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Reindustrializar, la palabra de moda en la industria textil del 20 de Julio

El centro Zasca Manufactura cuenta con una inversión de $1.476 millones y opera en alianza con la Cámara de Comercio de Bogotá y la Sociedad Salesiana.

Lucety Carreño Rojas
07 de agosto de 2024 - 03:01 p. m.
Centro de Reindustrialización Zasca del 20 de Julio. / Jose Vargas
Centro de Reindustrialización Zasca del 20 de Julio. / Jose Vargas
Foto: Jose Vargas Esguerra

Desde 1929 cuando se construyó la Parroquia Santuario del Divino Niño del 20 de Julio, también conocida como la Iglesia del 20 de Julio, cientos de feligreses y turistas nacionales e internacionales acuden cada domingo para hacer sus plegarias y conocer el popular barrio. La iglesia, la plaza y el parque se convierten en un espacio religioso, pero también comercial.

La industria textil y de la moda también tienen un lugar en el tradicional barrio, pues los comerciantes y vendedores informales cierran todos los domingos el paso vehicular en la calle 27 sur y en las carreras octava, décima y sexta para montar sus carpas y ofrecer su productos, que van desde zapatos hasta prendas de vestir para toda la familia. Sin embargo, la mayoría son informales.

Tiene sentido que el Gobierno eligiera el barrio de la localidad de San Cristóbal para abrir un Centro de Reindustrialización Zasca, que hacen parte de la política de reindustrialización del Gobierno y con los que se busca incrementar la productividad de sectores que son el soporte económico de muchos colombianos mediante la alianza entre Estado, comunidad, empresas y academia.

Por eso, el martes 6 de agosto Innpulsa, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Sociedad Salesiana inauguraron el Centro de Reindustrialización Zasca Manufactura del 20 de Julio, que en su primer ciclo beneficiará a 103 unidades productivas. Este es el segundo Centro de Reindustrialización en la capital del país.

La idea base de los Zasca es ofrecer asistencia técnica, capacitación y acceso a maquinaria especializada para micro y pequeñas empresas o emprendedores, que estén en zonas en las que hay una aglomeración de producción en sectores como manufactura, confección, cuero, marroquinería y agroindustria.

Durante el evento de apertura, algunos de los emprendedores que participan mostraron con un desfile de moda las prendas que crean, como sudaderas, tejido de punto y ropa para mascotas. “En este sector hay varias aglomeraciones productivas y es un sector importante para las manufacturas. Lo que buscamos es organizarlos y que crezcan como empresas. La economía popular la articulamos con la reindustrialización integrando diferentes eslabones de la cadena productiva”, dijo Hernán Ceballos, gerente de Innpulsa.

El desfile lo cerró un perro pug vestido con un smoking de la marca Tejidos Merino. Alejandra Rico mencionó que se trata de un emprendimiento familiar creado por su madre, Ana Sofía Sierra, en el que manejan una línea femenina y una para mascotas. “La esencia y corazón de nuestro emprendimiento es mi madre”.

“Hace 10 años mi mamá empezó vendiendo suéteres para dama en la calle, en el sector de San Victorino. En 2018 nos formalizamos y como vivimos en esta localidad nos enteramos del proyecto. Queremos mezclar telas con los tejidos para generar algo innovador”.

Rico recuerda que hace cinco años hipotecaron la casa para comprar una máquina y mejorar sus condiciones de vida. “Ya tenemos un punto de venta, pero queremos crecer en el país y exportar. Mi mamá nos crió en satélites y trabajando en la calle, ahora queremos tecnificarnos y mejorar”.

La industria textil y de la confección es uno de los motores del sector industrial y, a su vez, de la economía. En Bogotá, por ejemplo, este sector representa 1,3 % del PIB y genera 200.000 empleos directos.

Sin embargo, se trata de una industria con un porcentaje alto de informalidad, que aún enfrenta los rezagos de la pandemia y con deudas históricas, como carencia de mano de obra calificada y acceso a mejores medios de producción (maquinaria y acceso a crédito, entre otros). Además de un vínculo con la llamada economía popular, el gobierno del presidente Gustavo Petro también eligió este sector para capacitarlo, apoyar su gestión empresarial, que incluye la formalización, y, a la larga, reindustrializarlo.

Ana Velandia es otra las participantes del proyecto y cuenta con una experiencia de más de 20 años en el sector de la moda. “He tenido este sueño desde niña. Me gustaba crear y vengo de una familia de artistas. Cuando era pequeña usaba materiales que se consideran como desperdicios para crear bolsos, billeteras y accesorios. No me gusta desperdiciar”.

Con el boom que ha tenido la moda sostenible, Velandia se dio cuenta que lo que hacía desde niña se podía convertir en una empresa. El impulso que le hacía falta lo encontró en el Centro Zasca. “Conmigo hicieron todo el proceso y gracias al acompañamiento, di el paso y estoy lanzando mi marca: Anavel Moda”, cuenta la diseñadora de la marca enfocada en vestidos de baño para mujeres y utiliza desperdicios textiles para crear “prendas únicas”.

Vale la pena mencionar que los Centros Zasca no son nuevos. Durante el paso de Gustavo Petro por la Alcaldía de Bogotá se intervinieron cinco zonas de la ciudad: Restrepo, Policarpa, Ricaurte, 12 de octubre y Ciudad Bolívar.

Según Ceballos, se beneficiaron 1.291 unidades productivas y algunas participaron en escenarios comerciales, “como Colombiamoda, que permitieron la generación de conexiones de valor y de nuevos ingresos que se vieron reflejados en el aumento de la calidad de vida de esas familias”, agregó el funcionario.

Una vez finalizada la administración de Petro, la estrategia tuvo cambios en su enfoque y alcance, lo que causó el cese de su funcionamiento. En 2015, Marleny Sánchez estuvo en el Zasca de Policarpa. “Formalizamos nuestra empresa, adquirí aprendizajes con la Arturo Tejada, pero se terminó y quedamos en el aire”, recordó.

Así las cosas, tras la finalización del proyecto, Sánchez siguió trabajando en El Madrugón y hace poco en un grupo de emprendedores se enteró de la apertura de Zasca 20 de Julio. “Me vine a averiguar y aquí estoy feliz con mi unidad productiva, que tiene muchas falencias, pero con el apoyo de instructores y profesores podremos corregir”.

La emprendedora tiene una empresa dedicada a la fabricación de ropa para niña, emplea a cuatro personas y tiene más de 20 años de experiencia. “Estoy siguiendo las recomendaciones para poder crecer y sacar adelante este proyecto, que es mi sueño”.

Vale la pena mencionar que la primera de estas instalaciones se inauguró en marzo de 2023 y se encuentra ubicada en el centro Juan Bosco Obrero, en el barrio La Estrella de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Con el del 20 de Julio ya son 40 Centros de Reindustrialización en el país y la meta al finalizar el cuatrienio son 89. Esta semana se abrieron cinco en Bogotá, Cartagena, Cali, Putumayo y Valledupar enfocados en manufactura y tecnología, y que atenderán 1.3000 beneficiaros durante dos años.

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Lucety Carreño Rojas

Por Lucety Carreño Rojas

Comunicadora social de Uninpahu, vinculada a El Espectador desde 2016. Periodista de moda y negocios. Directora de El Hilo, el formato audiovisual de moda de EE.@LucetyClcarreno@elespectador.com

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