Los perros podrían recordar el nombre de sus juguetes: esto dice un estudio científico
Uno de los investigadores comentó que el tiempo que usted invierta en crear una conexión con su mascota, puede influir en la memoria del peludo.
Poner nombres a juguetes es algo que las personas solemos hacer en la infancia. Por eso, puede ser común que también se bauticen los juguetes de los caninos, en especial si son peluches. Lo impresionante está en que, aunque usted olvide cómo nombró a ese pedazo de felpa, puede que su mascota recuerde perfectamente el nombre de su juguete favorito.
Los científicos descubrieron previamente que algunos perros tienen una capacidad notable para aprender los nombres de los juguetes, incluso cuando no lo hayan visto por años. Tal es el caso de un border collie conocido como Chaser, que aprendió las etiquetas de más de 1.000 objetos.
Al respecto, Shany Dror de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría, quien es el primer autor del estudio, dijo a The Guardian que los resultados mostraron que estos perros almacenaban los nombres de los objetos en su memoria a largo plazo, ya que sus dueños refrescan su memoria mediante el juego frecuente con el objeto.
Dror añadió que los hallazgos podrían tener implicaciones para comprender la evolución del lenguaje humano, dado que la memoria es uno de sus muchos componentes. “¿Por qué el lenguaje es exclusivamente humano? Para entender eso, necesitamos entender qué partes del lenguaje están disponibles en otros animales y cuáles no”, comentó.
En un artículo en la revista Biology Letters, Dror y sus colegas informan cómo estudiaron a cinco perros que, en investigaciones anteriores, habían aprendido los nombres de 12 juguetes nuevos. Posteriormente, estos objetos fueron guardados durante dos años.
En el nuevo estudio, los dueños de los perros sacaron dichas pertenencias del retiro. Tres perros tenían los 12, otro tenía 11 juguetes y un perro tenía solo cinco juguetes porque algunos se habían extraviado.
Tras permitir que la mascota revisara los objetos que habían sido guardados, cada dueño puso cinco o seis de estos en la casa, junto con otros juguetes. Luego, los cuidadores se trasladaron a una segunda habitación y le pidieron a su perro que tomara cada una de sus pertenencias, una a la vez.
El experimento se llevó a cabo dos veces para cada perro y también se repitió para cuatro de las mascotas usando los juguetes de restantes.
Los resultados arrojaron que los caninos eligieron el juguete correcto un 44% de las veces en promedio, y algunos tuvieron una tasa de éxito de hasta el 60%. Estas cifras, según los investigadores, están muy por encima del nivel esperado por casualidad.
Los resultados fueron impulsados por la destreza de cuatro perros, y estos caninos recordaron los nombres de entre tres y nueve de sus juguetes. Al respecto, el equipo de científicos enfatizó que solo porque algunos perros pueden aprender los nombres de los objetos, no significa que todos los caninos pueden hacerlo, y los factores detrás de esta habilidad aún no están claros.
Sin embargo, Dror notó que los perros con talento a menudo tenían dueños que pasaban mucho tiempo interactuando con ellos. “Cuanto más inviertas en tu perro, más obtendrás de la relación”, dijo.
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Poner nombres a juguetes es algo que las personas solemos hacer en la infancia. Por eso, puede ser común que también se bauticen los juguetes de los caninos, en especial si son peluches. Lo impresionante está en que, aunque usted olvide cómo nombró a ese pedazo de felpa, puede que su mascota recuerde perfectamente el nombre de su juguete favorito.
Los científicos descubrieron previamente que algunos perros tienen una capacidad notable para aprender los nombres de los juguetes, incluso cuando no lo hayan visto por años. Tal es el caso de un border collie conocido como Chaser, que aprendió las etiquetas de más de 1.000 objetos.
Al respecto, Shany Dror de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría, quien es el primer autor del estudio, dijo a The Guardian que los resultados mostraron que estos perros almacenaban los nombres de los objetos en su memoria a largo plazo, ya que sus dueños refrescan su memoria mediante el juego frecuente con el objeto.
Dror añadió que los hallazgos podrían tener implicaciones para comprender la evolución del lenguaje humano, dado que la memoria es uno de sus muchos componentes. “¿Por qué el lenguaje es exclusivamente humano? Para entender eso, necesitamos entender qué partes del lenguaje están disponibles en otros animales y cuáles no”, comentó.
En un artículo en la revista Biology Letters, Dror y sus colegas informan cómo estudiaron a cinco perros que, en investigaciones anteriores, habían aprendido los nombres de 12 juguetes nuevos. Posteriormente, estos objetos fueron guardados durante dos años.
En el nuevo estudio, los dueños de los perros sacaron dichas pertenencias del retiro. Tres perros tenían los 12, otro tenía 11 juguetes y un perro tenía solo cinco juguetes porque algunos se habían extraviado.
Tras permitir que la mascota revisara los objetos que habían sido guardados, cada dueño puso cinco o seis de estos en la casa, junto con otros juguetes. Luego, los cuidadores se trasladaron a una segunda habitación y le pidieron a su perro que tomara cada una de sus pertenencias, una a la vez.
El experimento se llevó a cabo dos veces para cada perro y también se repitió para cuatro de las mascotas usando los juguetes de restantes.
Los resultados arrojaron que los caninos eligieron el juguete correcto un 44% de las veces en promedio, y algunos tuvieron una tasa de éxito de hasta el 60%. Estas cifras, según los investigadores, están muy por encima del nivel esperado por casualidad.
Los resultados fueron impulsados por la destreza de cuatro perros, y estos caninos recordaron los nombres de entre tres y nueve de sus juguetes. Al respecto, el equipo de científicos enfatizó que solo porque algunos perros pueden aprender los nombres de los objetos, no significa que todos los caninos pueden hacerlo, y los factores detrás de esta habilidad aún no están claros.
Sin embargo, Dror notó que los perros con talento a menudo tenían dueños que pasaban mucho tiempo interactuando con ellos. “Cuanto más inviertas en tu perro, más obtendrás de la relación”, dijo.
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