¿Rastrear a Wilson con otro perro? Esto propone experta

La búsqueda del perro Wilson no para. Unos 70 uniformados apoyados por dos perras en celo tratan de ubicar a este pastor belga malinois que ayudó a rescatar a los cuatro niños en la inmensidad de la selva del Caquetá y Guaviare, sus entrenadores en Bogotá esperan que esté usando “su instinto de caza” para sobrevivir.

Leer: Perro Wilson sigue perdido en la selva y esperan encontrarlo con perras en celo

“Es un perro muy fuerte, muy bien formado, tenemos la confianza de que esté vivo todavía”, dijo a la AFP el soldado Elvis Porras, instructor canino de la Escuela de Ingenieros Militares, donde se formó Wilson. Porras espera que este pastor belga de seis años esté “despertando su instinto de caza para sobrevivir”.

Mientras todo el país espera buenas noticias sobre el paradero de este animal, los soldados que lo buscan también han dejado varios recipientes y tubos de plástico con concentrados y agua, de tal manera que el perro los perciba mediante el olor y se alimente para que permanezca en buenas condiciones de salud en caso de que su instinto para cazar no esté activo.

Karla Carpio (@tata.veterinaria en Instagram), médica veterinaria, especialista en Bienestar Animal y Etología, le comentó a La Red Zoocial que a pesar de que las intenciones son buenas, pueden no ser suficientes para encontrarlo. “Cualquier animal puede encontrar la comida y dejar a Wilson sin ese rastro. Lo ideal, para mí, sería usar otro perrito de rastreo que pueda encontrar a Wilson y, ojalá, esta vez se le pueda poner un dispositivo para rastrearlo y que no termine perdido”, explica.

Sin embargo, Edgar Yesid Fontecha, instructor canino del Centro de Entrenamiento Canino, explicó a La Red Zoocial que esa es una estrategia que ya se está implementando, “de hecho, es más fácil rastrear a un perro que a una persona porque es más fácil seguirlo. Ellos van dejando a través de sus huellas su olor y, además, les damos a nuestros perros de búsqueda los collares y las cuerdas que ha tenido WIlson”, indicó.

Leer: Estas serían las habilidades de Wilson para sobrevivir en la selva

¿Por qué Wilson no tenía un GPS?

Carlos Pérez, jefe del Centro Nacional de Recuperación de Personal de la Fuerza Aérea Colombiana, le comentó a Blu Radio que a estos perros no se les pone ningún dispositivo porque no se acostumbra que se alejen de su guía canino.

“Normalmente, no se les coloca un GPS. No es normal que estos perros se alejen de su pareja (militar) en cualquier escenario. Es un hecho atípico. Obviamente, entendemos la complejidad del terreno y las situaciones que sucedieron”, comentó Pérez, quien enfatizó en que las circunstancias del entorno tampoco hubieran hecho tan útil el uso de este implemento.

“Hay que entender también que el tener el GPS en esta área es muy complejo porque las comunicaciones no son fáciles y también la alimentación de la batería por tantos días, pues no tendría la energía suficiente para mantener la señal”, señaló.

Leer: ¿Por qué el perro Wilson no aparece? Fuerzas Militares explican las razones

Asimismo, Lenin Ospina, militar en retiro y quien trabajó con animales de búsqueda y rescate, y que además es especialista en comportamiento canino, declaró a Blu Radio también que, por temas de protocolo, los animales que participan en misiones de rescate no deben llevar equipamiento, y que el uso del GPS se da en condiciones extremas. Y aunque el terreno selvático era un lugar complejo para desplegar las labores de búsqueda, en especial, por la comunicación, las Fuerzas Militares optaron por otras herramientas tecnológicas, dispuestas por el comando de Fuerzas Especiales del país.

“Ellos cuentan con equipos satelitales, que nos permitía tener comunicación en tiempo real con las unidades que estaban ingresadas. De igual manera, seguimiento satelital de ellos. Sabíamos por dónde ellos iban caminando. Todos los días teníamos dos reuniones en donde verificábamos qué habían encontrado o situación especial habían detectado para enlazar esa información en el Puesto de Mando Unificado y orientarlos para la búsqueda de los menores”, expreso Pérez.

Leer: ¿Por qué Wilson no atiende el llamado de su guía ni de las personas que lo buscan?

Wilson, al parecer, rompió la cuerda que lo ataba a su guía canino en la selva

Hace cuatro semanas, al parecer, Wilson rompió la correa que lo unía a su guía canino y se lanzó a la selva tras el rastro de los cuatro menores indígenas. Los niños aparecieron, pero se desconoce el paradero del perro.

Antes de perderse, el perro “orientó a la tropa hasta puntos clave para el seguimiento y para descifrar el camino que estaban haciendo los niños”, detalló Fontecha a AFP. De hecho, el Ejército y familiares de los indígenas sospechan que Wilson fue el primer miembro del equipo de búsqueda en tener contacto con los hermanos.

Leer: A Wilson, el perro rescatista, le están dejando prendas de su guía en la selva

A pesar de ello, los uniformados confían en que Wilson sorteará serpientes, pumas, jaguares y otros depredadores que rondan la zona. “Me invade la tristeza. Saber que es un hijo de casa y que es el único que no pudo salir del área después de un resultado tan bueno”, se lamenta el soldado Porras, quien indicó, que, de pronto, “las ganas de acertar, de encontrar, de buscar su objetivo” le jugaron una mala pasada.

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La búsqueda del perro Wilson no para. Unos 70 uniformados apoyados por dos perras en celo tratan de ubicar a este pastor belga malinois que ayudó a rescatar a los cuatro niños en la inmensidad de la selva del Caquetá y Guaviare, sus entrenadores en Bogotá esperan que esté usando “su instinto de caza” para sobrevivir.

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“Es un perro muy fuerte, muy bien formado, tenemos la confianza de que esté vivo todavía”, dijo a la AFP el soldado Elvis Porras, instructor canino de la Escuela de Ingenieros Militares, donde se formó Wilson. Porras espera que este pastor belga de seis años esté “despertando su instinto de caza para sobrevivir”.

Mientras todo el país espera buenas noticias sobre el paradero de este animal, los soldados que lo buscan también han dejado varios recipientes y tubos de plástico con concentrados y agua, de tal manera que el perro los perciba mediante el olor y se alimente para que permanezca en buenas condiciones de salud en caso de que su instinto para cazar no esté activo.

Karla Carpio (@tata.veterinaria en Instagram), médica veterinaria, especialista en Bienestar Animal y Etología, le comentó a La Red Zoocial que a pesar de que las intenciones son buenas, pueden no ser suficientes para encontrarlo. “Cualquier animal puede encontrar la comida y dejar a Wilson sin ese rastro. Lo ideal, para mí, sería usar otro perrito de rastreo que pueda encontrar a Wilson y, ojalá, esta vez se le pueda poner un dispositivo para rastrearlo y que no termine perdido”, explica.

Sin embargo, Edgar Yesid Fontecha, instructor canino del Centro de Entrenamiento Canino, explicó a La Red Zoocial que esa es una estrategia que ya se está implementando, “de hecho, es más fácil rastrear a un perro que a una persona porque es más fácil seguirlo. Ellos van dejando a través de sus huellas su olor y, además, les damos a nuestros perros de búsqueda los collares y las cuerdas que ha tenido WIlson”, indicó.

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¿Por qué Wilson no tenía un GPS?

Carlos Pérez, jefe del Centro Nacional de Recuperación de Personal de la Fuerza Aérea Colombiana, le comentó a Blu Radio que a estos perros no se les pone ningún dispositivo porque no se acostumbra que se alejen de su guía canino.

“Normalmente, no se les coloca un GPS. No es normal que estos perros se alejen de su pareja (militar) en cualquier escenario. Es un hecho atípico. Obviamente, entendemos la complejidad del terreno y las situaciones que sucedieron”, comentó Pérez, quien enfatizó en que las circunstancias del entorno tampoco hubieran hecho tan útil el uso de este implemento.

“Hay que entender también que el tener el GPS en esta área es muy complejo porque las comunicaciones no son fáciles y también la alimentación de la batería por tantos días, pues no tendría la energía suficiente para mantener la señal”, señaló.

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Asimismo, Lenin Ospina, militar en retiro y quien trabajó con animales de búsqueda y rescate, y que además es especialista en comportamiento canino, declaró a Blu Radio también que, por temas de protocolo, los animales que participan en misiones de rescate no deben llevar equipamiento, y que el uso del GPS se da en condiciones extremas. Y aunque el terreno selvático era un lugar complejo para desplegar las labores de búsqueda, en especial, por la comunicación, las Fuerzas Militares optaron por otras herramientas tecnológicas, dispuestas por el comando de Fuerzas Especiales del país.

“Ellos cuentan con equipos satelitales, que nos permitía tener comunicación en tiempo real con las unidades que estaban ingresadas. De igual manera, seguimiento satelital de ellos. Sabíamos por dónde ellos iban caminando. Todos los días teníamos dos reuniones en donde verificábamos qué habían encontrado o situación especial habían detectado para enlazar esa información en el Puesto de Mando Unificado y orientarlos para la búsqueda de los menores”, expreso Pérez.

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Wilson, al parecer, rompió la cuerda que lo ataba a su guía canino en la selva

Hace cuatro semanas, al parecer, Wilson rompió la correa que lo unía a su guía canino y se lanzó a la selva tras el rastro de los cuatro menores indígenas. Los niños aparecieron, pero se desconoce el paradero del perro.

Antes de perderse, el perro “orientó a la tropa hasta puntos clave para el seguimiento y para descifrar el camino que estaban haciendo los niños”, detalló Fontecha a AFP. De hecho, el Ejército y familiares de los indígenas sospechan que Wilson fue el primer miembro del equipo de búsqueda en tener contacto con los hermanos.

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A pesar de ello, los uniformados confían en que Wilson sorteará serpientes, pumas, jaguares y otros depredadores que rondan la zona. “Me invade la tristeza. Saber que es un hijo de casa y que es el único que no pudo salir del área después de un resultado tan bueno”, se lamenta el soldado Porras, quien indicó, que, de pronto, “las ganas de acertar, de encontrar, de buscar su objetivo” le jugaron una mala pasada.

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