Nadie espera la muerte. Por más preparado que uno crea estar para despedirse de un ser querido, cuando el momento del adiós eterno llega, lamentablemente, el impacto no se minimiza y a pesar de que esto es particular en los seres humanos, las relaciones que hay entre las personas y sus mascotas es tan profunda que también puede ocurrir en estos escenarios.
Lo más lógico e inmediato es pensar en el duelo de la persona y en la ayuda que necesitará para superar la pérdida de su querido animal de compañía. Pero, ¿qué pasa cuando el tutor de un canino muere? Aquí se puede hablar del duelo del animal, según contó la médica veterinaria etóloga, Carolina Alaguna Cruz, a El Tiempo.
“Los perros sienten la muerte de sus humanos, de los integrantes de su familia, y es probable que sea a través de su potente olfato, que es cuatro veces más desarrollado que el de las personas”, explicó la experta. Además, porque son capaces de leer el lenguaje corporal de su entorno, por lo que pueden detectar si alguien de la familia sufre, a pesar de que no hayan presenciado el fallecimiento, indicó ExpertoAnimal, sitio web especializado en el bienestar de las mascotas.
En consecuencia, pueden entristecerse ante la muerte de un cuidador y mayor será su dolor dependiendo de la cercanía que tenían con esa persona. Así, aparecen las ganas de estar tumbado en la cama todo el día o de dormir durante muchas horas, la falta de apetito, las ganas de pedir afecto y llamar la atención con conductas anómalas, de acuerdo con los expertos.
Sin embargo, hay un signo que retratan muy bien en las películas y que suele conmover a quienes están cerca. El canino también puede tumbarse en el lugar favorito de ese ser querido que ya no está o buscar esos objetos que usaba constantemente.
Por otro lado, los especialistas del sitio web indican que el recuerdo del tutor se instala en la memoria de largo plazo del canino, por lo que al acercarle una prenda de ropa, una grabación o un olor a la mascota, se activarán todas las sensaciones positivas que le provocaba estar con su persona favorita.
Esto no quiere decir que el peludo no se pueda adaptar a nuevas personas. De hecho, son muy buenos en ello, en especial si se encuentran rodeados de personas que los cuidan y se preocupan por su bienestar en estos duros momentos.
Así que para ayudar en el proceso de duelo del animal, según Alaguna, lo que se puede hacer es procurar que el canino conserve su rutina diaria, que salga, haga ejercicio y mantenga sus hábitos de alimentación; no consentirlo en exceso, porque la mascota puede asociar que está bien mostrarse triste para ser mimado; y que alguien de la familia asuma el rol de liderazgo y de humano cuidador, pues pasar a refugios podrían agravar el sentimiento de abandono, lo que termina siendo perjudicial.
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