Feria de segunda mano: intercambia ropa, y de paso, comparte tus recuerdos
El informe de thredUP, estima que para 2026 la venta de ropa de segunda crecerá en un 127 %. Las marcas y los consumidores están siendo más responsables de las piezas que atesoran en sus armarios. Falabella creó un espacio para invitar a las personas a alargar la vida útil de las prendas.
Lucety Carreño Rojas
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“Representa un reencuentro con mi hermana luego de cuatro años”, se lee al respaldo de un círculo dorado de papel sujetado a una blusa deportiva gris. En la parte de adelante el círculo tiene estampada la frase: “Prenda dorada. Esta es una prenda con historia”. La prenda de vestir está colgada junto a otras que hacen parte de la Feria de segunda mano organizada por una de las empresas más importantes de Latinoamérica.
Soltar un amor, un amigo, un trabajo y, por su puesto, una prenda de vestir no es sencillo para muchas personas. Además, la ropa tiene una carga simbólica fuerte porque es la manera que elegimos cada mañana para mostrarnos ante el mundo y está cargada de recuerdos.
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Mientras leía el mensaje en la blusa, recordé “Historias de armario”, la serie de Netflix de ocho capítulos en la que personas cuentan historias de sus prendas más atesoradas. Es “un programa sobre ropa y las personas que las usan”, dice la plataforma. Por ejemplo, una mujer cuenta que guarda el vestido de novia que usó su mamá hace 62 años, otra reunió jeans viejos para construir con partes una colcha para su hijo o el nieto que recuerda que su abuela costurera migró a Nueva York y con los retazos de la seda hacia corbatas y su padre las usaba y regalaba con orgullo porque le recordaba a su madre.
Aunque los recuerdos pesan, la industria de la moda es responsable de un impacto ambiental muy grande y está tratando de hacer cambios. Los sitios de trueques, intercambios y suprarreciclaje van tomando fuerza en el país.
Falabella se sumó a esas iniciativas y creó la Feria de segunda mano para aportar desde su papel como empresa de retail y para invitar a las personas a darles otra oportunidad a las prendas. “Sabemos que hay prendas que tienen un valor sentimental importante para las personas y a veces nos cuesta desprendernos. Por eso, creamos el tag dorado. Traes una prenda, dejas un mensaje para que la persona que se la lleve, la cuide y recuerde el significado que tenía para ti. Las prendas tienen historias y qué bueno extender ese legado”, contó Alejandra Bernal, jefe de comunicaciones externas y sostenibilidad de la empresa.
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Bernal también explicó que la feria es una de las iniciativas que “tenemos en materia de promoción de economía circular y hace parte de nuestra estrategia de sostenibilidad ‘Más verde’. Queremos mostrar y sensibilizar a nuestros visitantes y clientes que la ropa de segunda es una alternativa sostenible de lo que puedes hacer con tu ropa cuando ya no la usas”.
De acuerdo con Bernal, son “conscientes de que nuestro negocio tiene un impacto en el medio ambiente, y por ese motivo, hacemos frente a esta realidad a través de iniciativas sostenibles que nos permitan mitigar ese impacto”.
Así las cosas, la feria es un intercambio. Los interesados, tanto clientes como visitantes, pueden llevar al Falabella de Parque La Colina, en Bogotá, las prendas que ya no usan, sin importar la marca, y encontrar, elegir y llevarse ropa que otras personas han dejado. La feria no tiene costo, el intercambio se hace a través de un sistema de puntos y estará durante este fin de semana del 25 y 26 de febrero, pero la idea es rotar la iniciativa por las tiendas del país.
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“La persona lleva su prenda y un curador le proporciona unos puntos, de acuerdo al estado de la pieza. Queremos invitar a renovar el armario de una manera sostenible y esta es una alternativa”, agregó Bernal.
Además de la invitación a reusar la ropa, la empresa tiene Taller F, un espacio para que los interesados puedan intervenir, estampar y bordar prendas de vestir y así extender su vida útil.
También están los bancos de ropa, como el de la Corporación Organización el Minuto de Dios, que surgió hace 16 años y se dedica a la recepción, clasificación y distribución de ropa para atender a población vulnerable, fundaciones e instituciones. Diariamente, reciben entre cuatro y cinco toneladas de ropa, que se distribuyen en los catorce roperos que tienen en el país. Al año, entregan 125 toneladas de ropa.
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Incluso, Falabella cuenta con contenderos a nivel nacional para que, en cualquier momento del año, las personas pueden dejar la ropa que ya no usan. “La donamos a la Corporación Minuto de Dios que se encargan de hacer la correcta disposición de este recurso textil”, dijo Bernal. En 2022, recolectaron 12.700 prendas en todo el país.
Ropa de segunda, un mercado que crece más rápido que el tradicional
Durante los años posteriores al derrumbe del Rana Plaza, en Bangladés, han surgido preguntas sobre el origen de las prendas e iniciativas, donaciones y ventas de garaje para darle el máximo provecho a la ropa y luego de las impactantes imágenes a comienzos de año del desierto de Atacama, en Chile, que mostraron montañas de ropa surgió la pregunta: ¿en dónde queda mi ropa?
Las prendas que están en el desierto de Atacama viajan, en mayor cantidad, desde Estados Unidos (es el segundo mercado de la moda más grande del mundo), pasan por México, Centroamérica y por países de Latinoamérica. “Hay mercados de venta de ropa de segunda que venden por costales en países como Ecuador, Perú y Bolivia. Ese fenómeno de Chile, al ser el punto final en donde se aglomera ropa en buenas o malas condiciones, nos muestra que, antes de que llegue ahí, mucha ropa de segunda se queda en los otros países, incluido Colombia”, dijo en entrevista para este medio Juan Fernando Loaiza, especialista en investigación económica de Inexmoda.
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En Colombia la ropa queda en varios sitios, pero no hay centros de acopio oficiales. Sin embargo, se cree que una prenda en el país tiene una vida útil muy larga, porque “tenemos familias que legamos de primos a primos y de hermanas a hermanos. Es una costumbre que no se ha perdido, así que es difícil que una prenda muera o se tire”, explicó Carolina Agudelo, diseñadora textil.
El Ministerio de Ambiente trabaja en la Estrategia Nacional de Economía Circular, basado en la definición propuesta por la fundación Ellen McArthur. Los residuos textiles equivalen al 2,74 %, según esta cartera.
Los usuarios ya están reutilizando, reciclando, donando y haciendo una correcta clasificación de las prendas cuando terminen su ciclo para que no acaben en botaderos. Además, el interés por comprar ropa de segunda está en auge. Desde 2017, WGSN está rastreando el crecimiento y auge del mercado de la reventa. Este año ha estado impulsado por “la frugalidad de los millennials que, al verse afectados por dos crisis: un estancamiento en el crecimiento profesional y económico), se han visto obligados a recortar sus gastos, y por el espíritu empresarial de la generación Z, quienes compran prendas y después las revenden”, explicó María Alejandra Pascua, especialista en tendencias WGSN.
Así las cosas, el aumento se debe a que estas dos generaciones están interesadas en continuar rotando su armario, sin sentir culpa, y aportando a disminuir el impacto medioambiental de la ropa.
De acuerdo con WSGN, se prevé que el mercado de la reventa crezca tres veces más rápido que el mercado de vestuario tradicional, con la generación Z liderando la adopción de esta práctica, pues les “divierte la experiencia de revender y hacer compras en plataformas digitales.
“El interés por las prendas vintage y de archivo de las marcas ha impulsado el crecimiento de la compra de piezas de segunda mano, pero el principal impulsor de este movimiento es el medioambiente y el cuestionamiento a las piezas nuevas por parte de los consumidores más jóvenes”, puntualizó Pascua.
La reventa en línea es el sector de segunda mano de más rápido crecimiento, de acuerdo con el informe de thredUP, y se espera que crezca casi cuatro veces para 2026. El 70 % de los consumidores cree que ahora es más fácil comprar de segunda mano que hace 5 años, gracias a la aparición de la tecnología y los mercados en línea.
Según información de la plataforma GoTrendier, especializada en este tipo de intercambios, este tipo de comercio le ha generado cerca de 7.3 millones de usuarias que venden ropa de segunda mano.
El informe de thredUP también revela que el 41 % de los consumidores dicen que cuando compran ropa, lo primero que buscan es el mercado de segunda mano, el 62 % de la Gen Z y Millennials dicen que buscan un artículo de segunda mano antes de comprarlo nuevo y el 46 % consideran el valor de reventa de una prenda antes de comprarla.
Vale la pena mencionar que el 8 % de los consumidores colombianos tiene consciencia circular, es decir, están interesados en conocer los procesos de la cadena de abastecimiento: de dónde vienen los materiales, cuánto duró el proceso, quién hizo las prendas que usan, qué impacto tienen en el medio ambiente y en dónde terminan.
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