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El corgi galés de pembroke fue la primera raza de la cual se tuvo una explicación científica sobre el nacimiento de cachorros sin cola. Otras razas, como los bulldog, suelen nacer con colas cortas que tienen poca o ninguna movilidad.
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Durante años se han hecho procesos de formación de razas que, entre otras cosas, incluían la reproducción de perros con características similares, para que su descendencia las conservara. “Es una selección que se ha hecho durante años para que este tipo de animales no tengan cola. Como pasa con otras razas, que se seleccionan para que tengan una característica u otra”, explica Andrés Cuéllar, médico veterinario de la Universidad Nacional.
En 2001, un grupo de científicos especializados en genética publicaron en la revista Mammalian Genome una descripción de la mutación C189G en la caja T, una parte del ADN que se encarga de regular el desarrollo de las extremidades de diferentes especies, como los perros. El estudio mostró que esta mutación estaba relacionada con el nacimiento de cachorros sin cola o con una cola corta en perros de raza corgi galés.
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Sin embargo, fue en 2007 cuando Marjo Hytönen y un grupo de colegas genetistas realizaron un estudio con 23 razas diferentes, publicado en Journal of Heredity. Los investigadores concluyeron que, si bien la mutación en la caja T está presente en diferentes razas de cola corta, no es una explicación generalizada, pues otras razas no presentan esta misma.
Otros casos más excepcionales indican que la ausencia de cola se debe a problemas durante el proceso de gestación. “Por algún proceso en su formación como embrión y feto se presenta la particularidad de que nace sin la cola. A veces también nacen sin alguna extremidad, sin algún órgano”, puntualizó Cuéllar.
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Los procesos de selección genética para la formación de razas han sido ampliamente criticados desde hace varios años, por las implicaciones éticas que tienen. Andrés Cuéllar asegura que “desde hace unas décadas, esta selección genética se ha salido de control, se ha hecho de forma irresponsable en diferentes partes del mundo, respondiendo a intereses económicos o estéticos”.
Por otra parte, la amputación de la cola, una práctica común en mascotas de raza pitbull o rottweiler, por ejemplo, ya ha sido catalogada como maltrato animal en diferentes países. Actualmente la Corte Constitucional de Colombia, desde el despacho de la magistrada Diana Fajardo Rivera, se encuentra revisando una demanda que busca que se consideren como delito estas prácticas en el país.
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