Solo seis países de Latinoamérica prohíben la experimentación animal con fines cosméticos
Los cambios en la experimentación con animales surgieron por un debate mundial que ha impulsado alternativas tecnológicas, incluyendo métodos computacionales y pruebas in vitro, en busca de un enfoque más efectivo y menos doloroso en la industria cosmética.
Desde el año 1979, se celebra cada 24 de abril el Día Internacional del Animal de Laboratorio, una iniciativa que fue establecida por la Asociación Internacional contra los Experimentos Dolorosos en Animales (IAAPEA), reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta fecha busca crear una conciencia sobre los millones de animales utilizados anualmente en experimentación científica, cosmética, farmacéutica y otros espacios.
Según la Coalición Europea para poner fin a los Experimentos con animales (ECEAE), aproximadamente 115 millones de animales son utilizados en laboratorios cada año. Este informe destaca que muchas pruebas se realizan sin anestesia o analgésicos, y las sustancias tóxicas pueden causar sufrimiento prolongado.
Por ello, en América Latina, México, Guatemala, Ecuador, Colombia, Brasil y Chile han progresado en la aprobación de leyes que fomentan el uso de métodos alternativos a la experimentación en animales y regulan estas prácticas en la industria cosmética. De hecho, Chile se destacó recientemente al promulgar una ley el 27 de enero de este año, modificando el Código Sanitario para prohibir la experimentación animal en la elaboración de productos cosméticos, así como la importación y comercialización de estos productos.
Con ellos, ya se contaría con un total de 45 países en el mundo que han prohibido las pruebas en animales para la industria cosmética. Esta ley refleja el creciente interés de la sociedad para proteger a los animales y su rechazo a los experimentos “crueles e innecesarios que afectan a millones de animales cada año”.
Este proceso surge gracias a un debate global que ha captado una amplia atención mediática. La Unión Europea se vio en medio de esta discusión debido a la presión mediática sobre el testeo de productos cosméticos en animales y sus repercusiones negativas. Muchas empresas ya habían manifestado su compromiso de buscar alternativas éticas para evaluar la seguridad de sus productos. La producción en la Unión Europea desencadenó un movimiento global hacia la eliminación gradual de estas prácticas.
En la actualidad, se han explorado múltiples alternativas al testeo con animales para la creación de productos cosméticos, que son menos invasivas tanto para los animales como para las personas. Entre ellas, se encuentran métodos computacionales, que permiten extrapolaciones seguras de datos a partir de ingredientes previamente probados y registrados en bases de datos. Además, se están desarrollando pruebas In Vitro y avances en la creación de piel mediante impresoras 3D, según informa Yeili Rangel, directora de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.
En agosto de 2020, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, firmó la Ley 2047 de 2020, que prohíbe de manera definitiva las pruebas cosméticas en animales. Esta legislación también prohíbe la importación y comercialización de productos cosméticos que hayan sido testeados en animales. Esta normativa entrará en vigor en agosto de 2024, por lo que las empresas e industria cosmética han buscado nuevas alternativas para desarrollar los productos y su comercialización.
En Colombia también existen regulaciones que abordan este tema. La Ley 84 de 1989 (Estatuto Nacional de Protección de los Animales) establece condiciones para la experimentación e investigación con animales, incluyendo la necesidad de permisos gubernamentales y criterios científicos para su realización.
Además, la Resolución 8430 de 1993 (norma científico-técnica para la investigación en salud) limita el uso de animales en enseñanza superior y establece responsabilidades para los directores de instituciones que trabajan con animales.
Desde el año 1979, se celebra cada 24 de abril el Día Internacional del Animal de Laboratorio, una iniciativa que fue establecida por la Asociación Internacional contra los Experimentos Dolorosos en Animales (IAAPEA), reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta fecha busca crear una conciencia sobre los millones de animales utilizados anualmente en experimentación científica, cosmética, farmacéutica y otros espacios.
Según la Coalición Europea para poner fin a los Experimentos con animales (ECEAE), aproximadamente 115 millones de animales son utilizados en laboratorios cada año. Este informe destaca que muchas pruebas se realizan sin anestesia o analgésicos, y las sustancias tóxicas pueden causar sufrimiento prolongado.
Por ello, en América Latina, México, Guatemala, Ecuador, Colombia, Brasil y Chile han progresado en la aprobación de leyes que fomentan el uso de métodos alternativos a la experimentación en animales y regulan estas prácticas en la industria cosmética. De hecho, Chile se destacó recientemente al promulgar una ley el 27 de enero de este año, modificando el Código Sanitario para prohibir la experimentación animal en la elaboración de productos cosméticos, así como la importación y comercialización de estos productos.
Con ellos, ya se contaría con un total de 45 países en el mundo que han prohibido las pruebas en animales para la industria cosmética. Esta ley refleja el creciente interés de la sociedad para proteger a los animales y su rechazo a los experimentos “crueles e innecesarios que afectan a millones de animales cada año”.
Este proceso surge gracias a un debate global que ha captado una amplia atención mediática. La Unión Europea se vio en medio de esta discusión debido a la presión mediática sobre el testeo de productos cosméticos en animales y sus repercusiones negativas. Muchas empresas ya habían manifestado su compromiso de buscar alternativas éticas para evaluar la seguridad de sus productos. La producción en la Unión Europea desencadenó un movimiento global hacia la eliminación gradual de estas prácticas.
En la actualidad, se han explorado múltiples alternativas al testeo con animales para la creación de productos cosméticos, que son menos invasivas tanto para los animales como para las personas. Entre ellas, se encuentran métodos computacionales, que permiten extrapolaciones seguras de datos a partir de ingredientes previamente probados y registrados en bases de datos. Además, se están desarrollando pruebas In Vitro y avances en la creación de piel mediante impresoras 3D, según informa Yeili Rangel, directora de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.
En agosto de 2020, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, firmó la Ley 2047 de 2020, que prohíbe de manera definitiva las pruebas cosméticas en animales. Esta legislación también prohíbe la importación y comercialización de productos cosméticos que hayan sido testeados en animales. Esta normativa entrará en vigor en agosto de 2024, por lo que las empresas e industria cosmética han buscado nuevas alternativas para desarrollar los productos y su comercialización.
En Colombia también existen regulaciones que abordan este tema. La Ley 84 de 1989 (Estatuto Nacional de Protección de los Animales) establece condiciones para la experimentación e investigación con animales, incluyendo la necesidad de permisos gubernamentales y criterios científicos para su realización.
Además, la Resolución 8430 de 1993 (norma científico-técnica para la investigación en salud) limita el uso de animales en enseñanza superior y establece responsabilidades para los directores de instituciones que trabajan con animales.