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Salvador es un perro que sufrió una herida devastadora en toda la mitad de su rostro, dejándolo en un estado de extrema vulnerabilidad. Su cara estaba tan afectada que apenas podía abrir los ojos, y la infección se había extendido a tal punto que cualquier contacto le producía un dolor insoportable. Estaba cubierto de parásitos y su cuerpo, en carne viva, reflejaba meses de abandono y maltrato.
Afortunadamente, hace aproximadamente un año, los rescatistas de Protección Animal Mi Mejor Amigo, una organización sin ánimo de lucro de Chiquinquirá, lo encontraron justo a tiempo para salvarle la vida.
Desde el momento en que lo recogieron, sabían que su recuperación no sería fácil. Lo primero que hicieron fue tratar la grave herida en su cara, una tarea que requería semanas de cuidados intensivos.
Poco a poco Salvador comenzó a mostrar señales de mejoría. Para diciembre de 2023, tras meses de tratamiento, Salvador ya podía abrir los ojos, algo que había sido imposible al momento de su rescate. Aún le faltaba pelaje en el rostro, pero sus cuidadores celebraban cada pequeño avance.
En marzo de 2024, Salvador enfrentó una nueva prueba: una cirugía crítica que lo ayudó a seguir avanzando en su recuperación. Aunque el procedimiento fue exitoso, hubo un momento de gran tensión cuando el perrito sufrió una arritmia cardíaca durante la operación. Afortunadamente, el equipo médico logró estabilizarlo y superar este obstáculo.
Unos meses después, en junio, una bacteria muy fuerte complicó su situación y retrasó la tan esperada cirugía de restauración facial. Sin embargo, el tratamiento fue efectivo, y en agosto de 2024 Salvador finalmente pudo someterse a la intervención, que resultó en un éxito rotundo.
Hoy, Salvador es un perro completamente diferente. Las cicatrices en su rostro son un testimonio de su fortaleza y de la dedicación de aquellos que nunca se dieron por vencidos. En un video compartido el 11 octubre, se le ve disfrutando de su nueva vida, saltando y jugando felizmente.
Los rescatistas expresaron su gratitud a todas las personas que apoyaron su recuperación: “Salvador, fueron meses, casi 1 año de recuperación, pero cada esfuerzo valió la pena, verte feliz, saltar de la dicha, estar amado y sobre todo respetado, gracias infinitas a todas las personas que donaron para su recuperación”, recordando cómo ese perrito que llegó al borde de la muerte ahora tiene una segunda oportunidad de ser feliz.
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