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Tyson Cash, quien tiene su propia guardería perruna, hacía sus rondas matutinas habituales, recogiendo a clientes caninos para llevarlos al lugar en que serían cuidados por especialistas, durante la ausencia de sus dueños. Sin embargo, notó que una las mascotas a las que habitualmente recogía estaba acompañada por otro perro que no había visto nunca.
“Pensé: ‘Eso es extraño, no me dijeron que iban a tener otro perro’”, dijo Cash a Washington Post, quien dirige la guardería Keller Creek Boarding and Grooming en Georgia, Estados Unidos, con su esposa.
Quién estaba acompañado por la extraña mascota era Motley, un labrador retriever que ha ido a este lugar durante más de tres años. Por esto, el conductor del bus contactó a los tutores de su pasajero habitual para preguntar si tenían un nuevo perrito, pero respondieron que no y que sabían que había una mascota callejera que deambulaba por la zona desde hace unos días, además, que los residentes del barrio lo alimentaban y a veces lo dejaban pasar la noche dentro de las propiedades.
Motley, como de costumbre, trotó hacia el autobús de cachorros y el perro abandonado lo siguió. Cuando el labrador saltó dentro del vehículo, el segundo perro intentó hacer lo mismo. “Tenía muchas ganas de subirse al autobús. Estaba haciendo todo lo posible para llevarse bien con los otros perros”, dijo Cash, explicando que no podía dejar que el nuevo compañero subiera al autobús, porque no sabía sobre su vacunación o su estado de salud.
Decidido a ayudar, pidió a su esposa que publicara una foto del perro en Facebook para localizar a su familia. Aun así, esto no bastó para el canino que buscaba compañía y aceptación, pues cuando el bus arrancó, él empezó a correr detrás.
“Me sentí fatal por dejarlo. Estaba preocupado por él”, dijo Cash, y agregó que, a pesar de tener ya nueve perros en casa, consideró quedarse con el cachorro en situación de calle si nadie se presentaba. No obstante, esto no fue necesario, ya que apareció Sadie Peace, cuyo perro amarillo de 2 años, Nellie, va a la guardería en Keller Creek y quien se mostró dispuesta a adoptar al canino abandonado.
“Ver a un perro tan desesperado por conseguir que lo llevaran fue muy desgarrador. Pensé, tengo que acercarme y ver si alguien tiene un hogar para este perro. Si no, lo quiero”, comentó Peace al medio informativo estadounidense.
Así que se puso en contacto con Cash, quien le dio a Peace la información de contacto de una mujer que dijo que había estado alojando y alimentando al perro abandonado y llamándolo Waylon. Apenas pudo, ella y su novio fueron a recoger al nuevo integrante de la familia.
“Simplemente caminó hacia nosotros con esos grandes y hermosos ojos marrones y nos miró fijamente por un segundo. Se enamoró de nosotros como nosotros de él”, concretó Peace, quien añadió que el animal estaba en malas condiciones, porque se le veían las costillas, tenía pulgas, garrapatas y le hacía falta mucho amor y cuidado.
Por ello, el perro fue llevado al veterinario y ahí descubrieron que tenía un microchip. De todas formas, el dueño anterior de Waylon aceptó hacer la transferencia de propiedad a Peace y su novio.
Durante el último mes, Waylon, que se cree que tiene entre 2 y 3 años, se ha adaptado bien a su nuevo hogar y a su hermana peluda, Nellie. Aunque Peace cree que Waylon sufrió abusos, ya que tiene cicatrices alrededor del cuello y, a menudo, se encoge de miedo cuando la gente se mueve rápida o abruptamente hacia él.
Ahora, el deseo de Waylon de abordar el autobús de cachorros de Keller Creek se cumplió, justo cuando estuvo al día con todas sus vacunas. Ahora asiste al programa de guardería aproximadamente una vez por semana.
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