Les tocó viajar al lado de un perro que se tiraba gases, y ahora piden reembolso
Aunque la aerolínea les ofreció un cupón para una futura compra, la pareja pidió el reembolso completo por no haber tenido la experiencia que les fue prometida. ¿Qué haría usted?
Entra al avión, se sienta y recuerda la buena decisión que fue escoger unos asientos un poco más costosos que los de clase económica, para un vuelo que durará cerca de 13 horas. A su lado, va un pasajero con un perro de apoyo emocional. Se ve tierno. Sin embargo, a los pocos minutos escucha sonidos raros. Voltea, sonríe incómodo y empieza a sentir un olor rancio, extraño. Son gases que salen del canino cada cierto tiempo.
Diferente a lo que muchos harían, que es resistir la situación, intentar dormir o distraerse –por solidaridad con el compañero de asiento y el perrito– una pareja de Wellington (Nueva Zelanda) solicitó el reembolso de sus tiquetes, debido a que la mascota arruinó su experiencia.
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Gill y Warren Press iban de regreso a su país desde París (Francia) con Singapure Airlines y por la larga duración del vuelo decidieron comprar asientos en la sección económica premium, lo que significa que sus asientos eran más grandes. Los inconvenientes aparecieron cuando el perro de la persona que estaba a su lado los empezó a incomodar.
“Escuché este ruido, un fuerte resoplido. Pensé que era el teléfono de mi marido, pero miramos hacia abajo y nos dimos cuenta de que era el perro respirando. Dije: ‘No voy a tener esto sentado a nuestro lado durante todo el viaje’”, Gill Press le comentó al medio Stuff.
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A modo de disculpa, el tutor del perro mencionó que en los vuelos se ponía muy ansioso, motivo por el que llevaba a la mascota acostada a sus pies. Según el portal neozelandés, los pasajeros hablaron con una de las asistentes de vuelo, quien les informó que solo se encontraban asientos disponibles en la última fila de la línea económica, que antes fueron asignados a la tripulación.
Ante esta oferta, la pareja decidió quedarse en el lugar inicialmente asignado. A pesar de que en medio del trayecto el perro empezó a expulsar gases e invadir el espacio de la pareja, por su gran tamaño. “No podía tener al perro en el pasillo porque no podían pasar los carritos, así que tuvo que acercarse más. Su cabeza estaba debajo de los pies de mi esposo. Mi marido tenía pantalones cortos y la saliva del perro se pegaba en su pierna”, aseguraron.
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Según The Independent, por las quejas y luego de la oferta de cambio, la compañía a cargo del caso prometió comunicarse con ellos, como resultado del reporte que se haría. Sin embargo, la llamada nunca llegó y la pareja envió una queja por correo electrónico. Por ello, les ofrecieron un cupón de 95 libras esterlinas, que equivale a más de 460 mil pesos colombianos. No estuvieron de acuerdo y exigieron un reembolso completo, asegurando que no recibieron la experiencia que se les había prometido.
Un portavoz de la aerolínea se disculpó por las molestias causadas en el vuelo y señaló que continuará en contacto con ellos. “Singapore Airlines se esfuerza por notificar a los clientes que puedan estar sentados junto a un perro de asistencia antes de abordar el vuelo. Nos disculpamos sinceramente porque esto no ocurrió en este caso”, afirmó.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱 Además, si tiene alguna historia o está interesado en contar la suya con su mascota, puede escribirnos a laredzoocial@elespectador.com
Entra al avión, se sienta y recuerda la buena decisión que fue escoger unos asientos un poco más costosos que los de clase económica, para un vuelo que durará cerca de 13 horas. A su lado, va un pasajero con un perro de apoyo emocional. Se ve tierno. Sin embargo, a los pocos minutos escucha sonidos raros. Voltea, sonríe incómodo y empieza a sentir un olor rancio, extraño. Son gases que salen del canino cada cierto tiempo.
Diferente a lo que muchos harían, que es resistir la situación, intentar dormir o distraerse –por solidaridad con el compañero de asiento y el perrito– una pareja de Wellington (Nueva Zelanda) solicitó el reembolso de sus tiquetes, debido a que la mascota arruinó su experiencia.
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Gill y Warren Press iban de regreso a su país desde París (Francia) con Singapure Airlines y por la larga duración del vuelo decidieron comprar asientos en la sección económica premium, lo que significa que sus asientos eran más grandes. Los inconvenientes aparecieron cuando el perro de la persona que estaba a su lado los empezó a incomodar.
“Escuché este ruido, un fuerte resoplido. Pensé que era el teléfono de mi marido, pero miramos hacia abajo y nos dimos cuenta de que era el perro respirando. Dije: ‘No voy a tener esto sentado a nuestro lado durante todo el viaje’”, Gill Press le comentó al medio Stuff.
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A modo de disculpa, el tutor del perro mencionó que en los vuelos se ponía muy ansioso, motivo por el que llevaba a la mascota acostada a sus pies. Según el portal neozelandés, los pasajeros hablaron con una de las asistentes de vuelo, quien les informó que solo se encontraban asientos disponibles en la última fila de la línea económica, que antes fueron asignados a la tripulación.
Ante esta oferta, la pareja decidió quedarse en el lugar inicialmente asignado. A pesar de que en medio del trayecto el perro empezó a expulsar gases e invadir el espacio de la pareja, por su gran tamaño. “No podía tener al perro en el pasillo porque no podían pasar los carritos, así que tuvo que acercarse más. Su cabeza estaba debajo de los pies de mi esposo. Mi marido tenía pantalones cortos y la saliva del perro se pegaba en su pierna”, aseguraron.
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Según The Independent, por las quejas y luego de la oferta de cambio, la compañía a cargo del caso prometió comunicarse con ellos, como resultado del reporte que se haría. Sin embargo, la llamada nunca llegó y la pareja envió una queja por correo electrónico. Por ello, les ofrecieron un cupón de 95 libras esterlinas, que equivale a más de 460 mil pesos colombianos. No estuvieron de acuerdo y exigieron un reembolso completo, asegurando que no recibieron la experiencia que se les había prometido.
Un portavoz de la aerolínea se disculpó por las molestias causadas en el vuelo y señaló que continuará en contacto con ellos. “Singapore Airlines se esfuerza por notificar a los clientes que puedan estar sentados junto a un perro de asistencia antes de abordar el vuelo. Nos disculpamos sinceramente porque esto no ocurrió en este caso”, afirmó.
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