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400 Mawozo: la temida banda armada detrás del secuestro de 17 religiosos en Haití

Este sábado 17 personas, entre ellos tres niños, la mayoría misioneros estadounidenses, fueron secuestrados por una organización que acorrala a los habitantes de la capital haitiana.

17 de octubre de 2021 - 08:08 p. m.
A finales del año pasado, los haitianos ya protestaban por los secuestros en Puerto Príncipe, en donde las fuerzas armadas intentan controlar a las bandas criminales, sin éxito.
A finales del año pasado, los haitianos ya protestaban por los secuestros en Puerto Príncipe, en donde las fuerzas armadas intentan controlar a las bandas criminales, sin éxito.
Foto: Agencia AFP

Haití es hoy uno de los países más peligrosos para las iglesias. Este sábado 17 misioneros, entre los que había tres niños uno de ellos de dos años, fueron secuestrados en un peligroso barrio de Puerto Príncipe, que desde hace mucho tiempo está a merced del crimen organizado.

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Este año, los religiosos han sido especialmente blanco de las bandas criminales haitianas. En abril pasado otros 10 religiosos, dos de ellos franceses, también fueron retenidos durante más de un mes por los criminales.

Varias bandas delincuenciales han extendido sus tentáculos por todo Haití y los casi tres millones de habitantes de Puerto Príncipe se han visto obligados a adaptar su vida cotidiana a esta realidad, temerosos de convertirse en las próximas víctimas.

“Las bandas son hoy amos y señores del país”, advierte Gédéon Jean, director del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, con sede en la capital haitiana. La organización constata un aumento alarmante de los secuestros en Haití. En los tres primeros trimestres de 2021 se registraron más de 600 casos, frente a los 231 en el mismo periodo de 2020.

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El secuestro de pastores y feligreses en octubre, algunos en medio de misas dominicales, por parte de pandilleros que a veces actúan a cara descubierta, demuestra que ningún en sitio se está a salvo. “Ningún lugar es seguro: cualquier cosa puede pasar en cualquier sitio”, dice Daphne Bourgoin.

A sus 42 años, esta gerente de una empresa textil ha visto cómo su vida y la de su familia ha cambiado radicalmente ante el auge de las bandas. La situación mas grave, sin embargo, se vive en el barrio Martissant, ubicado en el cruce de dos importantes avenidas que lo convierte en paso obligado de los habitantes de la capital haitiana.

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A principios de junio, los habitantes del barrio de Martissant se marcharon cuando varias bandas armadas intentaron tomar el control de este enclave estratégico. Por aquí pasa una de las principales carreteras que comunica las mitades norte y sur de Haití.

Incluso Médicos Sin Fronteras, con sede en Martissant desde 2006, decidió trasladar su centro de urgencias hacia el centro Puerto Príncipe.

La banda armada 400 Mawozo

Aunque la ciudad está tomada por una decena de grupos criminales, hay una que llama la atención: la 400 Mawozo, una de las más temidas y peligrosas y la que estaría detrás del secuestro de religiosos. Fuentes citadas por The New York Times y de organizaciones haitianas mencionadas por The Washington Post responsabilizan del secuestro a esa banda armada, que lleva años sembrando el terror en los suburbios de Puerto Príncipe y que controla parte de la localidad de Ganthier, donde se produjo el rapto.

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l sábado por la noche, Christian Aid Ministries envió un mensaje de audio que describió como “alerta para rezar” y en el que explicaba que los misioneros habían sido secuestrados cuando se encontraban volviendo a casa en autobús, después de visitar un orfanato en Fond Parisien, informan The New York Times y The Washington Post.

“Recen para que los miembros de la banda se arrepientan y tengan fe en Jesucristo”, decía el mensaje de audio enviado a otras organizaciones, que añadía que el director de la misión y la embajada estadounidense estaban “trabajando para ver qué se puede hacer”.

Gédéon Jean aseguró a ese diario washingtoniano que el “modus operandi” de la citada banda armada es “secuestrar autos y autobuses enteros” y pedir después “un precio para liberar a todo el mundo”. ] Los enfrentamientos se han extendido a otros barrios pobres de la capital.

Cerca de 20.000 ciudadanos de los más pobres del país han tenido que refugiarse en los últimos meses en gimnasios e instalaciones públicas, según la ONU.

La tregua declarada por los líderes de la banda de Martissant tras el terremoto del 14 de agosto para permitir la llegada de ayuda humanitaria a las víctimas del sur de Haití no duró ni un mes.

El control de bandas armadas sobre un tramo de dos kilómetros de la carretera nacional impide de facto el acceso seguro a dos de las tres instalaciones petroleras de Haití.

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