“Me decían que estaba loco por pelear por la custodia de Simona, mi perra”: Castaño

Hablemos de Simona, ¿cómo llegó este animal de compañía a la familia?

Hablemos de Simona, ¿cómo llegó este animal de compañía a la familia?

Simona llegó a nuestro hogar después de acordarlo mi expareja y yo. Decidimos que fuese de raza pequeña para que pudiese estar más cómoda en el apartamento con nosotros, y que fuese hembra. Luego de ver varias opciones de raza, nos decidimos por una bulldog francés pied blue, e iniciamos la búsqueda en varios criaderos donde nos enviaban fotografías de las cachorras disponibles para la venta, hasta que entre tantas fotografías llegó Simona a nuestras vidas y la compré para que fuese parte de nuestra familia y llegara a llenar de colores y travesuras nuestro espacio familiar. (...)Simona se convirtió, no solo desde el momento de la decisión de comprarla en parte de nuestra familia, sino en cada momento que hemos vivido con ella en una fuente de amor, cariño, risas y demás emociones que se convierte en un apoyo emocional trascendental.

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Antes de comprar a Simona, ¿pensaron en la posibilidad de tener hijos?

Sí, era un anhelo de ambos, pero no tuvimos la oportunidad de tener hijos humanos, por ello fue el motivo de tener a Simona que fuera parte de nuestra familia como nuestra hija perruna, y que nos acompañara con su amor y cariño y, de igual forma, nosotros entregarle ese amor y cariño incondicional.

¿Quién se encargó de escoger el nombre de Simona?

Yo sugerí el nombre de Simona Franscheka de la Concepción, nombre que le gustó a mi ex pero que finalmente acortamos a Simona, este nombre que le dimos a nuestra hija perruna fue porque a mi ex le decía de cariño Mona y Simona era perfecto para poder decir “mis monas” de manera cariñosa.

¿Y si hubieran tenido una hija?

María Camila.

¿Cuánto tiempo duró la relación entre usted y su expareja? ¿En qué momento decidieron separarse y cómo fue ese proceso?

La relación con mi expareja inició en la juventud: estuvimos juntos por 21 años, 7 de novios y 14 de casados, tiempo en el cual, como toda historia de amor, hubo con muchos momentos bonitos y memorables que siempre se llevarán en el recuerdo, hasta que finalmente de común acuerdo finalizamos la relación y nos separamos de manera formal en enero 2021.

En el proceso de divorcio, además de la separación de bienes, ¿también se decidió quién se iba a quedar con Simona?

Simona no es un objeto, ella siempre ha sido considerada como nuestra hija perruna. (...) Cuando se dio el tema de la separación, mi expareja me dijo que deseaba quedarse con Simona.

(...) Yo nunca pensé que ella iba a evitar que yo pudiera ver a Simona. Yo nunca lo pensé, la verdad, pues, obviamente, por todo el tiempo vivido y por las cosas bonitas que habíamos vivido, creo que existía la suficiente madurez y los suficientes recuerdos bonitos como para que se pudiera tener la tranquilidad de ver a Simona a ambos.

¿Y usted intentó hablar con su expareja para que le permitiera ver a Simona?

Mi ex no me ha permitido ver a Simona. Es un tema de una negativa constante que, creo yo, nos hubiéramos evitado como todo este trasegar en términos de pasar por Personería, luego por Juzgado Tercero de Familia, luego por Juzgado Civil, ahora en este caso con el Tribunal Superior de Bogotá.

Nos hubiéramos evitado todo esto, si mi ex hubiera tenido la voluntad de poder conciliar, hubiéramos podido llegar a un acuerdo muy tranquilo de personas adultas y de personas en las cuales los dos sabemos que tenemos un cariño y tenemos un amor a Simona.

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¿Cuándo fue la última vez que vio a Simona?

Mayo del 2022. Yo estuve insistiendo desde los primeros días, no pasó un mes, cuando traté de decirle a mi ex, “déjame ver a Simona”. Incluso tengo correos donde está toda esa evidencia y también conversaciones con el tío y la mamá de ella para que me la dejaran ver. Hasta que un día por allá en mayo me dejó ver a Simona. Me dijeron que a las 10 de la mañana y que debía entregarla las 5 de la tarde.

¿Qué sintió al volver a reunirse con Simona después de ese tiempo?

Simona apenas me vio, se volvió como una loca por completo, empezó a saltar, moverse, brincar, pareciera que no hubiese pasado un minuto sin vernos. Quedé muy contento, porque dije, ‘ah, ¡qué bueno, por fin voy a seguir viviendo a Simona!’ Y, ya en la noche, me escribe el tío de ella y me dice, ‘no, mijito, llegó súper cansada Simona. Ahí le mando una foto’. De hecho, me cuenta después el tío que Simona estuvo como un poquito deprimidita durante esos días y que no quería comer.

¿Y qué pasó después con las visitas?

El tío me escribe y me dice ‘tranquilo, mijito, usted la va a poder ver de nuevo’, y yo me puse muy contento, y pasaron los días y nada pasaba, ahí fue cuando supe que no me la iban a dejar ver de nuevo.

Entonces, fue ahí cuando decidió llevar este caso ante la justicia… ¿Usted en algún momento pensó que iba a demandar a su expareja y más por Simona?

Mi deseo siempre ha sido poder ver a mi hija perruna Simona, razón por la cual, después de mi separación con mi exesposa, donde le insistí en repetidas ocasiones que me dejará ver a Simona y obtuve de mi ex una negativa constante, debí iniciar en julio de 2022 proceso ante Centro de Conciliación de la Personería de Bogotá donde mi ex manifestó no tener ánimo conciliatorio en la citación de septiembre en 2022. Dado lo anterior, continue trámites con mi abogada, Marcela Méndez, ante el Juzgado Tercero de Familia en octubre de 2022 y, posteriormente, en abril de 2023 al Juzgado 27 Civil del Circuito de Bogotá, hasta que finalmente el Tribunal Superior de Bogotá falló a mi favor y resolvió el conflicto de competencia suscitado, en el sentido de declarar que el competente de mi solicitud es el Juzgado Tercero de Familia de Bogotá.

Ahora me corresponde esperar el proceso ante Juzgado Tercero de Familia de Bogotá y tener fe de que seguro con las indicaciones dadas por los magistrados, fallará el régimen de visitas y la custodia como cuidador principal de mi hija perruna Simona. Espero que esto sea muy pronto y poder volver a compartir con mi hija perruna Simona como ha sido mi anhelo.

¿Y qué le decían las personas cuando inició todo este proceso?

A mí me decían ‘usted está loco, ¿cómo se pone a pelear por la custodia de una perra?’ Yo les decía, ‘tú puedes considerar que es perro, o mascota, pero para mí es mi hija perruna’. Es eso, y mucha gente me desanimaba y decía, ‘no, pero ¿para qué? eso no va a salir, eso no hay jurisprudencia, eso ya no se puede hacer nada’... Pero también recibí mucho apoyo de gente.

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Uno de los puntos más discutidos con esta decisión es el hecho de antropomorfizar a los animales de compañía y los riesgos que esto implicaría en un futuro no solo para la persona, sino también para el animal.

El fallo del Tribunal Superior de Bogotá no humaniza a las mascotas y esto lo indica de manera explícita en el numeral del caso en concreto donde indica que “es importante precisar que no se ha equiparado a los otros animales con los seres humanos. Por el contrario, estamos reconociendo que, en la sociedad actual, ciertos animales se han integrado a las familias…”; lo que sí plantea el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, de manera argumentada y claramente sustentada, son elementos que configuran un concepto de familia multiespecie con el propósito de regular y dar jurisprudencia para en el caso de una separación se pueda dirimir un conflicto o posible conflicto de la regulación de visita a ese ser sintiente que hace parte de nuestro grupo familiar, cosa que, en mi humilde posición, es lo realmente importante del fallo y sin necesidad de entrar en posiciones ideológicas o de otro tipo.

Eso es cierto, para el Tribunal Superior de Bogotá está claro el concepto, pero ¿para usted?

Yo creo que no es un tema de humanizar a las mascotas. El Tribunal lo que sí hace es una comparación con el hecho del afecto, cariño, amor, que uno le entrega a su mascota, el hecho de que uno se ocupa también, desde el punto de vista económico, que le da un nombre a esa mascota y que se vuelve parte de ese vínculo familiar. Entonces, eso es lo que configura el acabado familiar multiespecie. No es que esté diciendo, dentro del fallo ese, Simona es una humana, no, eso no lo está diciendo. Lo que está diciendo es que hay una configuración de familia multiespecie.

(...) Yo pienso que, en este caso, para mí, Simona es mi hija perruna, y dentro del fallo no habla como tal de una humanización, sino habla de una familia multiespecie.

Este caso ha generado un gran debate en la sociedad colombiana, hay personas que están a favor, otras en contra, y otras que afirman que es un gran paso, pero que se debe tener cuidado al tratar a los animales como uno más de la familia.

Primero, esto es un fallo por parte del Tribunal Superior de Bogotá, y esto marca un hito importante. Lo segundo que tenemos que pensar en evolucionar como sociedad, este tipo de fallos ya se han realizado en otros países. Lo tercero es que todo el mundo puede pensar lo que considere, y para mí está bien (...) es normal que las personas, que no han tenido la fortuna de tener dentro de su espacio familiar una mascota, vean como una tontería el hecho de uno pelear por la custodia o pelear por el hecho de tener, en este caso, la posibilidad de tener un régimen de visitas.

(...) Creo que esto no es un tema de locura, en este caso mío, porque entonces no hubiera llegado a una instancia tan importante como el Tribunal Superior de Bogotá, donde hubo tres magistrados que analizaron el caso, y donde hubo un fallo a favor. No es un tema realmente de locura, es un tema de derecho y creo que las normas tienen que ir evolucionando en la medida en que evoluciona también la sociedad. Y en este caso, la sociedad está evolucionando hacia una realidad que es la familia multiespecie.

Por eso, invito a las personas a que se documenten un poco más, a que reflexionen un poco más, a que revisen otro tipo de escenarios, y que tengan la apertura mental y de corazón para poder ver esto como un acto de amor de una persona, por querer disfrutar y poder tener esos espacios de amor, de compañía, con lo que para mí es Simona como mi hija perruna.

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¿Cuál es el rol que desempeña Simona en su núcleo familiar? ¿Qué importancia tiene en su vida?

Lo primero que tengo que decir es que me he sentido agredido psicológicamente por mi ex al no permitirme ver a Simona cuando ella se mantenía detrás de mí, y me veía a mí como como el alfa, así lo veía yo. (...) Simona para mí ha sido un tema de una conexión muy bonita, o sea, desde el alma, una conexión fantástica que puede parecer un poco descabellado, pero ella tenía mucho de mí. Simona es una conexión pura con la tranquilidad, con la bondad, con lo que es la esencia del amor, ella es mi hija perruna. Entonces, no tener a Simona es tener esa parte rota.

¿Por esta razón usted quiere ser el cuidador principal de Simona?

Mi pretensión siempre ha sido ser el cuidador principal, pero, obviamente, no quiero causarle ese mismo dolor a mi ex. Ella tiene, así como yo, el derecho de poder compartir con ella y no romper ese lazo, de no romper eso que nos conecta con Simona.

Ahora el juez tendrá que valorar de acuerdo con la normatividad, que en este caso es el código de familia, cómo imparte ley y cómo determina quién va a ser el cuidador principal, el régimen de visitas, de qué manera va a ser. Lo único que espero es que sea recíproco en el sentido de, venga yo me quedo 15 días, tú te quedas 15 días o una semana y una semana, yo espero que sea ese tipo de cosas y espero ser el cuidador principal, pero es el juez quien debe impartir ley y quien debe determinar cómo es el actuar.

Y, por último, la Conferencia Episcopal de Colombia también se pronunció a raíz de este caso, ¿qué tiene por decir?

Considero que todas las ideas son respetables desde que existan argumentos que así la respalden, y más en una sociedad cada vez más incluyente y contemporánea donde se incorporan nuevas realidad humanas y sociales que nos llevan a reflexionar sobre diferentes aspectos y confrontar ideas, ideologías o posturas, obvio siempre desde el respeto y de la apertura para ponernos en los zapatos del otro para confrontar nuestra propia realidad con las realidades del otro para invitarnos a la reflexión y al dialogo para evolucionar como sociedad.

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