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Proteger a las zarigüeyas en Colombia, una lucha por el medio ambiente

Las autoridades ambientales y la Fundación Zarigüeya-FUNDZAR, entidad no gubernamental, han emprendido una cruzada para proteger a este animal de vital importancia para los ecosistemas.

Laura Tatiana Vargas Lizarazo
24 de noviembre de 2023 - 10:00 p. m.
La zarigüeya es un pequeño marsupial muy popular en América.
La zarigüeya es un pequeño marsupial muy popular en América.
Foto: Pixabay
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La reciente muerte de una zarigüeya a manos de trabajadores de una empresa privada de aseo en Cali desató voces de indignación y rechazo por parte de la comunidad caleña. El hecho ocurrió el pasado 9 de noviembre y quedó registrado en una cámara de seguridad. En las imágenes se puede observar el maltrato al que es sometido el ejemplar del género de los marsupiales didelfimorfos, de la familia Didelphidae, quien primero recibe múltiples patadas, para posteriormente morir cruelmente a manos de un operario. El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) anunció una indagación preliminar para esclarecer lo ocurrido.

Leer: Cali: denuncian que trabajadores de empresa de aseo golpearon y mataron a zarigüeya

Aunque este caso causó gran indignación en la ciudadanía, no se trata de un hecho aislado. La ignorancia generalizada y los prejuicios que lastimosamente existen alrededor de las zarigüeyas ha provocado todo tipo de maltrato contra ellas. Pese a su función vital en el ecosistema, algunas personas las atropellan con sus carros o les arrojan agua caliente.

Son tantas las situaciones de maltrato que se registran en el país contra estos marsupiales, que las Corporaciones Autónomas Regionales, las autoridades ambientales urbanas y la Fundación Zarigüeya-FUNDZAR, entidad no gubernamental encargada de conservar esta especie en Colombia, han emprendido una cruzada para proteger a este animal en su entorno natural.

“En los Centros de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de Antioquia, el animal más reportado durante los cinco años pasados, de 2018 a diciembre de 2022, fue la zarigüeya. Aproximadamente el 40 % de los individuos que entran a los CAV de Antioquia son zarigüeyas. En la fundación hemos tenido el reporte de hasta 3.000 llamadas solo en el área metropolitana del Valle de Aburrá. Es un panorama muy alarmante, porque este individuo es absolutamente importante, es un arquitecto de los ecosistemas. A pesar de que este marsupial vive en entornos urbanos, en la ciudad es el más desconocido y odiado, esa ignorancia generalizada ha hecho que sea maltratado, envenenado y atacado”, cuenta Francisco Javier Flórez, director de FUNDZAR.

Leer: Encuentran en Guainía una especie de zarigüeya poco conocida

De acuerdo con el experto, la zarigüeya, un individuo de fauna silvestre presente en varios países de América, tiene funciones vitales en el ecosistema: ayuda a la dispersión de semillas, apoya la polinización y cumple un papel importante dentro de la cadena trófica, tanto de depredador, para poblaciones de pequeños mamíferos, como de presa, para los grandes carnívoros como el jaguar y el puma. En Colombia existen alrededor de 50 especies de zarigüeyas y en el resto de América, cerca de 137.

“Si se extinguieran las zarigüeyas perderíamos un actor muy importante dentro de los ecosistemas. Las poblaciones que consumen zarigüeyas tendrían un faltante de proteína animal en sus dietas. Si un depredador de gran talla no consigue su presa, debe desplazarse a otros lugares. Este animal también controla poblaciones de roedores, pequeños mamíferos, lagartos, serpientes e insectos. Al perder ese rol de controlador biológico, las poblaciones quedarían en un desequilibrio. Además, no habría quien dispersara las semillas, perderíamos un arquitecto de los ecosistemas”, agrega Flórez.

De acuerdo con David Echeverry, biólogo de la Universidad de Antioquia y jefe de la Oficina de Gestión de la Biodiversidad de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), autoridad ambiental de la región, el lejano parecido de la zarigüeya con la rata es una de las razones de su mala fama. Estos animales tienen una cola larga, orejas peladas, hocico puntiagudo y dientes afilados que se asemejan al de los roedores. Sin embargo, su pelaje bicolor, nariz rosada y ojos negros y grandes le dan un aspecto más bien simpático.

Leer: ¿Por qué es importante proteger a las zarigüeyas?

“Las zarigüeyas o chuchas, como les decimos en algunas partes de Colombia, son animales que a la vista no son agradables para todas las personas. La gente las ha confundido históricamente con las ratas, les tienen miedo, fastidio y asco. Esa es una de las razones por las cuales son maltratadas. Sin embargo, es una mala interpretación, no son ratas. Hacen parte de la fauna silvestre colombiana y son patrimonio de todos los colombianos”, explica Echeverry.

Según cuenta el funcionario, en Cornare las cifras oficiales del total de zarigüeyas maltratadas por parte de las personas no son tan alarmantes debido a que la mayoría de ellas no alcanzan a llegar a los CAV, “muchas son envenenadas o heridas con machete”, pero no son reportadas a la autoridad ambiental.

“Las zarigüeyas que son maltratadas por personas e ingresan al CAV constituyen alrededor del 10%, pero las que ingresan por ataques de perros son mucho más altas, estamos hablando de que casi el 60 o el 70 %. Es muy triste, es una situación que podría evitarse si los propietarios de perritos tuviéramos mayor conciencia con nuestros animales de compañía, es una conducta de irresponsabilidad por parte de los dueños”, explica Echeverry.

Acciones de protección en Bogotá

De acuerdo con la Secretaría Distrital de Ambiente, en Bogotá se pueden encontrar dos especies de zarigüeyas, la Didelphis pernigra y la Didelphis marsupialis. Aunque son varios los ejemplares que durante el año llegan al Centro de Atención y Valoración de Flora y Fauna Silvestre (CAV), por fortuna, en la capital no se registran muchos reportes de maltrato contra esta especie.

“En Bogotá, según los reportes del último año, nos han llegado 64 individuos, sobre todo por entregas de bomberos, policía y ciudadanos. Muchas llegan por accidentes, atropellamientos o porque se meten a las viviendas o a las instituciones educativas que están en el borde de los cerros orientales. Todas fueron llevadas al CAV y ninguna tenía un caso de maltrato. Usualmente, la gente nos llama precisamente para protegerlas”, señala Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente de Bogotá.

La entidad tiene dos principales áreas de trabajo: pedagogía y rescate. “Sobre todo haciendo campañas de información, para que la gente reconozca que la fauna silvestre urbana es normal, que es bueno que haya fauna silvestre en las ciudades porque es un indicador de que nuestros ecosistemas están bien. Tenemos una campaña específicamente que se llama ‘Reconociendo la Fauna Silvestre Urbana’ y ahí la zarigüeya es una de nuestras protagonistas”, indica Urrutia.

Cuando se recibe algún reporte de una zarigüeya herida o con algún problema, la autoridad ambiental la recoge a través de la unidad móvil y la lleva al Centro de Atención y Valoración. Las que logran recuperarse en el proceso de rehabilitación y pueden sobrevivir de manera silvestre son liberadas. Las que no, se quedan en el CAV o son remitidas a instituciones zoológicas del país.

¿Por qué son importantes las zarigüeyas?

Los trabajos que se realizan actualmente en Colombia para salvar a estos marsupiales están encaminados a crear una conciencia ambiental colectiva. La Fundación Zarigüeya, en Medellín, pionera en este tema, realiza trabajos de investigación para la conservación, campañas de bienestar animal y ejercicios de educación ambiental. Además, en estos momentos están llevando a cabo una exposición que resalta la necesidad de conocer y proteger a estos marsupiales. La exhibición, que fue bautizada como Museo Itinerante Marsupial, viaja por diferentes lugares de Antioquia y Colombia con diferentes piezas de zarigüeyas construidas a base de fieltro y agujas.

“A nosotros nos escriben muchas personas que rescatan zarigüeyas preguntándonos cómo pueden atenderlas o cuál es el procedimiento para llevarlas a las autoridades ambientales. Ahí nosotros somos fuertes, sobre todo por redes sociales. El primer libro que publicamos fue una cartilla para la atención de zarigüeyas que quedaban huerfanitas”, dice Flórez.

Por su parte, Echeverry afirma que las entidades locales cada vez están más interesadas en crear proyectos de educación ambiental, sobre todo, en el departamento de Antioquia y el centro del país.

“Hemos realizado varias campañas como ‘La zarigüeya tan paisa como vos’, la cual comparte parte de nuestra biodiversidad. Hemos mostrado los esfuerzos que realizan nuestros médicos veterinarios en procedimientos quirúrgicos para salvar a estos animales. A nivel más regional, tenemos campañas como ´Déjalos cruzar´, las zarigüeyas no solo son atacadas por perros y personas, también son uno de los animalitos que más atropellan en las carreteras. Realizamos campañas con avisos y pasos elevados para generar conciencia a los transeúntes”, manifiesta Echeverry.

El funcionario explica que las estrategias de conservación buscan la sana convivencia con la biodiversidad, el objetivo final es permitir la coexistencia entre los humanos y todas las especies que habitan el territorio nacional. “Hemos construido un protocolo para la convivencia, para la coexistencia y para el ahuyentamiento con condiciones adecuadas y métodos apropiados, sin ir a generarles ni estrés ni maltrato a las zarigüeyas”, complementa Echeverry.

Para evitar que las zarigüeyas entren a los hogares, los expertos aconsejan evitar dejar desperdicios de comida, cerrar muy bien las ventanas, guardar las basuras y evitar dejar a la mano el alimento de animales domésticos, pues esto las atrae. Por último, les recuerdan a las personas que estos marsupiales no son peligrosos, al contrario, son dóciles y muy nerviosos. Por lo que no deben ser atacados, sino protegidos.

“Este marsupial específicamente tiene unos hábitos nocturnos. Son animales muy solitarios e inofensivos. Usualmente están en nuestros bosques secundarios, en páramos y subpáramos. Pueden estar en zonas intervenidas, pero en Bogotá, por ejemplo, rara vez se van a ir a meter a una casa. Son tolerantes a ambientes modificados y no manifiestan un peligro para los seres humanos. Lo mejor es espantarlas de una forma no agresiva y dejar que vivan su vida silvestre. Y, cuando sea necesario, llamarnos como autoridad ambiental para que intervengamos como corresponde”, concluye Urrutia.

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Laura Tatiana Vargas Lizarazo

Por Laura Tatiana Vargas Lizarazo

Comunicadora social y periodista con interés en temas sociales, culturales, de conflicto y construcción de paz. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo, Mujeres, Paz y Seguridad 2021.@Tatiana71765621lvargas@elespectador.com

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MONO RESTREPO(16682)24 de noviembre de 2023 - 11:46 p. m.
Fabuloso el articulo; hay que proteger a las zarigueyas a como de lugar.
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