Raya queda embarazada sin aparearse con un macho: Así funciona la partenogénesis
Todavía no se tiene constancia de qué tan seguido ocurre este proceso con el que se pueden gestar crías sin necesidad de una reproducción sexual.
Jimena Delgado Díaz
Una raya llamada Charlotte quedó embarazada solita, es decir, sin necesitar a un macho. Algo que era considerado extremadamente raro por la ciencia, hasta hace no tanto tiempo.
En los últimos años, se han documentado casos de aves, reptiles y peces que pasan por este proceso, denominado partenogénesis, pero, nunca de una raya como Charlotte. Lo que ocurrió con ella es que cuerpos polares, que son pequeñas células, se formaron al mismo tiempo que sus óvulos y ambos se fusionaron. Así fue como surgió el material genético necesario para que se cree el embrión que ahora lleva en su cuerpo.
Algunas ventajas ecológicas, según Biology Letters, revista científica de biología, son: que las hembras no dedican energía y tiempo a aparearse con machos y las poblaciones pueden aumentar rápidamente de tamaño. Además, se pueden establecerse en ambientes que no son adecuados para los individuos con reproducción sexual.
Expertos de Biology Letters, también aclaran que hay desventajas a largo plazo, ya que es un fenómeno que ocurre de forma aislada y la baja diversidad genética asociada con estas prácticas podría limitar su adaptabilidad a los cambios ambientales.
Charlotte, cuya edad está entre los 12 y 14 años, podría dar a luz en cualquier momento, ya que, y según sus cuidadores, este tipo de nacimientos sin apareamiento tienen un período de gestación que puede variar sin ser necesariamente de tres a cuatro meses, como es habitual.
Así que, por ahora, esperemos que las crías de Charlotte nazcan bien.
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Una raya llamada Charlotte quedó embarazada solita, es decir, sin necesitar a un macho. Algo que era considerado extremadamente raro por la ciencia, hasta hace no tanto tiempo.
En los últimos años, se han documentado casos de aves, reptiles y peces que pasan por este proceso, denominado partenogénesis, pero, nunca de una raya como Charlotte. Lo que ocurrió con ella es que cuerpos polares, que son pequeñas células, se formaron al mismo tiempo que sus óvulos y ambos se fusionaron. Así fue como surgió el material genético necesario para que se cree el embrión que ahora lleva en su cuerpo.
Algunas ventajas ecológicas, según Biology Letters, revista científica de biología, son: que las hembras no dedican energía y tiempo a aparearse con machos y las poblaciones pueden aumentar rápidamente de tamaño. Además, se pueden establecerse en ambientes que no son adecuados para los individuos con reproducción sexual.
Expertos de Biology Letters, también aclaran que hay desventajas a largo plazo, ya que es un fenómeno que ocurre de forma aislada y la baja diversidad genética asociada con estas prácticas podría limitar su adaptabilidad a los cambios ambientales.
Charlotte, cuya edad está entre los 12 y 14 años, podría dar a luz en cualquier momento, ya que, y según sus cuidadores, este tipo de nacimientos sin apareamiento tienen un período de gestación que puede variar sin ser necesariamente de tres a cuatro meses, como es habitual.
Así que, por ahora, esperemos que las crías de Charlotte nazcan bien.
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