¿Por qué no se deben comprar ni regalar loros o aves en Semana Santa?
En Colombia, la posesión de loros y otras aves como mascotas es una práctica bastante común. Sin embargo, la tenencia de estos animales en casa es altamente perjudicial para su bienestar. Juan Lázaro Toro, ingeniero forestal y director de Estrategias de Conservación de la Fundación ProAves de Colombia, habla sobre esta problemática y cómo combatirla.
Laura Tatiana Vargas Lizarazo
Durante la Semana Santa, aves como loros, guacamayas, canarios, entre otras, son traficadas y comercializadas ilegalmente en toda Colombia. Esta problemática es considerada como una de las principales causas de disminución de las poblaciones de especies silvestres en el mundo, según informa World Wildlife Fund (WWF). Además, es el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial, con ingresos anuales de 23 billones de dólares, por lo que su control no es una tarea fácil.
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Durante la Semana Santa, aves como loros, guacamayas, canarios, entre otras, son traficadas y comercializadas ilegalmente en toda Colombia. Esta problemática es considerada como una de las principales causas de disminución de las poblaciones de especies silvestres en el mundo, según informa World Wildlife Fund (WWF). Además, es el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial, con ingresos anuales de 23 billones de dólares, por lo que su control no es una tarea fácil.
En Colombia, pese a la estricta legislación y a las medidas adoptadas para garantizar la protección y fomentar el uso sostenible de la fauna silvestre, el volumen del tráfico sigue siendo de grandes proporciones. De acuerdo con la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), los psitácidos encabezan las cifras de incautación y rescate de fauna silvestre en el territorio, con más de mil ejemplares remitidos en los últimos cinco años al Centro de Atención y Valoración de Fauna (CAV) de la entidad.
En este contexto, las autoridades ambientales hacen un llamado a los turistas que visitan los diferentes lugares del país en Semana Santa para que no compren animales silvestres en vías y plazas de mercado, principalmente las aves que luego pretenden ser utilizadas como animales de compañía o mascotas.
El Espectador habló con Juan Lázaro Toro Murillo, ingeniero forestal y director de Estrategias de Conservación de la Fundación ProAves de Colombia, sobre las consecuencias que sufren los loros en cautiverio y por qué no es correcto comprarlos durante esta fecha.
La Fundación ProAves es una organización no gubernamental que se dedica a la protección de las aves en Colombia a través de la investigación, las acciones de conservación y el acercamiento con la comunidad. En particular para desincentivar el uso de la palma de cera del Quindío, en la celebración del Domingo de Ramos en Semana Santa.
¿Por qué algunas personas se aferran a tener este tipo de aves como mascotas?
La tenencia de mascotas en muchas regiones de Colombia puede deberse a un arraigo cultural, que viene desde siglos atrás, porque el hombre siempre ha querido hacer suyo muchos elementos de la naturaleza, incluidos otros seres vivos. En el caso de las loras, pericos y guacamayas que conforman la familia Psittacidae, esta costumbre de extraer los animales silvestres del medio y tenerlos como mascota, se debe en buena parte a la belleza y colorido de sus plumajes, a la inteligencia de estas aves y a su capacidad de aprender e imitar la voz humana, lo cual causa fascinación a las personas.
El problema de la tenencia de psitácidos no solo ocurre en Colombia, sino que se da en todo el mundo, lo cual ha generado que históricamente estos animales hayan sido y continúen siendo objeto de tráfico ilegal en cantidades alarmantes.
¿Cómo está el panorama de esta familia de aves en el mundo?
Según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN Red List of Threatened Species 2023), de las 395 especies conocidas históricamente de la familia Psittacidae, 15 especies se encuentran extintas, 146 especies se encuentran amenazadas o casi amenazadas bajo las siguientes categorías: 19 en Peligro Crítico CR, 26 en Peligro EN, 50 Vulnerables VU y 51 casi amenazadas NT.
Las guacamayas son un ejemplo bastante triste, este género de aves nativas de Centro y Sur América y de las islas del Caribe comprendía originalmente 14 especies, de las cuales ya se encuentran extintas seis especies nativas de algunas islas del Caribe, debido a la destrucción de su hábitat y al tráfico y uso como mascotas al que fueron sometidas desde la época de la colonia. Actualmente, de las ocho especies que sobreviven, tres se encuentran el peligro crítico y una vulnerable, debido a la pérdida de su hábitat y a su uso como mascotas.
¿Cuáles son las consecuencias del tráfico ilegal en los loros?
Para los loros, el tráfico y cautiverio trae graves consecuencias. Estos animales se sustraen del medio natural donde deberían cumplir su ciclo de vida. Se privan de cumplir su función en los ecosistemas y, lo más importante, se privan de interactuar con otros congéneres de su especie, conseguir pareja y reproducirse. Estos individuos se someten a graves torturas y estrés durante el transporte clandestino, desde el sitio de donde se extraen hasta las ciudades donde se vende. Lo peor: muchos de ellos mueren durante en el camino.
¿Qué pasa con los que sobreviven?
Se llevan a vivir en condiciones para las cuales no han evolucionado, muchas veces en jaulas estrechas que no les permiten siquiera ejercitar sus alas, lo que hace que se les atrofien los músculos de vuelo y que se estropeen sus plumas. Se someten a dietas que no son las adecuadas para su especie y, por tanto, es usual que presenten desnutrición, malformación de plumas y pico, y decoloración de los pigmentos típicos. En muchos casos, viven en condiciones que les generan estrés como exceso de calor, exceso de ruido, poca posibilidad de movimiento, deshidratación, etc. Todo esto hace que adquieran comportamientos que no son propios de la especie e incluso que se arranquen las plumas o se causen lesiones. Finalmente, los animales en cautiverio mueren sin la posibilidad de tener descendencia y aportar sus genes a las generaciones futuras de la especie.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cuáles son esas enfermedades más comunes que afectan a los loros en cautiverio?
Estas aves en cautiverio enfrentan enfermedades que no tienen en condiciones naturales, como, por ejemplo, problemas respiratorios y digestivos. Además, es muy frecuente que el estrés y la mala nutrición causen descoloramiento o malformación de las plumas, deformación de picos o que genere que las mismas aves se arranquen las plumas o se infrinjan lesiones con sus picos. También es usual que muchos animales en cautiverio sean objeto de maltrato de sus tenedores, quienes les generan daños físicos.
¿Qué consecuencias trae esto en el medio ambiente?
En muchos casos, cuando la extracción es excesiva, se puede presentar extinción local de la especie. La disminución de las poblaciones ocasiona la pérdida de variabilidad genética. El tráfico y tenencia también limita las posibilidades de reproducción y supervivencia de la especie a mediano y largo plazo, por la misma simplificación de las poblaciones, pero también por el desbalance natural de los sexos sobre todo en aquellas especies donde el tráfico se concentra en uno de los sexos, por ejemplo cuando el macho es más colorido y/o es quien despliega mejores cantos o por la pérdida de individuos jóvenes, cuando el tráfico se concentra en los polluelos, como ocurre con la mayoría de las especies de psitácidos.
Para los ecosistemas trae consecuencias como la pérdida de diversidad, simplificación de las especies, pérdida de funcionalidad y desbalance, al sustraer seres vivos valiosos que cumplen funciones importantes dentro del ecosistema como la polinización, dispersión de semillas, control de plagas o de especies que se pueden volver detractoras del mismo ecosistema al aumentar sus poblaciones en forma desmedida.
Muchas personas creen que ustedes son los responsables de rescatar y liberar a estas aves en su hábitat natural, ¿es cierto?
La Fundación ProAves no es responsable de la atención veterinaria de animales que han sido objeto de cautiverio, ya que de acuerdo con la normatividad, esta es una función de las Autoridades Ambientales (Corporaciones Autónomas Regionales o de Desarrollo Sostenible y Áreas Metropolitanas).
Desde La Red Zoocial hacemos un llamado para que ninguna persona compre o consuma animales silvestres en esta o cualquier otra fecha del año, pues, además de afectar gravemente a los ecosistemas y a las poblaciones de las especies traficadas, estas actividades son un delito y pueden acarrear multas de hasta 5.000 salarios mínimos mensuales vigentes y cárcel entre 48 y 108 meses.
En caso de que durante las vacaciones de Semana Santa se encuentre con personas en carreteras u otros lugares, ofreciendo variedad de especies para que lleve a su casa, lo mejor es denunciar ante las autoridades.
En el país existen diferentes autoridades ambientales que trabajan en pro de la protección de todas las especies y sus hábitats. En el caso de Bogotá, la Secretaría Distrital de Ambiente es la entidad responsable de velar por la preservación de los animales silvestres. Las personas pueden reportar los casos de tráfico y tenencia ilegal de fauna silvestre al correo electrónico fauna@ambientebogota.gov.co o a las líneas telefónicas: 317 427 68 28, 318 827 77 33 o 318 712 55 60 o al (601) 377 88 54.
Para el resto del país, el reporte o la denuncia se debe presentar en los canales de comunicación de las Corporaciones Autónomas Regionales o la línea 123.
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