Policías escucharon sonidos raros en casa de Cali: encontraron una triste sorpresa
Durante una orden de captura, las autoridades descubrieron otro delito: la tenencia ilegal de fauna silvestre en una casa de Ciudad Jardín.
Ayer, martes 8 de octubre, mientras la Policía Nacional cumplía con una orden de captura en un conjunto residencial en Ciudad Jardín, al sur de Cali, se llevaron una inesperada sorpresa. Al escuchar un extraño ruido proveniente de uno de los cuartos de la casa donde estaban llevando el operativo, decidieron investigar y encontraron un ocelote, más conocido como tigrillo, rugiendo desesperadamente.
El animal en cautiverio estaba en condiciones preocupantes, con escaso espacio y ventilación, y presentaba afectaciones en su organismo.
Ante esta situación, los policías llamaron al DAGMA (Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente) para que se encargaran del procedimiento correspondiente. “La DIJIN nos dio aviso sobre la presencia de un felino dentro de una casa en el sur de Cali. Atendimos el caso con la Unidad de Fauna e hicimos la incautación del animal”, detalló Sara Rodas, subdirectora Técnica Ambiental del DAGMA en el informe oficial.
El operativo no terminó ahí, durante aproximadamente una hora, los profesionales de fauna intentaron trasladar al ocelote a una cesta de protección. Sin embargo, el estado de angustia del felino, tras más de un año en cautiverio, complicó el proceso.
Finalmente, lograron trasladarlo a la Unidad Móvil de Atención de Fauna y luego a un hogar de paso en donde se le están haciendo las evaluaciones pertinentes. “Al felino se le están adelantando los exámenes correspondientes y evaluaciones para establecer las condiciones de salud en que se encuentra”, explicó Rodas.
Se reportó que el felino llevaba varios meses en cautiverio sin recibir luz solar y alimentándose con comida cocinada. Estas deplorables condiciones afectaron significativamente su salud, alterando el color de su pelaje, su crecimiento y su nutrición.
En cuanto a las personas responsables, enfrentarán no solo los cargos iniciales del operativo, sino también una denuncia por presunto tráfico ilegal de fauna. Es importante recordar que este es un delito con consecuencias graves, y se hace un llamado a la comunidad para que denuncie cualquier situación similar de tenencia de fauna silvestre. Recuerde que estos animales no son mascotas.
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Ayer, martes 8 de octubre, mientras la Policía Nacional cumplía con una orden de captura en un conjunto residencial en Ciudad Jardín, al sur de Cali, se llevaron una inesperada sorpresa. Al escuchar un extraño ruido proveniente de uno de los cuartos de la casa donde estaban llevando el operativo, decidieron investigar y encontraron un ocelote, más conocido como tigrillo, rugiendo desesperadamente.
El animal en cautiverio estaba en condiciones preocupantes, con escaso espacio y ventilación, y presentaba afectaciones en su organismo.
Ante esta situación, los policías llamaron al DAGMA (Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente) para que se encargaran del procedimiento correspondiente. “La DIJIN nos dio aviso sobre la presencia de un felino dentro de una casa en el sur de Cali. Atendimos el caso con la Unidad de Fauna e hicimos la incautación del animal”, detalló Sara Rodas, subdirectora Técnica Ambiental del DAGMA en el informe oficial.
El operativo no terminó ahí, durante aproximadamente una hora, los profesionales de fauna intentaron trasladar al ocelote a una cesta de protección. Sin embargo, el estado de angustia del felino, tras más de un año en cautiverio, complicó el proceso.
Finalmente, lograron trasladarlo a la Unidad Móvil de Atención de Fauna y luego a un hogar de paso en donde se le están haciendo las evaluaciones pertinentes. “Al felino se le están adelantando los exámenes correspondientes y evaluaciones para establecer las condiciones de salud en que se encuentra”, explicó Rodas.
Se reportó que el felino llevaba varios meses en cautiverio sin recibir luz solar y alimentándose con comida cocinada. Estas deplorables condiciones afectaron significativamente su salud, alterando el color de su pelaje, su crecimiento y su nutrición.
En cuanto a las personas responsables, enfrentarán no solo los cargos iniciales del operativo, sino también una denuncia por presunto tráfico ilegal de fauna. Es importante recordar que este es un delito con consecuencias graves, y se hace un llamado a la comunidad para que denuncie cualquier situación similar de tenencia de fauna silvestre. Recuerde que estos animales no son mascotas.
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