Víctimas de la fama: el daño que se comete al exhibir fauna silvestre en redes sociales
A pesar de que monos, geckos, erizos y demás animales no son mascotas, hay quienes crean contenido en la web mostrando cómo los mantienen en cautiverio, sin saber que esto podría naturalizar su tráfico.
Jimena Delgado Díaz
Celebridades, políticos e influenciadores pueden ser considerados ciudadanos de “primera categoría”. Esos que se meten en problemas y salen ilesos; que tienen excentricidades, hasta ilegales, como fauna silvestre en casa; y que pueden hacer lo que les plazca. Incluso, hay quienes osan mostrar esto en público.
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Celebridades, políticos e influenciadores pueden ser considerados ciudadanos de “primera categoría”. Esos que se meten en problemas y salen ilesos; que tienen excentricidades, hasta ilegales, como fauna silvestre en casa; y que pueden hacer lo que les plazca. Incluso, hay quienes osan mostrar esto en público.
Tal es el caso de Yeferson Cossio, quien vive en Antioquia, llena piscinas con peces carpa y tilapia, exhibe tarántulas, erizos albinos y demás animales, en redes sociales, para enseñar cómo es tener algo que la mayoría de personas no deben poseer.
En temas relacionados con animales silvestres, la norma ha trazado escenarios que abarcan su tenencia responsable, porque para hacer actividades científicas se puede contar con especímenes, si los responsables cuentan con la supervisión del Estado (decreto 1375 de 2013).
La legislación ha contemplado la figura de tenedor de fauna silvestre, según la Ley 1333 de 2009. No obstante, es algo que rara vez se otorga y que se liga a condiciones específicas. Con respecto al caso del influencer paisa, Andrés Gómez, especialista en fauna silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, afirmó que desde hace 20 años no se concede este permiso en Antioquia.
“No tiene sentido quitarle un animal a una señora que lo tiene hace 10 años en cautiverio, para dárselo a otra persona que lo mantenga en su terreno, vigilado por organizaciones. Además, como autoridades ambientales tenemos muy buenas instalaciones para hacernos cargo”, dijo Gómez.
Esta opción ha entrado en desuso, puesto que “lo más probable es que la gente diga: ‘es que usted le quita el animal a los pobres para dárselo a los ricos’”, según Juan Camilo Restrepo, funcionario asociado a fauna silvestre en la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia. Cuando se concede la autorización para tener fauna silvestre, no significa que se regale el animal, la autoridad debe velar por su cuidado, así esté en manos de un ciudadano, proporcionando ayuda veterinaria y de zootecnistas.
En otras partes del país esta figura sigue vigente. La Secretaría de Ambiente de Bogotá dijo a El Espectador que en el artículo 19 de la resolución 2064 de 2010, se estipula que al aprehender a un animal, este se puede entregar a personas a mediante un acto administrativo. Explican que es algo excepcional y funciona en zonas donde las autoridades no tienen centros de rehabilitación para fauna silvestre o no cuentan con las condiciones para el mantenimiento de la criatura.
Lo que quiere decir que en este país todos, incluyendo a las celebridades, pagan impuestos, declaran renta y deben cumplir la legislación, o, de lo contrario, recibirán las sanciones estipuladas por la norma. Por lo tanto, no pueden tener fauna silvestre en sus casas, si no cuentan con los permisos adecuados para su tenencia.
“Quien se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, corales, biológicos o genéticos de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de 5 a 11 años y deberá pagar una multa que hoy en día es superior a los 100 millones de pesos”, confirmaron las autoridades.
*Desde El Espectador nos acercamos al influencer paisa mencionado, desde el 19 de julio, pero su equipo de comunicaciones no pudo concretar una entrevista por su apretada agenda. No se sabe de la procedencia de los animales que muestra en redes sociales.
¿Por qué tener en casa a un animal silvestre?
En Colombia se hace un gran esfuerzo por concientizar a la población. Solo entre el 1 de enero de 2023 y el 24 de marzo de 2024, la Policía Nacional incautó 37.998 animales víctimas del tráfico ilegal. Aun así, influencers y figuras públicas, el resto del año, enseñan a sus puercoespines, tarántulas o serpientes en redes sociales, mostrando las condiciones de cautiverio en que las mantiene, porque aunque los ejemplares están en jaulas, cuentan con alimentación y demás cuidados, estos no están en su hábitat.
Uno de los peligros de este fenómeno es que se relaciona a la complejidad social, tradiciones, cultura y mucho más. “El tráfico de fauna tiene que ver con el ego del ser humano. Siempre nos queremos diferenciar de los otros, tener el animal más raro y vistoso”, dijo Alejandro Gaviria, en ese entonces, fiscal coordinador del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), a El Espectador en 2023.
El riesgo que representan algunos animales también atrae a las personas, especialmente a los hombres, junto con factores culturales, como querer presumir su riqueza. “Hay un tema de masculinidad malentendida, porque son ellos los que presumen que tienen un animal que a los demás les da miedo”, indicó Claudia Brieva, médica veterinaria en rehabilitación, comportamiento y bienestar de animales silvestres.
Por otro lado, están las especies a las que se les atribuyen cualidades carismáticas, que crean atracción y se usan para demostrar que su captor está a la moda y para posicionarse en un escalón superior a los demás, aunque esto signifique cometer un delito.
Alguno de estos factores, tal vez, motivaron a un DJ, en 2021, a presumir a un tigrillo lanudo, asegurando que se trataba de un gato de raza savannah o lo que llevó a un cantante colombiano a posar en redes junto a su primate. Lo que Andrés Gómez describe como ignorancia, ya que no se reflexiona sobre el daño que se hace a los ecosistemas al sacar una pieza clave que ayuda a cumplir una función específica, como dispersar semillas, aportar variabilidad genética o contribuir en cadenas alimenticias.
La influencia digital pone la fauna en riesgo
Sobre este tema, habrá quienes piensen: “el animal tiene años viviendo con quién lo tiene en cautiverio, mejor que lo dejen ahí, que tiene comida, techo y que lo cuidan”. Sin embargo, obvian algo esencial: el funcionamiento de una sociedad.
La consciencia sobre el bienestar animal es como una bola de nieve que se esparce con el buen ejemplo. “Así que si una persona ve que un vecino tiene animales silvestres, luego él va a querer hacer lo mismo y se deshace todo el esfuerzo que se ha hecho para dar a conocer el peligro del tráfico de animales”, contó Gómez.
Por otro lado, con los influencers sucede algo particular. Lo que contó Diego García, antropólogo y profesor de la Universidad del Rosario, es que antes había organizaciones que tenían poder, pero con el desarrollo de tecnologías, las redes sociales han permitido que cualquier persona que cree contenido ocupe ese lugar, por lo que no se tienen ciertos filtros en cuanto a las conductas que se transmiten.
Esto tampoco quiere decir que las plataformas digitales tengan la última palabra o que los públicos asuman como verdad todo lo que ven. Ante un video de avestruces encerrados en un corral, que no es su hábitat, habrá quienes reaccionen mal, porque están en cautiverio. Mientras que existirán personas que las vean con ternura y agrado o surgirán a quienes les dé igual.
Lo que genera debates entre las personas que se cuestionan: dónde se consiguen estos especímenes; por qué influencers pueden tener a un erizo africano, mientras que cualquier otra persona no; en qué lugar se puede conseguir; qué está haciendo la policía, entre un montón de dudas más.
En cuanto a sanciones, multas y demás procedimientos legales, lo que dijo el mayor Cristian Jair Mesa, jefe de la unidad investigativa de delitos contra los recursos naturales y medio ambiente de la Policía Nacional, es que los uniformados cuentan con un centro de ciberseguridad, en el que un funcionario analiza cuentas de Facebook, Instagram y más redes sociales para encontrar a los vendedores de estos animales.
En la otra cara de la moneda, están quienes compraron a las criaturas en sus casas. Mesa contó que en esta situación se hace la incautación de los especímenes y se les ubica en un centro de rehabilitación. Esto, con ayuda de la autoridad ambiental correspondiente.
“Con seguridad, la Fiscalía tiene en el radar a quienes muestran fauna silvestre, así sea solo por redes sociales. No se trata de quien tiene más o menos fama. Si llega una denuncia se pasa a los uniformados y si llegan 20, hay más presión y hay mayor incertidumbre de las autoridades por ver lo que pasa”, dijo Restrepo.
Por eso, si ve a un animal en un hábitat que no es el propio. Lo mejor es que se lo notifique a la policía, ellos activarán una ruta de acción y llevarán al ejemplar a un lugar para que empiece su proceso de liberación.
Lo que no ve la gente, es que a través de la pantalla de un celular, una persona que graba a un ave silvestre, puede marcar una tendencia, en virtud de que “entre más polémica y cuestionable sea la acción que se muestra en redes sociales, más comentarios y reacciones se van a generar en el público. Lo que hace que el número de seguidores crezca”, comentó García y agregó que la consecuencia de esto es que se normalizan prácticas como la tenencia ilegal de fauna silvestre, así que se deberían tomar acciones frente a quien motiva estos comportamientos, es decir, el influencer.
Lo que no ve la gente, es que una persona que graba a un ave silvestre, puede marcar una tendencia, en virtud de que “entre más polémica se genere en redes sociales, más comentarios y reacciones habrán en el público. Lo que hace que el número de seguidores crezca”, añadió García y agregó que la consecuencia de esto es que se normaliza la tenencia ilegal de fauna silvestre.
Un delito es una infracción, se cometa en por medio de internet o no. El deber de las autoridades es hacer seguimientos y pensar en mejores estrategias para reducir la impunidad, pero el espectador no se queda atrás, la responsabilidad que tiene al consumir estos contenidos es enorme. Es quien debe pensar si está bien tener en cautiverio a un avestruz o cualquier otro animal, es quien debe pensar si quejarse en comentarios es útil o si lo mejor es denunciar el contenido que se ve. Nosotros somos quienes damos mayor poder a unas personas sobre otras y es ideal que, aunque sea, quien tiene influencia en otros, cumpla con la ley.
El deber de las autoridades es pensar en mejores estrategias para reducir la impunidad, pero el espectador no se queda atrás, la responsabilidad que tiene al consumir estos contenidos es enorme. Debe pensar si está bien tener en cautiverio a un animal, si quejarse en comentarios es útil o si lo mejor es denunciar. Nosotros somos quienes damos poder a unas personas sobre otras y es ideal que, aunque sea, quien tiene influencia en otros, cumpla con la ley.
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