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Una perrita llamada Diva fue llevada a la Clínica Veterinaria Oak Knoll en Indiana, Estados Unidos. Durante el examen de rutina, los empleados se emocionaron al descubrir un microchip. Al escanearlo, se dieron cuenta de que la mascota había recorrido una larga distancia y se encontraba lejos de su hogar.
Inmediatamente, se pusieron en contacto con los dueños, quienes estaban incrédulos y felices de saber que su mascota había sido encontrada. Gracias al trabajo en equipo de los empleados de la clínica, empezó el proceso para reunir a Diva con su familia.
Sin embargo, en los videos de TikTok de @maggiethornberry48, la joven voluntaria revela un giro inesperado: el dueño de Diva vivía en otro estado. Esto hizo que la tarea de reunirlos fuera un desafío mucho mayor de lo que inicialmente parecía.
De alguna manera, Diva había viajado aproximadamente 18 horas desde Colorado y terminó en la clínica veterinaria de Indiana. Sus dueños se emocionaron al saber que finalmente habían encontrado a su perrita, especialmente porque habían pasado más de dos meses desde la última vez que la vieron. “Fue una historia tan loca pensar que su cachorro viajó a través del país y fue encontrado después de dos meses”, dijo Maggie Thornberry a Newsweek. “Cuando llamamos a los dueños por teléfono, se sorprendieron mucho y comenzaron a llorar”.
Con la clínica veterinaria cerrada el fin de semana, Thornberry, empleada de esta, se ofreció a llevar a Diva a casa. Fue entonces que junto a otro empleado de la clínica veterinaria se embarcaron en un viaje de aproximadamente nueve horas para encontrarse con la familia de Diva a mitad de camino.
El clip de TikTok muestra el momento exacto en que Diva vio a sus dueños. Inmediatamente, corrió hacia ellos con la cola moviéndose de un lado a otro. No podía quedarse quieta luego de verlos después de unos largos meses separados.
La descripción del video dice: “A 2.000 kilómetros y dos meses después, Diva finalmente está en casa”. “Trabajar en el campo veterinario puede ser realmente difícil y afectar emocionalmente, pero son momentos como estos los que nos hacen recordar por qué lo hacemos”, dijo Thornberry.
Este momento solidificó aún más su decisión de postularse a las escuelas de veterinaria en los próximos meses. “Verlos reunirse fue una experiencia inolvidable”, dijo ella. “El perro se convirtió en un perro completamente diferente, los dueños lloraban. Lo haría todo de nuevo”.
Recuerde que los microchips son pequeños implantes colocados debajo de la piel del perro, que contienen un número de identificación único que los vincula a la información de contacto del dueño.
Humane Animal Support Services informó en su sitio web que las mascotas con microchip tienen, en promedio, tres veces más probabilidades de reunirse con sus familias que las que no lo tienen.
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