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Hace poco un zoológico de la ciudad de Shanwei admitió que sus osos panda eran en realidad perros de raza chow chow que habían sido pintados de blanco y negro. Esto se dio luego de que visitantes viralizaran un video donde se mostraba a los supuestos pandas ladrando y jadeando.
Ante lo sucedido, los asistentes pidieron la devolución de su dinero, mientras que las organizaciones de derechos de los animales condenaron esta práctica como una forma de explotación, crueldad y maltrato.
El zoológico aseguró que hizo esto porque quería aumentar la entretención de sus visitantes y no tenían osos panda disponibles para hacerlo. Lo más grave es que este no es el primer caso. En mayo de este año, otro zoológico ubicado en la provincia china de Jiangsu también hizo mismo.
La ausencia de este tipo de animales en los zoológicos chinos ha causado muchas dudas. Sin embargo, lo más problemático de esta situación tiene que ver con la ética en el tratamiento de los animales en cautiverio. Estos casos ponen en duda, una vez más, el papel de los zoológicos en el mundo y remarca la necesidad de cuestionarse sobre las “atracciones” o “espectáculos” que involucran animales salvajes.
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