¿Pelear por la custodia de una perra? Así fue la lucha de Jader Castaño

Un caso que marcó un antes y un después en el concepto de la familia multiespecie en Colombia. Muchos lo tildaron de loco por esta decisión, pero el Tribunal Superior de Bogotá lo respaldó. Aquí su historia.

María Hernández
10 de diciembre de 2023 - 12:00 a. m.
Jader Castaño asegura que Simona, además de ser una fuente de amor, cariño y risas, es un gran apoyo emocional para su vida.
Jader Castaño asegura que Simona, además de ser una fuente de amor, cariño y risas, es un gran apoyo emocional para su vida.
Foto: Eder Rodríguez

Muchas personas tildaron a Jader Castaño de loco por pelear por la custodia de Simona, una perra de tres años a quien este paisa considera, con mucho orgullo, como su hija perruna. “A mí me decían: ‘Usted está loco. ¿Cómo se pone a pelear por la custodia de una perra?’. Yo les decía: ‘Tú puedes considerar que es perro o mascota, pero para mí es mi hija perruna’”, afirma.

Simona, una perrita de raza bulldog francés pied blue, arribó a la vida de Jader y de su expareja, el 21 de marzo de 2020, a cubrir el espacio del hijo que siempre desearon, pero que nunca lograron tener. “Era un anhelo de ambos, pero no tuvimos la oportunidad de tener hijos humanos. Por eso, fue el motivo de tener Simona para que fuera parte de nuestra familia como nuestra hija perruna, y que nos acompañara con su amor y cariño y, de igual forma, nosotros entregarle ese amor y cariño incondicional”, apunta.

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Desde el primer día, ella se convirtió en un miembro más de la familia y ellos le transmitieron todos esos sentimientos que tenían guardados para su hijo. Los tres eran felices. Disfrutaban salir con Simona al parque. Llevarla a la casa de los abuelos y los tíos. Jugar con ella. Comprarle juguetes, comida y ropa. Pero, sobre todo, amaban presentarla como su hija perruna.

A la vista de los demás, eran la pareja perfecta, pero, en el interior, las cosas no marchaban como antes. El 19 de enero de 2021, después de 21 años juntos —siete de novios y 14 de casados—, la relación terminó. Hicieron la separación de bienes y en ese proceso no quedó incluida Simona, pues no es un objeto, sino un ser sintiente. Después de conversarlo, se decidió quién se quedaría con la perra. “Cuando se dio el tema de la separación, mi expareja me dijo que deseaba quedarse con Simona”. Jader no tuvo ningún inconveniente con esta petición, pues, en su imaginario, Simona seguiría estando presente en su vida.

No pasó más de un mes de la separación cuando Jader ya le estaba pidiendo a su expareja que le permitiera ver a Simona, pero sus mensajes y correos electrónicos fueron ignorados. Su expareja, sostiene, nunca respondió. “Yo nunca pensé que ella iba a evitar que yo pudiera verla. Por todo el tiempo vivido y por las cosas bonitas que habíamos vivido, creo que existía la suficiente madurez y los suficientes recuerdos bonitos como para que se pudiera tener la tranquilidad de ver a Simona a ambos”, dice.

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Después de cuatro meses insistiendo, pudo reunirse de nuevo con ella. Jader recuerda que, tan pronto Simona lo vio, empezó a correr y ladrar como una loca. Estuvieron juntos todo el día y luego tuvo que entregarla. Le aseguraron que podía seguir viéndola, pero, de nuevo, no pasó nada. “Quedé muy contento, porque dije: ‘Ah, ¡qué bueno, por fin voy a seguir viendo a Simona!’, pero pasaron los días y nada pasaba, ahí fue cuando supe que no me la iban a dejar ver de nuevo”.

Fue entonces cuando tomó la decisión de llevar su caso ante la justicia y pelear por la custodia de su hija perruna. Jader alegó que Simona hace parte de su núcleo familiar y, desde la separación, él y la perra se han visto afectados, pues no ha podido visitarla con regularidad, ya que su expareja considera que las visitas terminan afectando emocionalmente a la mascota.

Con su abogada, Marcela Méndez, acudieron al Juzgado Tercero de Familia de Bogotá, que rechazó la competencia y ordenó remitirla a los jueces civiles del circuito. El caso aterrizó en el Juzgado 27 Civil del Circuito de Bogotá, que también lo rechazó, pues consideró que el asunto les corresponde a los jueces de familia, “ya que los animales son sujetos de derecho, y su bienestar se puede ver afectado por la separación de la pareja, pues ahora hacen parte de la familia”.

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Ese juzgado propuso un conflicto negativo de competencia ante el Tribunal Superior de Bogotá y así fue como llegó a las manos del magistrado Carlos Andrés Guzmán, quien, en una decisión histórica y polémica, consideró que Simona hace parte de la familia multiespecie —es decir, puede ser considerada un miembro más de una familia— y determinó que el Juzgado Tercero de Familia de Bogotá está a cargo del caso y, por ende, deberá regular un régimen de visitas a Simona, al igual que la condena al pago de costas.

En caso de no quedar como el cuidador principal, Jader asegura que insistirá hasta obtener ese rol. “Ahora me corresponde esperar el proceso ante el Juzgado Tercero de Familia de Bogotá y tener fe de que, seguro con las indicaciones dadas por los magistrados, fallará (a mi favor) el régimen de visitas y la custodia como cuidador principal de mi hija perruna Simona”, explica.

Un referente para la familia multiespecie en Colombia

Jader Castaño espera que el caso de Simona se convierta en un referente para llegar a acuerdos entre las parejas que se están separando en el marco de una familia multiespecie. “Lo que planea el fallo del Tribunal Superior de Bogotá son elementos que configuran un concepto de familia multiespecie con el propósito de regular y dar jurisprudencia para que en el caso de una separación se pueda dirimir un conflicto o posible conflicto de la regulación de visita a ese ser sintiente que hace parte del grupo familiar”, sustenta.

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Asimismo, y entre bromas, dice que al final no estaba tan loco como le decían las personas cuando se montó en este viaje. “No es un tema realmente de locura, es un tema de derecho y creo que las normas tienen que ir evolucionando en la medida en que evoluciona también la sociedad. Y en este caso, la sociedad está evolucionando hacia una realidad que es la familia multiespecie”.

El paisa espera que el Juzgado Tercero de Familia de Bogotá se pronuncie pronto y resuelva este conflicto, pues no quiere pasar otras fiestas navideñas sin la compañía de su hija perruna Simona.

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María Hernández

Por María Hernández

Periodista y comunicadora social de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Defensora de los animales y las causas sociales.@Mariangel0117mahernandez@elespectador.com

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Mar(60274)10 de diciembre de 2023 - 01:17 a. m.
Claro, es que los animales son parte de la familia y una parte muy importante, no menos importante que los seres humanos que la componen, la diferencia, no es inferioridad.
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