Sacrificio de perros por agresividad: ¿realmente es necesario?
Aunque la ley colombiana no permite el sacrificio eutanásico de un canino que le haya causado heridas graves o la muerte a alguien, varias personas han manifestado que este tipo de comportamientos no se pueden corregir y que, por el contrario, estos animales deben morir. No obstante, expertos en etología y médicos veterinarios manifiestan que sí es posible una corrección en la conducta y que esta debe ser la última opción.
Angie Valentina Suárez Moreno
El 9 de mayo del 2017, Rosalina López, una mujer de 84 años que vivía en Cali, murió por el ataque de la mascota de su familia. De acuerdo con los testimonios que dieron a las autoridades, Rocco llegó a la casa tras ser rescatado por el nieto de la mujer de una vivienda donde era maltratado, pues, permanecía encadenado y no lo alimentaban.
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El 9 de mayo del 2017, Rosalina López, una mujer de 84 años que vivía en Cali, murió por el ataque de la mascota de su familia. De acuerdo con los testimonios que dieron a las autoridades, Rocco llegó a la casa tras ser rescatado por el nieto de la mujer de una vivienda donde era maltratado, pues, permanecía encadenado y no lo alimentaban.
De acuerdo con varios medios de comunicación, el canino atacó a la mujer mientras dormía y, al encontrarlo, se encontraba muy alterado y ansioso. Luego de ser trasladado al Centro de Zoonosis de la Secretaría de Salud Pública Distrital de Cali y, tras una evaluación por parte de los médicos veterinarios, decidieron no sacrificarlo.
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Luz Marina Trujillo, médica veterinaria del Centro, manifestó a Blu Radio, que el animal presentaba un comportamiento muy nervioso y agresivo. “Es un canino que está en buena condición corporal, pero no se deja tocar, es retraído, gruñe cuando uno se está acercando, no permite que se le coloque el agua y la comida con facilidad y eso evidencia que puede tener algún tipo de trauma por maltrato” afirmó.
A pesar de estos comportamientos, la entidad decidió no sacrificar al perro porque cumplía con dos criterios: “no tiene una enfermedad peligrosa para el ser humano y, su comportamiento no permitía denotar que era agresivo” explicó en su momento Alexander Durán, titular de la dependencia. Aunque la actuación de las autoridades estaba dentro del marco legal, esto generó opiniones encontradas en redes sociales donde se preguntaban sobre la “preferencia” entre uno u otro ser vivo.
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Carlos Andrés Muñoz, abogado y filósofo de la Universidad Libre de Colombia, en conversación con La Red Zoocial, explicó su punto de vista sobre este controversial tema: “la protección animal debe estar en armonía de acuerdo con las protecciones que ha dado la Corte Constitucional y en concordancia con la convivencia ciudadana, por lo que siempre se debe evaluar exhaustivamente cualquier caso de estos antes de tomar una decisión”.
Una opinión es respaldada por las leyes colombianas que, aunque en el 2002, permitían el sacrificio de caninos tras la muerte o lesiones graves, fue derogada por la 1801 de 2016 o Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana. Este código, en el artículo 134, aclara que si un ejemplar canino de raza especial ataca a una persona infligiéndole lesiones permanentes de cualquier tipo, se sancionará a su propietario y estará obligado a hacer un resarcimiento de daños. En caso de que sea reincidente, “se decomisará al animal siendo un veterinario, preferiblemente etólogo, el que decidirá cuál es el tratamiento a seguir”, explica Muñoz.
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Por su parte, Camilo Arévalo, etólogo y adiestrador canino, explica que en la mayoría de los casos los perros sí pueden ser rehabilitados siempre y cuando biológicamente se encuentren en condiciones óptimas. “Hay que tener en cuenta aspectos conductuales, genéticos y biológicos y, por supuesto, características de razas, algunos suelen ser más ansiosos o con un instinto cazador más desarrollado que otros”, explica.
Sin embargo, existen casos extremos, como los de los perros que son utilizados en peleas clandestinas. “Estos caninos suelen tener los neurotransmisores dañados y es mucho más difícil rehabilitarlos. Se puede, con neuroplasticidad y expertos muy buenos en su campo, pero hay que tener en cuenta los daños que existen ahí”, explicó Arévalo.
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Para Óscar Alarcón, líder de comportamiento del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba) los animales que han aprendido a usar la conducta agresiva de forma constante tienen trastornos de agresividad muy serios. “En estos casos su recuperación es compleja y puede tardar muchos meses o años sin obtener un resultado satisfactorio, lo que no quiere decir que sea imposible recuperarlos”.
No obstante, en algunos casos el sacrificio de un animal debe realizarse por razones zoonóticas en equilibrio con la salud pública y la conservación de la biodiversidad. Por ejemplo, aunque los animales callejeros o sin hogar no tengan un propietario que responda tras la agresión a una persona, no sería conveniente arriesgar un asunto de salud pública. “Tendríamos que tener algo muy en cuenta y es que algunos animales callejeros son sacrificados por disposiciones zoonóticas, sobre todo por la salud del ser humano, y la salud de ellos mismos. Un tema que también es debatible por la capacidad del Estado de mantener en condiciones óptimas a estos animales” explica Muñoz.
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¿Por qué un perro puede llegar a atacar a una persona?
Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los años 2014 y 2015 mostraron que 7.227 personas necesitaron atención médica tras haber recibido “mordidas o golpes” por parte un perro, siendo los niños pequeños los más frecuentemente afectados.
Además, de acuerdo con la BBC, alrededor de 1.159 menores de 9 años ingresaron en un hospital por la gravedad de las heridas y una investigación publicada en el Diario Médico Británico encontró que el 76% de las mordeduras de perros a niños se produjeron en los labios, nariz y mejillas debido a su baja estatura.
De acuerdo con el Idbyba, las causas de agresividad son multifactoriales. Una de ellas, tal como lo comentó Arévalo, tiene que ver con la genética del animal, los ambientes en los que se haya desarrollado y el aprendizaje que haya obtenido. “´Para entender cómo se ha desarrollado una conducta agresiva hay que entender estos tres componentes y después catalogar el tipo de agresividad que puede ser de diferentes tipos: jerárquica, territorial, maternal, por miedo, intrasexual, entre otras”, explicó a La Red Zoocial Alarcón.
Otra de las razones por las que un perro puede tener conductas agresivas tiene que ver con la inseguridad, algo que se desarrolla tras un episodio traumático como maltrato o un adiestramiento equivocado y genera mecanismos de defensa en el animal. “La que toca hacer en estos casos es crearle al perro confianza y eso se hace con muchos ejercicios de adiestramiento y estimulación para modificar la conducta aversiva” añade Arévalo.
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La gran paradoja: proteger a un animal que ataca
Aunque los procedimientos con los animales domésticos, en comparación con los silvestres, cuando existe algún riesgo o ataque a personas, son diferentes, sigue la controversia sobre la protección de los animales frente a las heridas y consecuencias fatales que puedan generar en los humanos.
Para Carlos Andrés Muñoz, todo se trata de una interpretación de la ley, “por ejemplo, si hablamos de la ley 1774 de 2016 que le da la calidad de seres sintientes a los animales, entendemos que hay que preservar la vida hasta donde no de más, pero ese criterio solo es dado por un médico veterinario y, en el caso de los perros agresivos un etólogo, pero siempre se debe llegar hasta la última instancia”.
En últimas, la clave está en concientizar a las personas sobre la responsabilidad que adquieren al adoptar un animal y que la manutención informada, guiada y responsable de animales, con pautas de socialización, evitará estos casos. No obstante, no debe olvidar que cualquier agresión causada a un tercero por parte de su mascota es su responsabilidad.
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