado de salud, escoger su dieta especial, los medicamentos que necesita y así brindarle una calidad de vida”, dice Paula.
Corazón Animal Vegano da en adopción a aquellos perros que cuentan con una esperanza de vida más larga. Los que tienen un estado de salud delicado o se encuentran en su etapa final reciben atención veterinaria para que puedan pasar sus últimos meses con dignidad y respeto. Actualmente, el refugio alberga a 38 animales, aunque el número cambia constantemente porque algunos caninos cumplen con su ciclo de vejez y otros son adoptados.
“Cada animal que se ha rescatado aquí tiene una historia. Ellos todavía aman, juegan. Son cachorros de por vida, solo que sus cuerpos envejecen y por eso son rechazados. Los descartan como si fueran simples objetos con la función de entretener o de llenar un vacío y cuando ya no son útiles los abandonan”, recalca Paula.
Las hermanas Moreno obtienen los recursos económicos para ayudar a los animales a través de Casa Vegan, una tienda-restaurante que ofrece diferentes comidas veganas, así como camisetas y mugs con mensajes antiespecistas. “A mí siempre me ha gustado cocinar, quería tener un restaurante algún día. Con mi hermana dijimos ´por qué no cocinamos y con esas ventas empezamos a ayudarnos monetariamente´. Comenzamos a fabricar un helado cremoso vegano, a ofrecer comida rápida en diversos eventos en la calle y a domicilio, y con los fondos financiamos las brigadas de salud y esterilizaciones para los animales en condición de calle”, cuenta Edna.
El refugio también recibe donaciones de personas desinteresadas que desean aportar su granito de arena a esta noble labor. Actualmente, siete personas hacen parte del equipo: cuatro trabajan en la tienda vegana y tres en el cuidado de los animales. Además, cuentan diariamente con tres voluntarias que ayudan en el paseo de los perros. “Quien desee ayudarnos puede ser padrino o madrina, dando un aporte mensual, también enviando materiales o siendo voluntarios. También ayudándonos a encontrarles hogar a los perritos que aún pueden tener algunos años más con calidad de vida”, dice Paula.
Corazón Animal Vegano no solo es un hogar para perros viejos, también es un proyecto que se encarga de luchar contra el maltrato de todo tipo de animales y promover un estilo de vida vegano. Por eso, además de las labores diarias de cuidado con los “perriabuelos”, sus integrantes realizan brigadas de salud y alimentación para los animales en condición de calle en diferentes partes de Bogotá, especialmente en las zonas más vulnerables.
“Una dificultad ha sido que las personas aumenten su empatía hacia otros animales que sufren, no solo los perros y gatos. Ha sido un trabajo de educación, de participar en protestas, de hacer eventos para que la gente se informe porque hay mucho desconocimiento sobre la violencia latente hacia los animales”, informa Paula.
A pesar de las dificultades que trae consigo el rescate y el cuidado de los perros mayores, Paula y Edna se han empeñado en salir adelante, pues saben que para ayudar a los animales no solo basta con sacarlos de las calles, también es necesario cambiar esa “cultura” del abandono que persiste en muchos colombianos.
Si desea apoyar a Paula y Edna en esta noble labor, ya sea con donaciones o como voluntario, puede comunicarse al 3192384064 o a través de la cuenta de Instagram corazonanimalvegano.
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