Salir de la rutina y viajar por unos días puede ser divertido, pero hacerlo con su canino no tiene precio. Sin embargo, cuando se trata de montar a estas criaturas a vehículos, todo puede salir muy bien o muy mal, pues las curvas de la carretera y el suelo inestable pueden incomodar al perro, ya que son propensos a sufrir mareos.
En consecuencia, aumentan las probabilidades de que vomiten. Por ello, a continuación encontrará diferentes técnicas para hacer que la experiencia sea agradable para todos los que están en el carro y así evitar que la mascota se maree y vomite.
En primer lugar, entienda que el vómito aparece por la falta de adaptación del perro al movimiento del coche durante un largo viaje o porque la mascota siente miedo o estrés del viaje. Lo que genera un proceso de agitación y ansiedad en el peludo que causan náuseas, según TiendaAnimal, blog en el que expertos comparten datos de mascotas.
Por otro lado, tenga en cuenta que entre más joven sea el canino, los vómitos son más frecuentes porque su oído no está acostumbrado al movimiento y porque tampoco hay buen control del equilibrio.
Entonces, ¿cómo saber si el peludo está mareado? Cuando el perro no se siente bien, aparecen: bostezos repetitivos, exceso de babeo y jadeo, inactividad, nerviosismo o apatía. Así que la mejor opción será parar un rato en una zona de descanso y si vomita, no lo regañe, lo ideal es ofrecerle agua.
Aun así, si esto no es suficiente, a continuación encontrará consejos que le pueden ayudar a prepararse antes del viaje y a estar listo por si ocurre cualquier eventualidad.
Si tienes pensando hacer un trayecto largo en coche, empiece de forma progresiva a acostumbrar al perro a todo lo que esto implica, para que tolere estar en el vehículo, no se maree y, por lo tanto, vomite.
- Ingrese al carro con el canino, pero mantenga el motor apagado y juegue con él, incluso puede dejarlo dormir un rato dentro, o ponerle golosinas para que relacione el vehículo con un lugar agradable.
- Es hora de dar una vuelta. De breves recorridos con el estómago vacío y póngale al alcance un juguete o alguna manta con la que se sienta cómodo, para que el ambiente se le haga más familiar.
- En estos paseos cortos evite tomar curvas bruscas y, al finalizar, dele un premio para que se relacione estos recorridos con algo positivo. Después de unas cuantas veces ya se subirá fácilmente en el vehículo. También puede hacer pequeños trayectos a destinos que le gusten a su peludo: la playa, parques de la ciudad, ir a la montaña o a ver a un familiar que conozca.
- Incremente la distancia y tiempo de los trayectos. Llegó la hora de subir el nivel, deje los paseos cortos, para pasar a paseos medios y luego largos. Vaya incrementando el tiempo según vaya viendo el progreso en el perro.
- Haga paradas en los viajes largos para su descanso, puede aprovechar miradores para parar y dar una vuelta. Así su perro aprovechará para beber, orinar y defecar.
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