Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En 2013, desde la ventana de su apartamento en Bogotá, Carolina Peña vio cómo un carro atropelló al que se convertiría en su perro. Salió para rescatarlo, le brindó los cuidados necesarios y lo acogió en su hogar. Al principio, Tony fue tímido y le costó acoplarse a su nueva familia.
Con el tiempo tomó su lugar y eligió a su persona favorita en casa. “Él pasó a dormir conmigo, se metía en mi cama. Y pues ahí empezó la relación muy íntimamente entre los dos”, explicó Peña. El hecho de que Carolina haya sido quien salió a rescatarlo puede explicar esa cercanía.
Sin embargo, años después tomaría otro significado. En 2018, Peña inició una relación de pareja con dinámicas que empezaron a perjudicar su salud mental, aunque ella no se percataba de esto. “Mi perro nunca ladra. Pero a mi pareja siempre le ladraba. Cuando se me acercaba, él se metía en la mitad. Me cuidaba mucho”, contó Carolina sobre los inicios de su relación.
Lea: ¿Cuánto gastan los hogares colombianos en sus mascotas?
Hacia finales de 2020, luego de varios meses de pandemia, Peña aseguró que tocó fondo: “Yo no sabía que eso era ansiedad. Yo no sabía que eso era depresión. Y cuando yo me ponía a llorar, mi perro se acercaba y me lamía las manos”. En el que seguramente fue su peor momento, por instinto o por casualidad, Tony evitó que Carolina atentara contra su vida.
“Ahí dije: tengo que buscar ayuda profesional. Mi psicóloga se enteró de la gran relación que yo tengo con mi perro, que había incluso descuidado, pues por mi relación sentimental, y decidió incluir a Tony en mi terapia”, recordó Peña. Actualmente, es usual que las terapias de salud mental se acompañen de las mascotas, sobre todo cuando existe este tipo de relación.
Entonces, su perro fue el motivo para restablecer su rutina, volver a salir de su casa y tener contacto con otras personas. “Él me llevaba un balón de peluche que yo le regalé, de basquetbol, y me acuerdo que me lo llevaba a la cama y me hacía con la trompita en las manos como ‘hey, vamos a jugar’. Hasta que un día dije no más”, contó Carolina sobre el momento en el que su terapia le ayudó a salir de la crisis de depresión.
Puede leer: Salvando Patas: una iniciativa para proteger la vida de su mascota
En sus salidas al parque, Tony se relacionaba con otros perros, y Carolina con sus cuidadores. Con esto empezó a retomar las habilidades sociales que la depresión había afectado. Tal como un día hizo ella, Tony le regaló una segunda oportunidad. “Si no hubiera sido porque mi perro se atravesó, yo creo que yo no estaría aquí, o estaría en unas condiciones lamentables. Sin duda, le debo la vida a mi perro”.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com