Sacrificio de perros Bully XL en Reino Unido: un debate legislativo, pero también ético
El Gobierno Británico le ofreció una compensación de 200 libras a los cuidadores de perros American Bully XL que decidieran aplicarles la eutanasia. Asociaciones de médicos veterinarios, incluida la Asociación Británica de Veterinaria, aseguran que esta medida controversial plantea desafíos psicológicos y éticos en relación con el sacrificio de animales.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
El pasado jueves 1 de febrero entró en vigor la normativa que prohíbe la tenencia de perros American Bully XL en Inglaterra y Gales, esto después de que el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunciara en septiembre del año pasado que esta raza entraría en la Ley de Perros Peligrosos.
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El pasado jueves 1 de febrero entró en vigor la normativa que prohíbe la tenencia de perros American Bully XL en Inglaterra y Gales, esto después de que el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunciara en septiembre del año pasado que esta raza entraría en la Ley de Perros Peligrosos.
La norma declara que es ilegal criar, vender, publicitar, regalar, intercambiar o abandonar a estos caninos. Quienes ya tenían a su cuidado un American Bully XL debían solicitar un Certificado de exención antes del 31 de enero de 2024. Desde esta fecha, las mascotas que no cuentan con la licencia correspondiente pueden ser confiscadas por las autoridades.
“La prohibición de los Bully XL ya está vigente, lo que significa que es ilegal tener uno de estos perros a menos que esté registrado. Hemos cumplido nuestra promesa de implementar esta importante medida para proteger la seguridad pública y esperamos que todos los propietarios de Bully XL cumplan con las estrictas condiciones”, expresó Steve Barclay, secretario de Medio Ambiente de ese país.
El Gobierno británico también ofreció una compensación de 200 libras (cerca de 990.000 pesos colombianos) a los propietarios de perros American Bully XL que decidieran sacrificarlos en una clínica veterinaria. “Si su perro XL Bully fue sacrificado por un veterinario registrado antes del 31 de enero de 2024, puede reclamar una compensación de £200 por el costo de la eutanasia. Todas las reclamaciones deben recibirse antes del 15 de marzo de 2024″, asegura la página oficial del Gobierno del Reino Unido.
La ley ha sido ampliamente rechazada y desacreditada por dueños de perros, organizaciones de bienestar animal como la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA), partidos políticos animalistas como el PACMA e incluso por la Asociación Británica Veterinaria (BVA). Sus opositores consideran que esta normativa viola los principios básicos de respeto hacia los animales y que no aborda las causas subyacentes de las mordeduras de caninos y del comportamiento agresivo que pueden llegar a tener. El tema incluso ha abierto la discusión sobre los dilemas éticos a los que se deben enfrentar los médicos veterinarios ante el cumplimiento de la medida del sacrificio.
“Durante más de 32 años, los perros han sido juzgados como ´peligrosos´ según su apariencia debido a la legislación específica sobre razas. Se trata de miles de perros cuyo comportamiento no supone ningún riesgo para la seguridad pública y que son puestos a dormir sin ningún motivo”, expresó la RSPCA.
La Asociación Británica de Veterinaria (BVA) denunció que los profesionales estaban recibiendo “abusos, intimidación y amenazas”. Malcolm Morley, vicepresidente de la organización, lamentó la “presión adicional” que esta situación ejerce sobre los equipos veterinarios, que están haciendo “todo lo posible por ayudar a los propietarios a asumir sus responsabilidades”.
Por su parte, Sam Gaines, experto en bienestar canino de la RSPCA, dijo que este es “un tema emotivo y obviamente hay partes de comunidades en todo el país que sienten firmemente que la legislación es incorrecta. Las personas están profundamente conectadas con sus propios perros y piensan que ellos no podrían cumplir con los criterios de lo que se categoriza como peligroso”.
¿Cuál es la posición de los veterinarios colombianos?
Al consultar a la Asociación Colombiana de Médicos Veterinarios y Zootecnistas (Acovez) sobre su postura ante lo que está pasando con los American Bully XL en Reino Unido, nos dijeron que es preocupante que los países desarrollados tomen decisiones de este tipo sin consultar con los profesionales en el campo.
“Las decisiones sobre la vida o la muerte de una especie o raza animal no se pueden tomar con criterios emocionales. Llevamos años investigando y trabajando arduamente para que los médicos veterinarios sean los garantes del bienestar animal, sobre todo porque se habla de individuos que responden de diferentes formas a los estímulos del ambiente y no se puede generalizar, no es ni técnico ni ético”, aseguran desde Acovez.
Para Diana Rocío Covaleda, médica veterinaria zootecnista, directora médica de la fundación Funamasfa y miembro de Acovez, lo que está pasando en Reino Unido es alarmante, no solo por los perros y sus cuidadores, sino también por los perjuicios a la comunidad veterinaria que se enfrenta a problemas éticos en su profesión. “Al ser una actuación en contra de la voluntad y criterio médico, lo más probable es que se pueda sufrir de fatiga por compasión, lo que desencadenaría elevados niveles de estrés, sentimientos de impotencia, además del rechazo social que también genera dolor emocional”, dice Covaleda.
De acuerdo con la profesional, la decisión de aplicar la eutanasia a un animal se determina después de una valoración fisiológica, clínica y etológica que dé cuenta de que no existe otra alternativa. En otras palabras, el sacrificio de animales solo es aceptable cuando su calidad de vida está deteriorada y su sufrimiento es muy grande. En cualquier caso, se deben obtener todas las pruebas clínicas para comprobar que la decisión fue tomada bajo criterios médicos acordes al bienestar animal.
“Un paciente sano clínicamente y con comportamientos naturales sanos que no representen riesgo para la comunidad no es un indicador o una excusa para aplicar la inyección. Lamentablemente en los casos donde la normatividad supera los conceptos éticos, hasta los profesionales se ven afectados en su idoneidad y en su criterio médico”, agrega Covaleda.
Carolina Alaguna, médica veterinaria de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A y especialista en comportamiento de perros y gatos (etóloga) de la Universidad de Barcelona, comparte esta postura y asegura que la ley no está pensando en las cuestiones morales y éticas que conlleva la decisión de acabar con la vida de un paciente. “Toda eutanasia debe tener un respaldo, si es una situación conductual, se debería tener un respaldo a través de unas pruebas específicas para determinar que el animal va a afectar su bienestar propio y el del resto de individuos”.
Según Óscar Fabián Alarcón, etólogo del Centro Canino de la Cruz Roja, la agresividad es natural en todas las especies, lo que cambia es su riesgo. “Un perro de una raza pequeña puede ser más agresivo que un perro de una raza grande, aquí lo que hay que pensar es en el potencial de la mordida. No es lo mismo la mordida de un pinscher que la de un rottweiler”.
Los American Bully XL son perros con unas mandíbulas potentes que pueden llegar a causar grandes daños en caso de un ataque. Aun así, el etólogo asegura que esto no significa que sean peligrosos, pues el tema de la agresividad depende de la educación y de la experiencia de vida que cada canino ha tenido con su tutor. “Yo considero que los potencialmente peligrosos no son los perros, sino los tutores”, dice Alarcón.
Diferentes organizaciones animalistas siguen solicitando a las autoridades del Reino Unido reconsiderar su postura sobre los American Bully XL y cambiar esa legislación que consideran injusta y contraria a los principios básicos del bienestar animal. Sin embargo, otros grupos de campaña como Bully Watch y Protect Our Pets califican a la raza como “una amenaza clara y presente para la salud pública” e insisten en su prohibición. Las organizaciones que están a favor de esta legislación creen que esto es necesario para frenar el aumento de muertes humanas. “Esta no es una decisión que tomamos a la ligera, pero creemos que es un paso necesario mientras comprendemos mejor la relación entre razas específicas y los ataques de perros”, aseguran desde Bully Watch.
En este caso, y como ya ha pasado en otras ocasiones, el asunto está en manos de las autoridades. Estas, con la ayuda de expertos en el campo, son quienes deben tomar la decisión más responsable para todos.
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