Un pitbull llamado Sebastián fue rescatado, el pasado domingo 22 de septiembre, por una organización sin ánimos de lucro en Taylor, Estados Unidos. Al encontrar un microchip en la espalda del peludo, la entidad emprendió una búsqueda para reunir a la mascota con su dueño.
Melanie Rathke, cofundadora del refugio, dijo, al medio norteamericano Kvue, que la gente comenzó a compartir y publicar a Sebastián en sus perfiles de redes sociales, tras poner su información en un grupo de mascotas perdidas y encontradas.
“Las personas empezaron a publicar sobre él y alguien se ofreció a escanearlo en busca de un chip”, compartió Rathke. Así descubrieron que el dispositivo estaba registrado a nombre de Derrick Hancock, pero su información de contacto era un callejón sin salida. Rathke dijo que después de investigar un poco, encontraron su Facebook y le enviaron un mensaje.
“Primero, me envió un mensaje y estaba todo en mayúsculas. ‘Ay dios mío. Pensé que estaba muerto’”, dijo Hancock. Al principio su mente se quedó en blanco y cuando pudo pronunciar algunas palabras, manifestó que no podía creer que su mejor amigo todavía estuviera vivo.
La historia de Sebastián y su tutor comenzó en 2018, cuando Hancock lo adoptó en un refugio de animales. Pero un año después, Hancock fue enviado a Irak y dejó al canino con un socio, mientras volvía a casa. A pesar de esto, las cosas se pusieron tensas, durante el mes que estuvo fuera.
“Fue entonces cuando recibí una llamada telefónica al azar que decía: ‘El perro se ha ido’”, dijo el dueño del canino. Pues, le habían comentado que el animal había escapado y que el control de animales lo había detenido por atacar a un gato, por lo que tendrían que sacrificarlo por ser agresivo. Sin nadie que lo recogiera, Hancock pensó que su amigo fiel se había ido.
“Es como perder un hijo”, dijo Hancock. Sin embargo, Rathke comentó que alguien debió haber salvado a la mascota antes de que eso sucediera. “Mi teoría es que alguien en ese vecindario está cuidando de él, pero no manteniéndolo seguro”, concluyó.
Ayer, una semana después de que el peludo llegara al refugio, Sebastián se reunió con Hancock, quien ahora vive en Virginia, después de cinco años de separación.
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