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¿Qué detectan los perros en las personas?

Muchos dueños de perros creen que cuando su mascota ladra a un desconocido, podría estar detectando a una mala persona o a alguien peligroso. Aunque no es seguro si los perros tienen un sentido de moralidad para diferenciar lo bueno de lo malo, varios estudios han confirmado que pueden detectar cuando una persona tiene malas intenciones.

La Red Zoocial
03 de junio de 2024 - 08:09 p. m.
Algunos perros también pueden ladrar o sospechar de personas nerviosas.
Algunos perros también pueden ladrar o sospechar de personas nerviosas.
Foto: Wieger Stienstra en Unsplash - Wieger Stienstra en Unsplash
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Como explica National Geographic, una investigadora del Departamento de Psicología de la Universidad Rissho en Tokio, especializada en cognición animal, ha liderado estudios que demuestran que los perros recuerdan cuando han sido engañados y por quién.

En uno de los estudios, una persona señalaba a los perros un recipiente con comida, mientras que otra señalaba uno vacío, que los perros descubrieron al examinarlo. El estudio reveló que los perros recordaban a las personas que los habían engañado y las ignoraban, mostrando enfado e indiferencia, mientras que eran cariñosos con aquellos que les decían la verdad.

Fredy Manrique, veterinario y máster en etología clínica y bienestar animal de la Universidad Complutense de Madrid, comentó a La Red Zoocial que los perros tienen mecanismos para leer gestos y expresiones faciales, interpretando si las personas muestran señales ambivalentes, donde lo que dicen no coincide con sus expresiones corporales.

“Muchas personas mentirosas tienen señales ambivalentes que los perros pueden interpretar, como un tono de voz inadecuado, oler y percibir este tipo de señales. Los perros pueden detectar si una persona dilata sus pupilas o cambia su tono de voz”, explica el experto.

Fredy Manrique recomienda mantener una postura tranquila y relajada, sin usar voces falsas ni hablarle al perro como a un niño pequeño. “No se debe regañar a un perro que uno no conoce”, aconseja.

No obstante, algunos perros también pueden ladrar o sospechar de personas nerviosas. Manrique explicó a La Red Zoocial que, más que oler el miedo, estos animales detectan señales de temor en las personas. “Ellos pueden captar la adrenalina y oler el sudor cuando sentimos miedo. Perciben muy bien los tonos de voz y cómo estamos gesticulando, relacionando esto con una emoción, como el miedo. Es decir, es una combinación de varios factores”, añade.

De hecho, algunos comportamientos de las personas cuando sienten miedo pueden ser malinterpretados por los perros. “Una persona que siente miedo de los perros puede salir corriendo. Esto no debe hacerse, porque el animal puede interpretarlo como si la persona fuera una presa, y él se volvería depredador”, comenta Manrique.

Para diferenciar a las personas mentirosas de las temerosas, el experto explica que los perros podrían reconocer que alguien va a tomar decisiones amenazantes, como un delincuente, porque comienzan a tener taquicardia, aumentan su presión arterial y su sudoración, lo que podría representar una posible amenaza para el perro. “El perro puede detectar si alguien es una amenaza. Una persona temerosa muestra una actitud de huida, mientras que una persona que quiere atacar o hacer daño genera situaciones diferentes, como hablar en tono alto o tener una expresión amenazante”, señala el experto.

Por ejemplo, si una persona camina demasiado rápido o mira fijamente al dueño del perro, el animal podría interpretarlo como una amenaza. “La mejor manera de no ser percibido como una amenaza es acercarse al perro de forma tranquila”, afirma Manrique.

Investigadores de la Universidad de Kioto, en Japón, estudiaron cómo los perros perciben a los extraños, basándose en cómo interactúan con sus dueños. En el estudio, un grupo de perros observó a sus dueños tener problemas para abrir un contenedor. Incapaces de abrirlo, sus dueños se lo pasaron a un actor que les ayudaría, repitiendo el experimento con un actor que se negaría a ayudar. Según la investigación, los perros mostraron un disgusto casi inmediato por los actores que se negaban a ayudar a sus dueños en momentos de necesidad. Cabe resaltar que los perros parecían medir a las personas “buenas” y “malas” basándose en la relación con sus dueños, más que en una comprensión de valores, ética u otros factores subjetivos.

Otras cosas que pueden percibir los perros

Cuando una mujer queda embarazada, su cuerpo experimenta transformaciones tanto externas como internas, comenzando por la liberación de hormonas. Los perros pueden percibir estos cambios en el organismo, volviéndose más protectores durante el embarazo de su cuidadora.

Además, los perros tienen la capacidad de predecir el embarazo mediante su agudo sentido de análisis. “Notarás que el perro está más pendiente de ti, intenta oler tu zona íntima y no te deja sola. Será capaz de detectar los más mínimos cambios en tu actitud, incluso aquellos que ni tú misma percibes”, se explica en ExpertoAnimal.

Los perros detectan cuando sentimos miedo y necesitamos su protección. ¿La razón? Según ExpertoAnimal, “cuando estamos asustados segregamos adrenalina y la potente nariz de nuestros amigos caninos es capaz de olerla”.

No solo se trata del olfato, sino también del lenguaje corporal. Inconscientemente, cambiamos nuestra postura: nos contraemos y nos preparamos para huir o defendernos. Por esta razón, en algunos casos, cuando estamos con alguien que nos genera miedo o desconfianza, nuestro perro se coloca a nuestro lado como una señal de “aquí estoy para proteger a mi humano”.

¿Está feliz, triste, enojado o cansado? Su perro puede saberlo mediante la lectura de su lenguaje corporal y facial. Así como nosotros somos expertos en leerlos a ellos, ellos también nos leen a nosotros. Por eso, no es raro que cuando hemos tenido un mal día en el trabajo, se acerquen a nosotros e incluso se acurruquen hasta que nos sintamos mejor.

Asimismo, pueden detectar si estamos enfadados con ellos. Los perros saben que vamos a regañarlos porque nuestra postura corporal, lenguaje facial y tono de voz cambian al hacerlo. Por eso, agachan la cabeza y esconden el rabo entre las patas.

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